Universidad sin prostitución

Ana de Blas
Ana de Blas
Licenciada en Bellas Artes y en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Editora del blog Artemisia.
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“La academia puede aportar evidencias que ayuden a mejorar la vida de las mujeres y las niñas, a frenar los reclutamientos, y sobre todo a increpar a esos hombres que, con su demanda feroz, están siendo cómplices”. Se trata de prostitución y hablan tres de las profesoras que más la han investigado en nuestro país: Rosa Cobo, de la Universidad de A Coruña, María José Barahona, de la Complutense, y Esther Torrado, de La Laguna, al presentar la Red Académica de Estudios sobre Prostitución y Pornografía. Esta iniciativa cuenta, según sus promotoras, con la colaboración de más de treinta docentes de una quincena de universidades públicas y privadas.

“Tenemos una posición crítico-abolicionista sobre la prostitución”, explican. Buscan proporcionar “profundidad y datos, frente a una institución que se encuentra en la intersección de dos sistemas de poder, el capitalista y el patriarcal”, afirma Rosa Cobo. Las profesoras responden también al malestar creado en parte de la sociedad, el movimiento feminista y la comunidad universitaria, a partir de la promoción del “trabajo sexual” desde los propios micrófonos universitarios.

Muestra de ello ha sido hace un mes la fuerte oposición a la celebración de unas “Jornadas sobre trabajo sexual” en el campus de A Coruña, con la intervención y colaboración de la organización Otras. Esta entidad ya fue ilegalizada, con la anulación de sus estatutos, en sentencia de la Audiencia Nacional. El motivo fue el amparo del proxenetismo de facto, pues en ellos se reconocía la prostitución por cuenta ajena. Finalmente, el programa sí se celebró en la ciudad gallega, pero fuera del contexto universitario.

Esta Red Académica no tiene nada que ver con el cartel anunciado el 17 de octubre bajo el rótulo “Debates universitarios sobre trabajo sexual”. En esa imagen se desglosa una veintena de actos programados, y una nota homónima habla de una coordinación en la que ha trabajado “personal académico de veinte universidades”. La idea de incluir la prostitución en el mercado laboral desvía el foco de los enormes daños de la industria de la explotación sexual, sus múltiples violencias, sus conexiones delictivas, y del papel de los demandantes de prostitución.

Las profesoras María José Barahona, Rosa Cobo y Esther Torrado, en la presentación de la Red Académica de Estudios sobre Prostitución y Pornografía.

El abolicionismo, por contra, se basa en la teoría feminista –que analiza el componente de opresión sobre las mujeres y niñas, que son cerca del 90% de las prostituidas– y en el umbral de sus derechos. “La Universidad no puede promocionar prácticas que vulneran los derechos humanos”, explica Cobo. Y a este doble fundamento– el feminismo y los derechos humanos– el trabajo académico aporta un tercer eje esencial para las razones abolicionistas: el conocimiento empírico, desde las ciencias sociales, de los efectos de abolir o legalizar. “Salir de la opinión para entrar en el ámbito del conocimiento científico”, como insisten las investigadoras. “Sin embargo, la parte que habla más de opinión y no de rigor está apoyada económicamente y tiene más fácil su difusión”, añaden.

“La Universidad no puede promocionar prácticas que vulneran los derechos humanos”

Los informes sobre la situación en Holanda y Alemania “están emitiendo datos del fracaso de las políticas de la regulación” frente al buen resultado de los países con políticas abolicionistas. Esto es importante para España, el tercer país mundial en turismo sexual según Naciones Unidas. Barahona explica, por ejemplo, que en Holanda no llegan a cien las mujeres que están dadas de alta como trabajadoras sexuales –una mínima parte de las prostituidas–, un hecho que habla del fracaso de la legalización. Además, no hay una “trayectoria laboral” si estas mujeres dejan de interesar a la industria de sexo hacia los 30 años, pues la demanda exige chicas cada vez más jóvenes. En este momento, en Alemania están surgiendo voces en el partido demócrata-cristiano, en el socialdemócrata y en el movimiento feminista concluyendo que ha sido un grandísimo error. También un importante estudio encargado por el ayuntamiento de Ámsterdam, en Holanda, muestra cómo la prostitución crece con otras economías ilícitas como el narcotráfico, el aumento de la criminalidad y la trata a niveles desconocidos en ese país. Cuando se legaliza la prostitución, aumenta la demanda y por tanto se recurre a la trata como principal mecanismo de abastecimiento.

“Hay que salir de la opinión para entrar en el ámbito del conocimiento científico”

Aportar nuevas investigaciones y transferir los resultados a la sociedad, para que sean tenidos en cuenta de cara a las políticas públicas, son los objetivos que se plantea esta iniciativa. “Si no queremos que España sea el prostíbulo del Sur de Europa, debería plantearse esas políticas”, apunta Torrado. Uno de sus puntos principales debe ser apoyo integral para las mujeres que están en prostitución.

La segunda pata de esta Red es el estudio de la pornografía, que a falta de otra, “se ha convertido de facto en auténtica instancia de educación sexual”. “Un niño de ocho años accede en dos clics en su móvil a vídeos pornográficos con grandes niveles de brutalidad contra las mujeres. Eso tiene consecuencias”, explican. Los niños que están viendo estos relatos, en sus primeras experiencias sexuales tratan de replicar lo que han visto. “Hay un camino que es directo de la pornografía a la prostitución”, y hay una relación muy fuerte de ambas con lo que el feminismo conceptualiza como cultura de la violación, incide Rosa Cobo. La relación no es solo esta alimentación mutua, sino también vínculos en la industria. Barahona apunta otro dato: “La expansión de internet la pagó la industria del sexo. Es una industria muy penetrante en la sociedad, y donde menos te lo esperas puede aparecer, enmascarada”.

 

Seis ideas clave 

“Los informes sobre Holanda y Alemania están emitiendo datos del fracaso de las políticas de la regulación”
“En Holanda no llegan a cien las mujeres dadas de alta como trabajadoras sexuales, una mínima parte de las prostituidas”
“Si no queremos que España sea el prostíbulo del Sur de Europa, debería plantearse políticas abolicionistas”
“La pornografía se ha convertido de facto en auténtica instancia de educación sexual”
“Hay un camino que es directo de la pornografía a la prostitución”
“La expansión de internet la pagó la industria del sexo”

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