Con motivo de esta situación, una conocida escritora del país, Mariem Darwich, escribía estos días en sus redes sociales:
VD- ¿Cómo acompañáis desde la Asociación AFCF a las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia?
AMM- Hacemos acompañamiento jurídico, psicológico, sanitario, alfabetización. En caso de una violación, lo primero es orientar hacia dónde acudir porque muchas mujeres tienen miedo de denunciar. Esto es porque pueden ser consideradas como cómplices de un crimen de sexo fuera del matrimonio (“Zina”). Por eso, todo dependerá del contenido del informe policial. De ahí la importancia de acompañarles a la policía y a un hospital especializado.
Posteriormente, se le acompaña con nuestro abogado y asistente social en el proceso judicial. En los casos de las menores, a veces se les orienta para que cambien de centro educativo para evitar el acoso o el estigma social. Apoyamos a más de 700 mujeres cada año y contamos también con 5 centros de protección a mujeres sobrevivientes de violencia.
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Aminetu Mint Moctar |
VD.- ¿Cuáles son los principales obstáculos que encontráis?
AMM.- Los obstáculos son muy numerosos cuando una mujer quiere denunciar una violación o un trato de violencia. Comienzan ya desde el primer momento, en el primer testimonio ante la policía. Algunos policías deforman este testimonio a favor del hombre. Por ejemplo, en las comisarías del Este y Norte de la capital es catastrófico, tienen un comisario corrompido.
Tenemos el caso de una menor, de 15 años, haratin, que sufrió una violación cometida por un director de colegio. El informe policial fue manipulado y no se ha realizado ninguna investigación. Ni siquiera han ido a entrevistar al acusado. Ella ha tenido un trauma por todo el proceso y en el parto el bebé nació sin vida.
En otras ocasiones, el obstáculo se da en la visita médica. La Unidad Hospitalaria “Madre e Hijo”, de la ONG Médicos del Mundo en el Nordeste de la capital, cuenta con matronas y doctoras especializadas, y facilita todos los servicios de forma gratuita. Pero por la distribución territorial, las mujeres de otras zonas no pueden acudir a este centro. En el resto de hospitales los servicios tienen que abonarse y esto dificulta el acceso a muchas personas para poderse realizar los análisis y las pruebas.
Por último, uno de los mayores obstáculos es que la mujer sea acusada de “Zina” (sexo fuera del matrimonio), lo cual supone un delito penal. A veces el tribunal establece que hubo consentimiento y, aunque haya sido agredida, puede acabar en la cárcel.
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Aminetu Mint Moctar en TV mauritana |
En nuestra Asociación tenemos un servicio de cinco abogados, pero no llegamos a cubrir todas las necesidades, porque hay tantos casos de embarazaos precoces, falta de pago de la pensión u otras violencias (psicológicas, económicas, físicas). Además, para denunciar, antes podíamos usar los medios de comunicación, pero ahora el acceso a los medios es cada vez es más difícil. Antes teníamos acceso a la TV o la prensa y podíamos denunciar los diferentes casos, denunciábamos a los procuradores, y a los que no hacían su trabajo, pero ahora no tenemos acceso.
VD.- ¿Qué papel juega vuestra asociación, AFCF a nivel de incidencia política?
AMM.- Nuestro trabajo es visibilizar que, aunque en nuestro país, tenemos una Constitución cuyo preámbulo es muy evolucionado y establece la igualdad y los DDHH, los derechos de las mujeres no se conciben ni aterrizan en las leyes. El país ratifica todas las Convenciones Internacionales y regionales, pero luego sus compromisos no son armonizados con las leyes nacionales.
VD.- ¿Cómo valora su colaboración con el Ministerio de Asuntos Sociales, Mujer y Familia?
AMM.- El Ministerio de Asuntos sociales, Mujer y Familia, con un pequeño presupuesto, ha hecho intentos de avanzar en la situación de las mujeres. Pero no tienen los fondos suficientes y sus iniciativas son a veces bloqueadas en el Parlamento. Consiguieron proponer y aprobar la Estrategia nacional de género y un Plan de Acción de Género, pero la ley de protección de víctimas de violencia, sigue bloqueada. En materia de violencia de género, este Ministerio no tiene centros de acogida. Son las asociaciones quienes actuamos.
VD.- ¿Cómo explicáis la paralización de la aprobación del proyecto de ley?
AMM.- Desde nuestra Asociación denunciamos la feudalidad y el obscurantismo religioso y patriarcal que ahora está representado en el Parlamento, y que no va a denunciar jamás la violación o la violencia sexual contra la mujer. De hecho, se han negado a aprobar la ley contra la violencia contra la mujer en numerosas ocasiones.
Esto, a pesar de que el islam prohíbe la violación y se considera como crimen religioso.Las mujeres están en minoría y todo esto requiere de voluntad política. Y sin esto, no podemos avanzar. Hace falta una voluntad política firme.
Hay una evolución del integrismo religioso, lo cual justifica y legitima la violencia conyugal. Pero ese islam extremista religioso, importado de países como Arabia Saudí, y extranjero a nuestras costumbres, es un freno a los derechos humanos.
El Gobierno incluye a algunas mujeres, pero aquellas más preparadas sobre la cuestión de derechos son excluidas. Seleccionan a mujeres que no han sido formadas en la cuestión de género como puro decorado del Gobierno.
Las tradiciones mauritanas no eran así. La mujer mauritana tenía ciertas libertades y derechos en nuestro país. Se está viviendo una pérdida de libertades. Antes, ésta tenía el derecho de rechazo al marido, el derecho de defender su causa, y el que violentaba a una mujer era rechazado por la tribu, pero hoy no es el caso. Hay un retroceso por la influencia de los salafistas. No obstante, también hay mujeres que toman conciencia y denuncian. Antes no sentían la fuerza o la valentía para ello.
VD.- ¿Cómo fue creada La Asociación Mujeres cabeza de Familia?
AMM.- La asociación fue creada en el año 1999. Éramos un grupo de mujeres militantes y nos juntamos para crear una asociación sobre el derecho a la pensión alimenticia, sobre los derechos culturales, contra la esclavitud, etc.
Lo que nos llevó a crearla fue vivir un caso dramático en el que una mujer, que pedía la paternidad de sus hijos, murió después del veredicto del Palacio de Justicia. Ella solicitaba que se admitiera la paternidad y con ello poder sostener económicamente a sus hijos. El hombre era un personaje público y ella era pobre. La acompañamos y en el trayecto, murió de una crisis cardiaca. En ese momento decidimos, con otras compañeras presentes, formar una asociación. Hicimos una asamblea general de 75 personas, tres días después del incidente, con mujeres de todas las capas étnicas y culturales del país (haratina, moras, poular, sonninkés, etc.)
VD.- ¿Cuáles fueron vuestras primeras actividades?
AMM.- Empezamos a formar en liderazgo femenino, pensar en las mujeres sin voz de todo el país. Si la mujer en las zonas urbanas tiene limitaciones, ¿cómo será en las zonas rurales?! Hemos hecho colectas de fondos, para comprar mobiliario para equipar oficinas en todo el país.
Queríamos tener presencia en cada región, en cada departamento. Así que empezamos haciendo sensibilizaciones de tres días en cada Wilaya, y el último día inaugurábamos la oficina. Hicimos el tour en todo el país, porque si no movilizamos a las mujeres en las zonas rurales no podemos tener fuerza. Hemos visto que la alfabetización y el apoyo económico era la prioridad.
VD.- ¿Cuáles dirías que son los principales retos a la igualdad en Mauritania?
AMM.- Según El Código de Estatuto Personal en Mauritania, muchas de las actividades económicas, sociales o económicas requieren de la autorización masculina, como si la mujer fuese menor de edad. La gestión del patrimonio, en un 75%, está sujeta a la autorización de su marido. Respecto a su herencia, la mujer tiene un tutor que la gestiona, una figura masculina que puede ser su hermano, su marido, su padre…La mujer en Mauritania no puede dar la nacionalidad a su hijo si este ha nacido en el extranjero, sólo la aporta el padre, hasta los 18 años. También, las mujeres que se introducen en el sector económico a través de cooperativas, pequeños negocios, etc. tienen dificultades para acceder a un crédito bancario.
También hay temas que son muy difíciles de tratar, como la cuestión de la herencia, que para las mujeres es la mitad que para los hombres. Esta polémica en Túnez está más avanzada, porque tienen una mayor historia de demócratas. Incluso sus islamistas son más progresistas que los mauritanos.Hemos hecho un estudio sobre el tema de la herencia con la Asociación ATFD [4] en Túnez, y con su equivalente asociación de Marruecos.
Tenemos una juventud que no tiene espacios de desarrollo, una juventud rodeada de prejuicios, falta de oportunidades… Es por esto que aquí hay mujeres que quieren salir de esta prisión social, que se van al extranjero, incluso algunas que se esconden en zonas rurales, huyendo de los estigmas.