
Sheila Jeffreys presenta la edición en español de Gender Hurts: el género daña, un libro que pone en entredicho las “leyes trans” que están llegando a España. Hablamos con Ananda Castaño, directora de Labrys, la recién creada editorial independiente que lanza la publicación, de la oportunidad política de este análisis, de genealogía feminista y de la invisibilidad del pensamiento lésbico.
Gender Hurts significa “el género daña”. Esta sencilla oración encierra una tesis política básica para entender el mundo contemporáneo. Es también el título de la investigación con la que Sheila Jeffreys daba el contrapunto en 2014 al famoso Gender Trouble –El género en disputa– de Judith Butler, publicado en 1990. Como apuntan las editoras, “el texto llama la atención sobre los daños que conllevan las prácticas y políticas del transgenerismo, que van desde los efectos irreversibles de los tratamientos experimentales para menores, hasta la pérdida de derechos de las mujeres, pasando por el efecto sobre las personas cercanas”.
Desde la segunda mitad del siglo XX, en la acepción feminista “género” habla de imposiciones sobre las mujeres que deberían quedar en el cajón de la historia. Un concepto para una palabra que, con mayor o menor fortuna, llegó a formar parte del ordenamiento legal a partir del feminismo, con la intención de erradicar la desigualdad basada en el sexo. “El género es el sistema de clasificación de la dominación masculina y constituye la jerarquía en la que los varones tienen poder sobre las mujeres”, escribió Sheila Jeffreys (Reino Unido, 1948) en este Gender Hurts.
La autora no omite tampoco, añaden desde Labrys, el daño a las personas a las que se ofrecen estas prácticas por parte de la industria médica y farmacéutica para aliviar lo que se conoce como “disforia de género”. Un daño que, según las tesis de Jeffreys, sería completamente evitable si se mantuviese la visión feminista. Da cuenta también de cómo ella y otras feministas han sufrido campañas de vilipendio y boicot por expresar sus ideas.
Han pasado siete años desde que la profesora –ya jubilada– de Políticas de la Universidad de Melbourne publicase este ensayo y ahora por fin se edita en español, lo que da una idea de la dificultad en la difusión de trabajos feministas fundamentales. Retrasos y desconocimiento que en definitiva tienen consecuencias en el desarrollo legislativo en nuestro país y en toda el área hispanohablante, la cuarta del mundo con 420 millones de hablantes nativos. El libro se imprimirá también en México, en colaboración con la asociación lésbica Prensa Editorial LesVOZ, para fomentar su distribución en América. La periodista Anna Prats y Ananda Castaño son las traductoras de la presente edición.
Jeffreys es una de las grandes autoras feministas lesbianas contemporáneas, y es también una activista desde hace décadas. Ella es fundadora de la Women’s Human Rights Campaign y redactora de su Declaración sobre los Derechos de las Mujeres Basados en el Sexo, un documento suscrito hasta la fecha por más de 16.000 firmas internacionalmente. Las consecuencias y encendidas discusiones acerca de las leyes de autodeterminación del sexo en los registros civiles –bajo el paraguas de una hipotética “identidad de género”– se vieron antes en su país natal, en Suecia o en Estados Unidos que en el nuestro. En España, hoy está en la agenda del Gobierno de coalición una nueva tanda de reformas que las feministas radicales jóvenes y buena parte de las históricas rechazan abiertamente.
En pleno debate, que también se reproduce en América Latina, hablamos de todo ello con la responsable de Labrys Editorial, Ananda Castaño, y de su iniciativa por la difusión de teoría feminista y pensamiento lésbico.

Ananda Castaño: “Las políticas trans son una amenaza para las lesbianas”
-¿Por qué Gender Hurts y Sheila Jeffreys para arrancar vuestro proyecto editorial? ¿Qué tiene este libro que lo hace importante?
-Nosotras creemos que las políticas transgénero son uno de los asuntos clave del momento político en el que vivimos, sobre todo para las mujeres. Somos una editorial feminista radical y tenemos mucha conciencia de cómo estos discursos son una nueva forma patriarcal de condicionamiento sobre las mujeres. Una vez más, viene a coartar nuestro movimiento y la teorización que estábamos haciendo. Sheila Jeffreys es una de las feministas que trata este tema con profundidad, no solamente en este libro. Y como ella dice, ha sido un tema muy abandonado por la academia e incluso por muchas feministas. Sin embargo, no es un asunto que no hubiera sido abordado antes, ella misma cita The Transsexual Empire: The Making of the She-Male de Janice Raymond, publicado en 1979. Jeffreys también cuenta en este libro cómo ha afectado a los espacios de lesbianas, un aspecto importante para nosotras.
-En los testimonios que leemos, adolescentes y jóvenes lesbianas expresan que ellas pueden llegar a pensar que no son mujeres porque hay una ideología que dicta cómo deben ser las mujeres.
-Claro, ahí las feministas lésbicas hablamos de cómo se mete la institución de la heterosexualidad también en el género y cómo se articulan para mantenernos a todas en el régimen patriarcal. Creemos que estos movimientos transactivistas son una gran amenaza para el pensamiento lésbico y las mujeres lesbianas. Y sobre todo, como dice Sheila, las políticas trans son una amenaza para nosotras. Ella misma en Gender Hurts explica con claridad que esto es una forma de borrado de la existencia de las lesbianas, algo que es una constante en el patriarcado. Narra cómo se han metido en las comunidades el discurso trans y el queer para que la palabra lesbiana vuelva a ser borrada. Incluso las mujeres lesbianas ya ni serían mujeres siquiera, ahora serían “hombres trans” para consolidar esta identidad mediante operaciones y automutilaciones. Algo tan dañino tiene que ser hablado, sobre todo por nosotras.
-¿Creéis que hay un déficit de traducciones de obras feministas en nuestro idioma, y que esto dificulta políticamente la difusión de las teorías y debates?
-Sí, hay una pérdida de autoras que han sido fundamentales. Sus ideas se utilizan sin citar, se hacen refritos, esto lo denuncia Carol Anne Douglas, una mujer que estuvo en Off our backs, una de las editoriales feministas más importantes de los Estados Unidos. Es bastante relevante cómo se han ido perdiendo grandes obras, quedando atrás, descatalogadas. A las que formamos Labrys nos llamó la atención que este pensamiento que se sigue utilizando de fondo no se rescata, y cada vez parece que tenemos que empezar de nuevo. Pero es que a las feministas de la segunda ola (en la cronología anglosajona, alrededor de los años setenta del siglo XX) también les pasó con respecto a las anteriores, eso mismo lo decía Mary Daly respecto a las de la primera. El establishment ha hecho que se perdieran esos libros y ese conocimiento de las mujeres.
De la propia Sheila Jeffreys solo había dos libros editados en español hasta ahora, La Herejía Lesbiana (1993), que está descatalogado, y La industria de la vagina (2008). Hoy se suman los dos que hemos publicado nosotras, Gender Hurts: el género daña y Ensayos sobre Políticas Sexuales. Pero Unpacking Queer Politics, de 2003, que está relacionado porque el transactivismo en parte se basa en teorías queer, no está editado en nuestro idioma.
-¿Qué otros títulos vais a publicar próximamente?
-Ahora mismo Las Políticas de la Realidad, de Marilyn Frye. Es un libro de teoría radical donde por ejemplo define el concepto de opresión, que se ha usado muchísimo en el feminismo y en la academia. Esta autora es una de las más grandes y cuando yo empezaba a estudiar no la conocía casi nadie. Si nos dejamos libros como este atrás nos quedan huecos, parece que en esta nueva ola del feminismo tan de la inmediatez de las redes sociales, manejamos conceptos cuyas fuentes no sabemos dónde están. Hay que dejar de reinventar la rueda y hacer esa genealogía que nos han quitado.
-¿Podemos interpretar Gender Hurts como sugiere su título, como una réplica a Gender Trouble, de Judith Butler? ¿Hay una tesis y una antítesis entre ambos libros?
-En el libro esta idea no aparece explícitamente, pero mi interpretación es que sí lo es.
-Gender Trouble se reedita en castellano desde hace años, está en los escaparates. ¿Cómo veis la distancia entre la repercusión mediática y el apoyo financiero a cualquier declaración de Butler frente a la audiencia a la que llega actualmente Jeffreys en España? En 2019 hemos escuchado a Sheila Jeffreys en una librería madrileña –Mujeres & Compañía– dirigiéndose a un público reducido, gracias al empeño de algunas voluntarias, mientras Butler puede tener a su disposición la infraestructura online del museo nacional Reina Sofía con el patrocinio de la fundación del Banco Santander. ¿Este contraste nos da una imagen de cómo están las cosas en las relaciones de poder?
-De Butler a mí me decían, siendo estudiante, que era “la filósofa femenina del siglo”. En prensa, ella es la referencia. Hay una diferencia entre el trabajo de las mujeres que sí se promueve desde el sistema y el que no. Esto a mí me hace pensar en los márgenes en los que nos movemos con el pensamiento lésbico. Quizás otro pensamiento de algún modo mainstream, o que no lo cuestiona todo, obtiene más eco. Pero ante una mujer que te viene como Sheila, diciendo que el matrimonio homosexual ha sido un gol por la escuadra a la vivencia lésbica y a la liberación de las estructuras patriarcales, muchas levantan una ceja y se ponen a la defensiva.

-¿Cómo es el proyecto editorial de Labrys, habéis tenido ayuda de mecenazgo privado o de subvención pública?
-Labrys ahora mismo se hace con el trabajo voluntario de muchas mujeres sin el que no sería posible. Una editorial siempre es un proyecto muy a largo plazo. Financieramente, gracias a los derechos que nos cedió Sheila con el primer libro, pudimos hacer un crowdfunding para asumir los gastos de Gender Hurts. Jeffreys nos ha ayudado directamente y esto ha sido muy importante para nosotras. Subvenciones no tenemos. Sobre todo somos un proyecto activista, al final lo que buscamos es generar también un espacio de comunicación en el que se puedan encontrar las mujeres.
-Además de la crítica a las políticas transgénero, Sheila Jeffreys es una referencia para el feminismo lésbico, ella es la autora de La herejía lesbiana; y también contra la explotación sexual con La industria de la vagina. ¿Hay alguna manera de enunciar, para las no iniciadas, alguna de las ideas clave del pensamiento lésbico?
-Sí, es una escritora y activista polifacética, que además nunca se ha dejado llevar por el relativismo queer. El lesbianismo político es una de las propuestas de estrategia del feminismo lésbico. Se refiere a la actitud concreta de tomar conciencia de que la existencia lésbica es una elección posible, dado que la heterosexualidad es una institución. Toda mujer con conciencia feminista puede encaminarse a esa existencia. Otra estrategia es la llamada al separatismo, al analizar que los hombres son la casta sexual opresora y qué energía les dedicamos, cómo estamos condicionadas para buscar su validación o para admirarlos. Personalmente, diría que nosotras analizamos las narrativas sobre el constructo de la “orientación sexual”. Esto se está hablando mucho ahora, pero en los setenta no se hablaba de orientación sexual en estos términos.
-¿Qué otras autoras no deberíamos nunca dejar de leer?
-Yo empiezo por Mary Daly, aunque me resulta difícil elegir. También diría Marilyn Frye, Audre Lorde, Adrienne Rich… ¡es que son muchas!
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“Gender Hurts: el género daña. Un análisis feminista de las políticas del transgenerismo” saldrá a la venta (19,80 euros) el 11 de abril. En esa fecha, WHRC y Labrys realizarán una presentación online con Sheila Jeffreys destinada al mundo hispanohablante.