Octubre de 2062, cae la tarde y padre e hijo pasean de la mano cerca del campus. De pronto, se escuchan unos cánticos a lo lejos. Se acercan a un edificio alto que parece ser el origen del ruido. Al llegar, contemplan que decenas de chicos se agolpan en las ventanas y cantan todos a una. La melodía es bonita, suave y hasta dulce, pero no se alcanza a entender bien lo que dicen.
Papá ¿qué es eso?, ¿quiénes son? ¿qué cantan?, ¿por qué?.
¡Ah! pues… pensando en la fecha en la que estamos, creo debe ser una tradición que existe y se repite siempre al comienzo de curso. Los chicos que viven en residencias en esta zona, cantan cosas bonitas a las mujeres. Es una forma de expresas que las respetan, las quieren y que desean establecer con ellas relaciones sanas y cómplices.
¿Qué significa tradición, papá?
Ehhh… bueno, es como una costumbre, algo que se trasmite de generación en generación, año tras año. Como la tradición de hacer regalos cuando alguien cumple años, por ejemplo.
¿Entonces esto que hacen estos chicos se ha hecho siempre, papá?
¡Ah no, qué va! Hubo un tiempo, en el que gritaban violentamente y amenazaban a las chicas. Lo recuerdo, yo era un niño como tú. Me acuerdo que mi padre (tu abuelo) se empezó a juntar con otros hombres que no estaban de acuerdo con tratar así a las mujeres y empezaron a hacer entrevistas en la tele (que era un aparato que había entonces), hacían manifestaciones, escribían libros y artículos, y se juntaban con otros hombres que también querían ser mejores y, juntos, fueron diciéndoles a otros hombres que merecía la pena el cambio. Que podrían llegar a ser seres humanos más desarrollados y completos
Pero entonces, papá ¿hubo un tiempo en el que no hacían estas canciones?
Así es, hace mucho, había chicos confundidos con lo que significaba ser hombre, creían que siendo violentos y machistas eran mejores y que no había otra forma de estar en el mundo. Pensaban que tenían que ser así para que sus amigos los admiraran y quisieran. Además, les gustaba la idea de sentirse poderosos y con privilegios. No sabían que, antes que ellos, había habido grandes hombres que admiraban y reconocían a las mujeres como iguales, como el economista Stuart Mill en el siglo XIX, o deportistas como Andy Murray o Pau Gasol en mis tiempos.
Las cosas han cambiado mucho, como ves. Bueno, vámonos a casa que se hace tarde y tenemos que preparar la cena, pensar en la comida de mañana y llamar a la abuela para ver cómo ha pasado el día.
Chicos, tenéis la oportunidad de hacer historia, de crear una tradición.