El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género ha recabado también los datos sobre menores muertos a manos de sus padres o de las parejas o exparejas de sus madres durante el trienio 2016-2018. En ese periodo, fueron asesinados 17 menores de edad (2 en 2016; 8 en 2017 y 7 en 2018), dos menos que en el trienio anterior. Solo en dos de esos casos constaba la existencia de una denuncia previa.
Las víctimas tenían entre uno y trece años, siendo la media de edad de los niños asesinados en el trienio de 5,9 años. Tres de cada cuatro de ellos (un 76%) tenía menos de diez años. De los 17 menores asesinados, 10 eran mujeres (58,8%) y 7 (41,2%) eran varones. En cuanto a su nacionalidad, la mayoría (12, equivalente al 70,6%) eran españoles.
En la mayoría de los casos, el agresor (84,6%) era el padre biológico del niño o niña. Las víctimas, en su inmensa mayoría también (88,2%), convivían con su agresor en el momento de su muerte.
El domicilio familiar fue, en 15 de los 17 casos, el lugar donde se cometieron los crímenes. En tres casos, las madres de los menores víctimas también fueron asesinadas.
En cuanto al método utilizado para cometer el crimen, tres de cada diez menores (29,4%) fueron asesinados con arma blanca y el mismo número por asfixia o estrangulamiento.
Los agresores son varones con una edad media de 38,5 años, 10 años más jóvenes que los autores de feminicidios durante el mismo periodo. En cuanto a su origen, 7 de los agresores eran españoles y 6, extranjeros. Durante el periodo 2016-2018, casi la mitad de los agresores (46,2%) se suicidaron y un 38,5% fueron detenidos.