Encuentros y desencuentros. Decepciones. Incertidumbres. Búsquedas. Enfermedades. Miserias inherentes al ser humano. Pequeños detalles que conforman los universos cotidianos y que, en realidad, son los detalles que verdaderamente importan: día a día, noche tras noche. La crueldad del paso del tiempo y la necesidad de alargar el presente. La distancia entre lo que somos y lo que fuimos. La muerte. Y lo que habitualmente la precede: el dolor. De todo esto nos habla Richard Ford, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016, en su nuevo libro de relatos, ‘Lamento lo ocurrido’ (Anagrama). También de mujeres y de hombres, claro. De mujeres con hombres, como titulaba otro de sus (excelentes) libros de relatos, también publicado por Anagrama. Supervivientes. Náufragos. Seres desencantados. Mujeres y hombres que se miran en espejos que no están distorsionados, espejos que reflejan el avance de los relojes, ese imparable y silencioso tictac. Mujeres y hombres que sueñan (sueños reales o metafóricos), que viajan, que pasean, que sufren la pérdida de los seres a los que quieren, que buscan la serenidad, que se aman, que dejan de hacerlo, que no dejan de hacerlo. La variedad, en este sentido, es amplia. Y cada vida, una incógnita, un deseo, una lucha, una frustración, un instante de felicidad. Una esperanza, muchos desvelos y unas cuantas derrotas.
Así nos lo cuenta Richard Ford en este deslumbrante volumen de nuevas historias, donde puede que no haya lugar para las segundas oportunidades, pero sí, tal vez más que nunca, para la redención. Para mirar hacia atrás, acaso saldar cuentas y asumir que la vida no es perfecta, que los seres humanos tampoco lo somos, y que en realidad todo eso importa ya muy poco. En este sentido, cabe destacar dos piezas espléndidas: ‘Nada que declarar’, con la que se abre el volumen, y ‘En coche’. Y también esa pieza maestra que es el largo relato -casi una novela corta- que cierra el volumen, ‘Perder los papeles’. Travesías vitales que muestran esa distancia que señalaba más arriba: la que existe entre lo que fuimos y lo que somos. Y todos los momentos (vivencias, recuerdos, pasiones, frustraciones, olvidos, adioses definitivos…) que pasan por la cabeza de sus protagonistas -mujeres y hombres- entre un punto y el otro.
A lo largo de su extensa carrera literaria, junto a los masculinos, Ford ha creado una importante galería de personajes femeninos. (Podríamos empezar, aunque no sea el primero de los que escribió, por ese soberbio relato dedicado a su madre, ‘Mi madre’, y que está también incluido en el libro, ‘Entre ellos’). Mujeres que luchan, que se rebelan, que no siguen los caminos trazados por el destino, que se enamoran, que superan baches, que se enfrentan a enfermedades, que resisten, que repasan sus vidas al volante o delante de una taza de café, que mueren, que dejan huella. Aquí no estamos ante una excepción. Mujeres que siempre tienen peso en la narración.
‘Lamento lo ocurrido’ es un excepcional paso adelante en la impecable trayectoria literaria de Richard Ford. Y créanme: decir esto no es decir poca cosa.