La artista Emma Amos (Atlanta, 1938), pionera en pintura figurativa que mostró el género, la raza y el poder a través de un uso del color y la forma de manera novedosa, ha fallecido a los 83 años a causa del Alzheimer. Durante más de sesenta años, su pintura, tanto figurativa como abstracta, y sus trabajos en tejidos y grabado, abrieron paso a una figura femenina y negra en un contexto altamente masculinizado y blanco, especialmente en el Nueva York de años años 60. Frente a los «grandes nombres» como Pollock, Motherwell o Rothko, Amos se involucró activamente en el movimiento por los derechos civiles y defendió una obra comprometida con la realidad social del Estados Unidos de esos años.

En 1963 se convertía en la única mujer en formar parte de Spiral, un grupo efímero pero decisivo de artistas afroamericanos en Nueva York, que exploró ampliamente las nociones de negritud en el arte. Además de su trabajo con Spiral, Amos editó para Heresies, la revista de arte feminista, y, según algunas fuente, pertenecía a Guerrilla Girls, el grupo activista feminista pionero en protestar contra la desigualdad de género en el mundo del arte.

Apoyada por su padre y por su madre, se formó en artes en Ohio, Londres y Nueva York, siendo también docente hasta que en 2008 se retirase de su cátedra en la Escuela de Arte Mason Gross de la Universidad de Rutgers, donde había enseñado desde 1980.
Como muchas mujeres y artistas negras, Amos fue escasamente reconocida en exposiciones y por la crítica hasta muy tardíamente. Su fallecimiento nos deja una obra sobre la que repensar el mundo y nuestra construcción de la Historia como un canon patriarcal.