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Sintiéndolo mucho

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Leí la entrevista a Beatriz Gimeno publicada el día 6 en eldiario.es y me apena constatar que no comparto algunos de sus planteamientos.

Me apena porque valoro enormemente, tanto el trabajo que hizo en pro de los derechos de gays y lesbianas, como sus posicionamientos abolicionistas.

Pero no puedo por menos que interpelarla (bueno, lo de interpelarla es metafórico porque no sé si me leerá) para disentir de ciertas afirmaciones. Me siento obligada porque sus palabras tienen relevancia, máxime considerando el cargo que ocupa.

El titular destaca: «Que un colectivo vulnerable como el trans exija derechos no pone en peligro los de las mujeres».

Depende de los derechos que exija ¿no? Por supuesto que un colectivo puede poner en peligro los derechos de otras personas. Es de Perogrullo.

No dudo que algunas y algunos trans sean vulnerables. Pero ¿es vulnerable Paul Preciado? ¿las Wachowski? ¿Bibi Andersen? ¿lo es una trans con trabajo estable y dignamente remunerado (yo conozco a un par de profesores de universidad)? ¿más vulnerable que una emigrante, una refugiada, una gitana, una pobre, una obesa, una discapacitada, una que padece alguna enfermedad crónica mal diagnosticada, otra con marido maltratador o con ancianos o imposibilitados a su cargo? ¿más que todas esas mujeres que las mafias de la prostitución explotan salvajemente? ¿más que las que crían solas y con un sueldo miserable a sus hijos?

¿es vulnerable Paul Preciado? ¿las Wachowski? ¿Bibi Andersen? ¿lo es una trans con trabajo estable y dignamente remunerado (yo conozco a un par de profesores de universidad)?

Aunque no entraré en análisis detallado -no es mi objetivo aquí y ahora- rechazo la generalización de que las personas trans sean un colectivo muy machacado y vulnerable. Depende cuáles.

En cualquier caso, nos oponemos al proyecto de ley presentando en la Cortes porque pedimos que ayudas y prestaciones se destinen a quienes realmente las necesiten (incluidas las personas trans, pero no por serlo).

Y decimos que nos parece totalmente descabellado que baste con una autodeclaración para cambiar de  documentalmente de «sexo». ¿Por qué no se puede pedir una evaluación médica y psicológica? ¿Es más humillante que las evaluaciones médicas y psicológicas que constantemente se les requieren a otras muchas personas de los más diversos colectivos por los más diversos motivos?

Beatriz acusa al feminismo de esencialismo, pero creo que –más allá de que las comprendamos- el esencialismo es de quienes consideran esencial para su vida cambiarse de género.

Lejos de pensarlo como esencia, el feminismo señala que el género es una construcción –básica eso sí- del patriarcado que se nos impone a todos los humanos en función de nuestros genitales, con el agravante (muy agravante, sí) de que, para las mujeres, va unido a una sumisión radical (radical de raíz).

No digo que se prohíba a quien lo desee cambiar de género. Digo que eso no debe poner en peligro los derechos de las mujeres. Y digo que el objetivo del feminismo no es conseguir que cada cual elija el género que quiera o pedir que los géneros se multipliquen ad infinitum sino acabar con la construcción genérica. Y, desde luego, si algún movimiento ha luchado radicalmente contra el género, ese es el feminismo porque, cada vez que las mujeres conquistan un derecho, lo están resquebrajando.

Para acabar, me sorprende (incluso me enfada) este comentario de Beatriz: “no entiendo tampoco el objetivo de ponerlo en el centro del debate ahora, cuando estamos en un momento en el que la extrema derecha del mundo realmente sí es un peligro y hasta el punto de que parece que se intentan romper muchos consensos básicos que se habían conseguido y que habían hecho del feminismo en este país la vanguardia”.

No es el feminismo quien ha puesto ahora esta problemática en el centro del debate. Son esos proyectos de ley que, so pretexto de defender al colectivo trans, perjudican a las mujeres. Es ese afán por acaparar, difuminar, adulterar la agenda feminista y sustituirla por otra que no es la nuestra.

¿Casualidad que pase ahora? No, claro que no. El feminismo es actualmente un movimiento muy vivo y potente. Frente a eso se observan dos maniobras:

  1. Querer aprovecharlo, como hacen, por ejemplo, las marcas comerciales, e intentan hacer colectivos que, si no es subiéndose a ese carro, no tendrían visibilidad.

  2. No soy muy de teorías conspiratorias, pero, francamente, resulta muy ingenuo no darse cuenta de que tratan de desviar nuestra atención y la de la sociedad de los problemas que realmente padecemos las mujeres.

No, el feminismo no está en el origen de este” boom” trans. El feminismo ha reaccionado ante él porque tiene que defenderse.

Considero que Beatriz es feminista, sin duda alguna, y no quiero ser agresiva ni desagradable, pero me he tomado la molestia de verificar: la entrevista (incluyendo preguntas y respuestas) tiene 1608 palabras. De ellas, 584, o sea, más de un tercio, están dedicadas al tema trans.

Resulta, pues, que Beatriz dedica dos tercios de la entrevista a evocar los problemas de 24 millones de mujeres y un tercio a los de las personas trans que, según ella misma afirma, son el 0,1% de la población…

No vale alegar que la periodista preguntaba. Beatriz no es una mindungui, puede negociar temas y, si la entrevistadora se empecina, puede señalarle que ella no es la directora del Instituto Trans sino del Instituto de la Mujer.

 

3 COMENTARIOS

  1. Los controles se hacen por seguridad, no para humillar a las personas. El informe de un psicologo, o la presentación del certificado penal, garantiza que un hombre que quiere presentarse como mujer no lo hace para hacer daño a mujeres o a niñ@s.

  2. Es Delito de Lesa Humanidad el abuso sobre la niñez, la trata, el proxenetismo y sus consecuencias, como toda violencia de género.
    “Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley”. Osvaldo Buscaya
    “No digo que se prohíba a quien lo desee cambiar de género. Digo que eso no debe poner en peligro los derechos de las mujeres. Y digo que el objetivo del feminismo no es conseguir que cada cual elija el género que quiera o pedir que los géneros se multipliquen ad infinitum sino acabar con la construcción genérica. Y, desde luego, si algún movimiento ha luchado radicalmente contra el género, ese es el feminismo porque, cada vez que las mujeres conquistan un derecho, lo están resquebrajando”.
    Pues el transexual ecuménico perverso patriarcado irresoluble ambiguo sexual, conformó desde el origen de la civilización la creación de un orden atado a sus productos mentales, inconscientes en su mayor parte, de las reediciones de los impulsos y fantasías que actúan como singularidad característica que desarrollan a través de los tiempos. Es decir, toda una serie de sucesos psíquicos anteriores cobran vida, pero no, como pasado, de su proceso edípico, sino como relación actual. Son simples reproducciones o reediciones invariadas. No obstante, lo artificioso del patriarcado, se aleja de la sublimación, apoyándose en alguna singularidad, hábilmente aprovechada, que simula como tendencia “igualitaria” populista/ecuménica/transexual.
    “No, el feminismo no está en el origen de este” boom” trans. El feminismo ha reaccionado ante él porque tiene que defenderse”.
    Pues el travesti no es una mujer. El travesti es la consecuencia de haber padecido el infante, alteraciones en su periodo edípico, que no implica discriminación, pero en cierta forma el peligroso transexual ecuménico perverso patriarcado simula desaparecer en lo social, pretendiendo arrostrar al feminismo (mujer) en su desaparición. Estaríamos en el transpatriarcado; grado cero de la ecuménica perversión del homosexual varón, que también encubre su reproducción y su simulación indefinida y como no se ha trasladado más allá de si misma, se adjudica el derecho a un resurgimiento interminable. Por lo tanto, así, la civilización del transexual ecuménico perverso patriarcado jamás desaparecerá, ni permitirá que aparezca nada en su lugar.
    Por eso el sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es absolutamente la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
    Mi Femeninologia Ciencia de lo femenino es la serie de configuraciones que con mi conciencia voy recorriendo constituyendo, más bien, la historia que desarrollo en la formación de mi conceptualización. Es decir, una suerte de escepticismo consumado, que en realidad sería, el propósito de no rendirme, a la autoridad de los pensamientos de otro, sino de examinarlo todo por mí mismo ajustándome a mi propia convicción; o mejor aún, producirlo todo por mí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que yo hago.
    *Hoy, como ese infante entre los 4 a 5 años adaptando mi pensar en la realidad, interpretando mi actividad onírica . . .
    El autor de estas líneas ha osado, en sus Notas, colocarse enfrente de los severos principios del macho y al lado de la mujer, y de las opiniones del feminismo, pero se me advierte, que mi accionar fundamentado en mi Femeninologia Ciencia de lo femenino, infringe normas comunitarias; No obstante, la advertencia, es indeclinable mi defensa de la mujer sometida por el transexual ecuménico perverso patriarcado irresoluble ambiguo sexual.
    Por Osvaldo Buscaya (Bya)
    (Psicoanalítico)
    Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
    Lo femenino es el camino
    Buenos Aires
    Argentina

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