El 26 de noviembre de 2021 el periódico El País publicó un artículo que recogía datos del informe publicado por el Hospital Clínic de Barcelona, sobre las agresiones sexuales atendidas en Urgencias del 1 de Enero al 31 de Octubre de 2021, y recoge las siguientes declaraciones de la doctora Lluïsa Garcia Esteve, psiquiatra y presidenta de la Comisión de Violencia Intrafamiliar y de Género del hospital creada hace 30 años: “La vuelta a la normalidad social ha supuesto que las agresiones vuelvan a dispararse. En el fondo no hemos aprendido nada. La violencia enferma y provoca enfermedad a corto, medio y largo plazo.”
Mi interpretación del tono que empleó la doctora al hacer estas declaraciones es de impotencia y enfado, porque los datos de los que habla son alarmantes:
- Desde principios de año han llegado a urgencias 368 personas, 331 mujeres y 37 hombres, un 41,5% más que el mismo período del año pasado.
- El 49,2% de las agresiones fueron a menores de 25 años. Una de cada dos.
- El 65,2% de las mujeres fueron violadas (vaginal, anal, bucal).
- El 41,5%, la mayor parte, de las personas agredidas llega a Urgencias por iniciativa propia y el 25,2% de las personas agredidas llega a Urgencias con acompañamiento policial.
- El 65,2% de las mujeres fueron violadas (vaginal, anal, bucal).
- El 58% de las agresiones a mujeres se produjeron en un domicilio
- El 7,78% de las mujeres fueron agredidas por su pareja, expareja o marido. El pasado año era el 9,7%.
- El 17% de las agresiones a mujeres las cometieron más de un agresor, en 2019 eran el 6,5%.
- El 55% de las agresiones en las que se sospecha sumisión química se cometieron a menores de 25 años.
- El 60% de las mujeres agredidas presenta intención de denunciar, sin embargo en 2010 era el 80% de las mujeres agredidas las que querían denunciar.
- El 43% de las chicas que vienen más tarde de 72 horas tenían menos de 25 años. Y el 90% habían sido violadas. Y el 21,4% habían sido agredidas por grupo.
En una entrevista concedida unos días antes la doctora Lluïsa García Esteve explicaba lo siguiente: “Los problemas de salud mental son la secuela más frecuente en las mujeres que han sufrido una agresión sexual. Los síntomas pueden aparecer en el mismo momento o al cabo de semanas o, incluso, meses.La violencia sexual provoca enfermedad a corto, medio o largo plazo. Las agresiones sexuales representan una amenaza para la integridad y son una vivencia traumática que lleva al organismo a reaccionar ante un estrés intenso provocando diferentes síntomas y disfunciones que pueden ser leves o graves. Como el trastorno de estrés postraumático, la depresión, la ansiedad, el consumo de sustancias, problemas para dormir, autolesiones…”
En 2018 el periódico La Vanguardia recogía declaraciones de Teresa Echevarría, enfermera coordinadora de Urgencias y miembro del equipo de agresiones sexuales del Hospital Clínic: “Las agresiones sexuales no son como cualquier otra agresión interpersonal en que uno puede quedar dañado en una pelea o en un robo. Es totalmente diferente. Humilla de forma premeditada, destruye tu integridad, te lesiona. Las víctimas sienten que han sido destruidas, usadas y tiradas”.
Soy psicóloga Sanitaria e integrante del Front Abolicionista-PV, plataforma que cuenta entre sus integrantes con asociaciones que atienden sociosanitariamente a mujeres en situación de prostitución y que ven en ellas está sintomatología, y además contamos con la exeriencia aportada por compañeras superviventes de la prostitución que también forman parte del Front, y hablan de las mismas secuelas padecidas por la conducta de los prostituidores, porque imponer una práctica sexual es una agresión sexual. En la prostitución no se “compra sexo”, se imponen prácticas sexuales, y se monetiza la conducta del agresor para validarla frente al grupo de iguales. La prostitución es un fenómeno social concomitante con la Violencia Sexual y tiene que estar tipificada como tal.
Yo vivo en València y busqué la publicación de un informe similar por parte de mi hospital de referencia, La Fé, y no lo he encontrado, pero sí encontré la publicación de RESULTADOS DE LA IMPLANTACIÓN DE UN PROTOCOLO DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS DE AGRESIONES SEXUALES EN URGENCIAS DE UN HOSPITAL TERCIARIO DE REFERENCIA, publicado el 30 de Noviembre de 2021 y referido a La Fé, y en el que aparece lo siguiente:
- -La Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía, presentan el mayor número de víctimas, todas mujeres, y en más del 95% de las ocasiones el agresor fue un hombre. El grupo de edad más prevalente está comprendido entre los 15 y 30 años.
- -Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario que cada país establezca programas y políticas que permitan abordar de manera integral la violencia sexual, precisándose una respuesta multidisciplinar por parte de sanitarios, justicia y educación.
- -Las consecuencias psicológicas son una de las repercusiones más graves de las agresiones sexuales. Short et al, en un estudio reciente concluyen que, tras el seguimiento de 706 víctimas atendidas en 12 centros de Estados Unidos, mediante entrevista en las 6 semanas posteriores a la agresión, 76% presentaban estrés postraumático, depresión o ansiedad, y 63% tenían dolor.
Y aquí es donde discrepo con la doctora Lluïsa García Esteve, porque las mujeres Feministas sí que hemos observado, analizado y estudiado la Violencia Sexual y hemos aprendido las múltiples caras que presenta: abuso, agresión, violación, explotación… Su institucionalización en las sociedades patriarcales: pornografía, prostitución, matrimonio infantil, matrimonio forzado… Hemos realizado estudios y publicado datos, escrito artículos y libros, realizado Jornadas, Seminarios, Cursos… Nos hemos agrupado en Asociaciones, Colectivos, Federaciones, Plataformas, y a nivel municipal, autonómico y estatal.
¿Y por qué el nº de agresiones sexuales ha vuelto a dispararse?, ¿por qué España ocupa el primer puesto en demanda de prostitución en Europa?, ¿por qué año tras año aumenta el nº de menores condenados por agresiones sexuales?, ¿por qué el visionado del porno está al alcance de niños de 8 años, con todo lo que eso conlleva: “La conducta de imitación de la violencia se neutraliza con un adulto al lado, pero en el porno no hay adultos. Se ha banalizado la pornografía alegando que no tiene impacto, pero lo tiene. ¿Se puede hacer algo? Sí, en prevención y en cultura.” (declaraciones del doctor en Sociología Lluís Ballester el ¡22/6/2019! al Diario de Mallorca).
“Para llegar a poner en práctica lo que ven en la pornografía, muchos hombres recurren a la prostitución. Y es necesario que previamente se haya cosificado a la mujer y la perciban como un objeto sexual, que se produzca un distanciamiento emocional. Para que algo sea sexo tiene que contar con el deseo de las mujeres. No existe la compra de sexo, existe el pago para dejar de sentir que estás ejerciendo violencia. Por qué cuatro de cada diez hombres prostituyen a mujeres, por qué la pornografía está tan asumida, por qué hay tantos abusos sexuales en la infancia: ese deseo no necesita reciprocidad, no se basa en la igualdad. La sociedad ha abierto la puerta a una masculinidad que puede llegar a excitarse con situaciones que las mujeres no desean e incluso les producen dolor y las humilla. Es un continuo que comienza con la socialización desigual de niños y niñas y que va normalizando distintos niveles de violencia.” (declaraciones de la investigadora Mónica Alario Gavilán, premiada por el Ministerio de Igualdad en 2021 por su tesis, «La reproducción de la violencia sexual en las sociedades formalmente igualitarias: un análisis filosófico de la cultura de la violación actual a través de los discursos y el imaginario de la pornografía»).
Las mujeres Feministas, y cada vez más hombres Feministas, SÍ QUE HEMOS APRENDIDO Y RECLAMAMOS LA IMPLEMENTACIÓN DE LAS POLÍTICAS IGUALITARIAS, A LAS QUE TENEMOS DERECHO POR LEY TAL Y COMO LO RECOGE LA LEY ORGÁNICA 3/2007 Para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, donde tiene cabida esa respuesta multidisciplinar por parte de sanitarios, justicia y educación, reclamada por la OMS, que sin embargo no tipifica la actividad de la prostitución como Violencia Sexual ni establece la vinculación de la pornografía en el aprendizaje y normalización de esta violencia, ya que en sus documentos se limita a relacionar esta violencia con la Trata y la prostitución forzada, a pesar de toda la investigación científica que reclama esa tipificación.
Porque con la socialización androcéntrica, mimada y sostenida por el modelo socioeconómico patriarcal, hemos topado. Y el activismo Feminista se ha topado con el androcentrismo inherente en los partidos políticos y en la clase política, que son los responsables fallidos de la implementación de las políticas igualitarias, pendientes desde 2007.
Hay honrosas excepciones dentro de la clase política, un claro ejemplo es la Consellera de Justicia de la Generalitat Valenciana, Gabriela Bravo, Feminista Abolicionista socialista, creadora del Foro Valenciano para la Abolición de la prostitución, ninguneada por su propio partido, el PSPV, al discrepar abiertamente con la Consellera de ¿Igualdad? y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, que lidera el grupo político COMPROMÍS, que en un claro ejemplo de mala praxis política, ha elaborado un documento político que carece del consenso que estaba obligada a conseguir, la Estrategia Valenciana Contra (casi todas) Las Violencias Sexuales, que al no tipificar la pornografía y la prostitución como Violencia Sexual carece del peso político y de su consiguiente repercusión social, a la hora de realizar las tareas de prevención y sensibilización que precisamos con urgencia.
El Govern del Botànic (PSPV-COMPROMÍS-UP) dió el visto bueno a los desatinos de Mónica de Oltra en la elaboración de la Estrategia a pesar de la oposición de Gabriela Bravo, y del compromiso político para el desarrollo de Normativa Autonómica Abolicionista adquirido tras la aprobación de la PNL, elaborada y promovido por el Front Abolicionista-PV. El mismo Govern que permite que la Conselleria de Educación (COMPROMÍS) y la de ¿Igualdad? y Políticas Inclusivas (COMPROMÍS) avalen la guía “Els nostres cossos, els nostres drets” como herramienta pedagógica comprometida con los principios de la coeducación, cuando es un panfleto del dogma queer, muy bien pagado por cierto con dinero público, que presenta a nuestras/os adolescentes como modelo explicativo de la respuesta sexual femenina, un modelo terapéutico diseñado para atender la falta de deseo que algunas parejas de mujeres lesbianas de larga duración expresaban en sesiones de terapia de pareja, en el que se afirma que el deseo, en el caso de las mujeres, no es un elemento importante para iniciar una relación sexual; sobre la respuesta sexual masculina no hay explicación alguna, el deseo masculino no se aborda en ningún momento. También se informa a chicos y chicas, refiriéndose al modelo referente de las chicas, que lo que importa no es el orgasmo sino cómo se sienten las personas sobre la experiencia global. Vuelvo a traer aquí las afirmaciones de Mónica Alario respecto a la invisibilización de la Violencia Sexual en sociedades formalmente igualitarias: “Es un continuo que comienza con la socialización desigual de niños y niñas y que va normalizando distintos niveles de violencia. Por qué cuatro de cada diez hombres prostituyen a mujeres, por qué la pornografía está tan asumida, por qué hay tantos abusos sexuales en la infancia: ese deseo no necesita reciprocidad, no se basa en la igualdad.”
El 26 de julio del 2020 el Front Abolicionista-PV hizo pública una denuncia de la desacertada guía, y desde entonces hemos seguido denunciándola. Hemos conseguido que se hiciera una 2ª edición y eliminaran todo el discurso pro “trabajo sexual”, pro “asistencia sexual”, pro pornografía como elemento integrante de la sexualidad, pro úteros de alquiler, pero la invitación a aceptar y acomodarse en el modelo de socialización androcéntrica, la inexistente crítica y explicación de la desigualdad estructural que sostiene la violencia sobre niñas y mujeres, sigue exactamente igual.
Nos hemos manifestado y seguiremos haciéndolo frente a la Conselleria de ¿Igualdad? y Políticas Inclusivas, para que se retomen las sesiones de trabajo y se elabore la Estrategia Valenciana Contra la Violencia Sexual que reclamamos y necesitamos, pero ni la Conselleria ni el Govern del Botànic supuestamente Feminista y Progresista, se dan por enterados.
Pero como afirmé y retomo para concluir este artículo, LAS FEMINISTAS SÍ QUE HEMOS APRENDIDO MUCHO, y tras comprobar el obstáculo que para cambiar el modelo socioeconómico patriarcal suponen los partidos políticos marcados por el androcentrismo, a pesar de que incluyan a mujeres Feministas en su militancia y en cargos de responsabilidad, porque ya hemos comprobado con suficientes ejemplos como son bloqueadas y apartadas cuando quieren poner en práctica medidas concretas con dotación presupuestaria, sabemos que es absolutamente imprescindible que un partido político Feminista tenga representación Parlamentaria, y no cejaremos en nuestro empeño.
Nos va la salud y la vida en ello. Queremos esa vida buena, de la que habla Ana de Miguel en su libro “Ética para Celia. Contra la doble verdad”, que merece todo ser humano pero que nuestro modelo de sociedad patriarcal impide “al haber construido una doble verdad sobre el sentido de la vida (…), un sentido de la vida distinto, a menudo opuesto, para los hombres y para las mujeres; unas normas de lo valioso y lo bueno para las chicas y otras para los chicos. (…) La política debe ser el instrumento para cambiar las estructuras que permitan poner fin a la doble verdad, debe servir para transformar radicalmente los cimientos de un mundo en el que las “instrucciones de uso” han sido radicalmente distintas para mujeres y hombres, y no solo eso, sino que fueron hechas por los hombres. (…) La política tiene como finalidad organizar nuestros trabajos y nuestras actividades, nuestras relaciones y nuestros sueños, pero tendrá que hacerlo sin tolerar más abusos.”
La presencia de un partido político Feminista en nuestro Parlamento, es la garantía de que se hará política que realmente esté comprometida con la eliminación de la desigualdad estructural que sostiene este modelo socioeconómico.
NOSOTRAS NO ACEPTAREMOS LO INACEPTABLE.