La fotógrafa e historiadora del arte madrileña Dora Román ha promovido, desde hace unas semanas, la acción postal “Soy Sofonisba Anguissola y quiero una calle en San Lorenzo de El Escorial”.
No es un tema baladí la decisión sobre qué nombres deben constar, o no, en el callejero municipal y esa circunstancia se extiende a memoriales, monumentos, espacios cívicos y culturales. Estos días hemos conocido la noticia de la retirada por parte del ayuntamiento de Madrid de las placas con nombres de los republicanos fusilados en el cementerio de La Almudena, mientras que, a día de hoy, siguen existiendo otras placas, grafismos y objetos en espacios públicos y fundaciones con el nombre del dictador, que reciben fondos del estado.
Existen personas que, por su legado, quedan al margen de las polémicas, como lo son las que han dedicado su vida a la ciencia, a los descubrimientos o la cultura, por ejemplo. En el caso concreto del arte, es normal que en las ciudades y pueblos de mayor población existan calles dedicadas a Velázquez, Murillo o Goya, como homenaje y reconocimiento.
Si revisamos los nombres del callejero de Madrid, por poner un caso concreto, podremos hacernos, a simple vista, una gran pregunta ¿Dónde están los nombres femeninos? Efectivamente, son muchos menos que los dedicados a varones, conceptos y efemérides, y si de esos nombres restamos los de vírgenes, santas y reinas, el resultado es realmente sorprendente por su porcentaje.
Dora Román, impulsora de una iniciativa personal, trabaja en este proyecto para que una calle de San Lorenzo de El Escorial lleve el nombre de una de las artistas más relevantes de la historia del arte. Una pintora nacida en Cremona (Italia) en pleno siglo XVI y que ha sido actualidad recientemente por la exposición que el Museo del Prado le ha dedicado junto a su contemporánea Lavinia Fontana.
La artista italiana permaneció en España durante catorce años, donde llegó oficialmente como camarera de la reina. Está documentado que fue invitada como consecuencia del reconocimiento que ya en su país gozaba como retratista. En la corte de Felipe II realizó magníficos retratos de la mayoría de los miembros de la familia real: las reinas Ana de Austria e Isabel de Valois, también el rey Felipe II, el príncipe Don Carlos y las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela.
Parece creíble pensar que Sofonisba pasearía por las calles de San Lorenzo de El Escorial, ya que su estancia coincidió en el tiempo con la construcción del monasterio. Si esta iniciativa consigue su objetivo, San Lorenzo disfrutaría de la primera calle en España dedicada a la que está considerada como la primera mujer pintora de éxito del Renacimiento y con ese acto se reconocería mínimamente el legado de la pintora, dado que muchos de sus retratos han sido expuestos en diferentes museos durante mucho tiempo bajo el nombre de otros grandes pintores del momento, como Tiziano, Antonio Moro, Antonio Sánchez Coello o Juan Pantoja de la Cruz.
Diversas razones explican las erróneas atribuciones, basadas fundamentalmente en omisiones documentales. El hecho de que ella no firmara las obras y de que no figurara oficialmente como pintora y, como consecuencia de lo anterior, la ausencia de retribución alguna como pago por sus obras, hace que los archivos no reflejen fielmente la realidad.
Por otro lado, el incendio que asoló el palacio de El Pardo en 1604 destruyó muchas de las pinturas que colgaban en sus paredes, entre las cuales había obras de Anguissola, por ser las favoritas de la familia real. Otras pinturas tuvieron más suerte y sobrevivieron, pero las dañadas fueron posteriormente restauradas por Juan Pantoja de la Cruz, lo que también ha dificultado las atribuciones.
Por otra parte, también ha sido fundamental la costumbre de copiar los retratos de la familia real en los talleres de la corte para regalar a otras extranjeras o para que fueran exhibidos en las diversas instituciones que representaban a la corona. Esta circunstancia se centra sobre todo en aquellos retratos que gustaban especialmente al monarca y su familia, y los de Sofonisba solían serlo.
Por todas esas razones y por su más que probable vinculación con el municipio, es importante que el ayuntamiento participe del reconocimiento y que sea pionero en acoger simbólicamente a Sofonisba Anguissola, materializando todo ello en una calle, una plaza, una avenida o una glorieta en San Lorenzo de El Escorial.
La acción postal “Soy Sofonisba Anguissola y quiero una calle en San Lorenzo de El Escorial” terminará el 15 de abril.