Al borde de los márgenes: el impacto de COVID-19 en las mujeres en el comercio sexual

Alika Kinan
Alika Kinan
Sobreviviente del delito de trata con fines de explotación sexual. Activista abolicionista. Dirige el Programa de Estudios, Investigación y Formación de Trata y Explotación de Personas ( Universidad de San Martín ), Reconocida como Mujer Destacada, por el Senado de la Nación en Argentina ( 2015).
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Abordar el tráfico sexual y la explotación sexual comercial, incluida la prostitución, son cuestiones complejas.
Hasta ahora, en Argentina, las mujeres víctimas de trata hemos reclamado la reglamentación de los artículos en la ley de Trata, sancionada en el 2008, que hablan de restitución de derechos, como la educación, el acceso a la vivienda, a un trabajo digno y a asistencia psicológica adecuada, para las víctimas. Este ha sido un reclamo persistente e incuestionable, pero nunca fue atendido por las autoridades.

Es importante mencionar que Argentina tiene un modelo donde la prostitución es legal, pero el proxenetismo está penalizado, lamentablemente muchas organizaciones de mujeres han obstaculizado la criminalización de quienes pagan por sexo. Aun así sostienen desde el gobierno y diferentes ONG’s que Argentina tiene un modelo abolicionista, lo cual crea confusión sobre lo que es realmente el abolicionismo. Para sostener esa posición citan la adhesión de Argentina a la Convención de DDHH de 1949.

Valiéndose de esta confusión, el lobby proxeneta instaló mediáticamente que la ley de trata persigue a mujeres prostitutas, quitándole sus pertenencias y dinero, haciendo creer que son criminalizadas. La ley de trata es muy clara, no persigue a las víctimas ni tampoco a quienes pagan por sexo, pero si persigue a proxenetas.

el lobby proxeneta instaló mediáticamente que la ley de trata persigue a mujeres prostitutas, quitándole sus pertenencias y dinero, haciendo creer que son criminalizadas.

Al no haber servicios que asistan a las víctimas desde que son rescatadas hasta que pueden tener sus propios proyectos de vida y ser independientes de ayudas sociales, las víctimas rescatadas no se reconocen como víctimas, con lo cual tampoco colaboran con la justicia. Es por ello que se hacen juicios abreviados, acuerdan con los proxenetas y no indemnizan a las víctimas que no colaboran con la justicia.

El gobierno rescata una y otra vez a las mismas víctimas en diferentes operativos de allanamiento y engrosa estadísticas, diciendo que a día de hoy en Argentina se han rescatado más de 15.000 víctimas de trata, cuando en realidad 1 sola víctima pudo haber sido rescatada hasta 7 veces. Actualmente no hay ninguna asistencia para las víctimas de explotación sexual, no se criminaliza a sus “clientes”, pero tampoco hay protección para las mujeres rescatadas y que puedan declarar en juicios.

En este tiempo, quienes hablan de reglamentar la prostitución en nuestro país, han tenido avances importantes, accediendo a legisladores y políticos, los cuales han sido seducidos por el discurso edulcorado de la prostitución como “trabajo elegido” por mujeres y el gran acompañamiento del transactivismo, quienes desde su concepción de la identidad han abrazado el “Trabajo Sexual” como una identidad misma y la cual debe enorgullecer.

Estos políticos y legisladores son los mismos que hoy son servidores públicos en Argentina que no atienden las necesidades de las víctimas, pero si entienden que COVID-19 ha frustrado la fuente de trabajo de éstas “trabajadoras”, obviando así la importancia de reglamentar los artículos que permitirían a miles de mujeres reconocerse como víctimas y pensarse en un proyecto de vida real y que las dignifique.

Hoy, los subsidios y fondos de ayuda son para organizaciones del lobby proxeneta y los paquetes de arroz y fideos son para las víctimas del sistema de la prostitución.

En el contexto de COVID-19, si bien el consumo de prostitución tanto callejera, como en ámbitos cerrados ha disminuido notablemente, no ha desaparecido y se ha readaptado a este nuevo escenario de encierro y enfermedad. Muchas mujeres han sido desalojadas o expulsadas de los lugares que habitaban, quedando en la miseria y otras han sido alentadas a ingresar en la matrix del cibersexo, siendo un hoyo aún desconocido con tantos o más riesgos que las calles.

En el contexto de COVID-19, si bien el consumo de prostitución tanto callejera, como en ámbitos cerrados ha disminuido notablemente, no ha desaparecido y se ha readaptado a este nuevo escenario de encierro y enfermedad.

Debemos estar preparadas para este nuevo panorama que ya avanzaba, pero más lentamente y hoy está instalado por completo, con todo el aval del estado que propone los encuentros sexuales virtuales como un mecanismo de entretenimiento para varones y que atenúa la violencia ejercida en los hogares.

No podemos desconocer que los gobiernos hablan de un contexto de guerra, donde las pérdidas humanas serán incontables, pero los daños económicos generados por COVID-19 hacen temblar incluso las economías más sólidas del mundo.

Como ya sabemos en contextos económicos hostiles post-guerra, las economías resurgentes son levantadas a costa del cuerpo de las mujeres. Los índices de desempleo van en escalada y éste es un claro indicador de que se buscará activar la economía a través del cibersexo, entre otros, y sumar así en el producto Interno Bruto de Argentina, es así que alentarlo y promoverlo desde el entretenimiento es toda una estrategia económica.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN:

Que los medios de comunicación planteen el cierre de prostíbulos como si se solicitara el cierre de la zapatería de la Tía Marta es verdaderamente una iniciativa muy peligrosa y los resultados pueden ser contrarios a la mirada abolicionista de la prostitución, no debemos de ver a las mujeres explotadas como un foco de la infección desde una mirada estigmatizante. Por todo lo contrario el análisis ha de ser desde el lugar que los estados han tardado demasiado en asistir y contener a las víctimas de éstos lugares donde se ejerce la tortura a mujeres.
Los medios de comunicación son una herramienta poderosa para construir una mirada social e incidir en la opinión pública.

 

Personalmente creo que estamos ante un escenario óptimo para incluso promover la penalización del consumo de prostitución en este país y plantear a los consumidores de sexo como los verdaderos responsables de la explotación sexual y tortura de mujeres, dado que por las propias leyes de mercado, sin la demanda de mujeres no habría ni trata ni tráfico. Es por ello, que considero que debemos trabajar con los medios de comunicación para que estén al servicio de los DDHH y participen en este partido que va cambiar para siempre la concepción de la prostitución y el contacto físico en el mundo.

La presión a los gobiernos de perseguir y condenar a los tratantes y quienes pagan por sexo, asistir y acompañar a las víctimas de la explotación sexual y exigir a los estados del mundo condenar al sistema que prostituye millones de mujeres y niñas en todo el planeta, como una de las formas más aberrantes de violencia hacia las mujeres, son las acciones que toda abolicionista debe de tener presente, cualquiera sea su lugar.
Así también debemos seguir trabajando en la desnaturalización de la prostitución y construir un sólido discurso sobre la violencia que ejercen los hombres que pagan por sexo, desde un lugar simbólico de tratar a la mujer como un objeto de consumo e interpelar a la sociedad como testigo indiferente y es por ello que también es responsable del sufrimiento y la incapacidad de pensarnos desde un proyecto de vida que nos devuelva la dignidad como mujeres, como seres humanos pero sobre todo desde nuestro derecho al amor y al placer libres de toda forma de violencia.

 

 


Es sobreviviente del delito de trata con fines de explotación sexual y activista abolicionista. Trabaja en la investigación e interpretación del delito de trata para mejorar los procesos investigativos y el desarrollo de políticas públicas en la esfera legislativa y su aplicación en quienes las ejecutan.

Recibió el reconocimiento a los Héroes contra la esclavitud moderna 2017, por el Departamento de los Estados Unidos durante el Encuentro Internacional contra la Trata de Personas, realizada en el Capitolio de Washington.

Recibió el Reconocimiento al Mérito 2016, por el Concejo Deliberante de la ciudad de Ushuaia.

Recibió el reconocimiento Mujer Destacada del año 2015, por el Senado de la Nación.

Actualmente trabaja en la Secretaria Académica de Universidad de San Martin dirigiendo el Programa de Estudios, Investigación y Formación de Trata y Explotación de Personas, de su propia autoría, el primero en haber sido creado y coordinado por una sobreviviente de trata con fines de explotación sexual.

 

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