Madrid, 04 sep. 14. AmecoPress. La periodista congoleña, Caddy Adzuba, ha sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. La activista dedica su vida a denunciar las consecuencias del conflicto que vive su país desde 1996 y, especialmente, la violencia que se ejerce sobre las mujeres, que son usadas como arma de guerra, ante el silencio de la comunidad internacional.
En el este de la República Democrática del Congo, desde hace dos décadas, las mujeres sufren violaciones de forma metódica, sistemática y masiva. Su cuerpo se ha convertido en un campo de batalla más. Se trata de un arma de guerra que destruye el tejido social y económico, ya que las mujeres entre tanta violencia y miseria a causa de la guerra, son capaces de sacar adelante a las familias. De esta manera, tras violaciones de extremada crueldad que las dejan rotas física y emocionalmente, ellas ya no pueden continuar. Las violaciones se llegan incluso a producir delante de los hijos y padres de las mujeres y niñas. Se obliga a hijos y padres a violar delante del resto de la familia a las mujeres, bajo amenaza de muerte contra ellos y sus seres queridos. Se introducen en los órganos sexuales de las mujeres todo tipo de utensilios (armas, cuchillos, troncos de madera…) para degradar y dañar de forma irreversible su cuerpo y su dignidad. La RDC ha sido definida como la capital mundial de las violaciones.
Caddy Adzuba es una firme defensora de la Resolución 1325 del año 2000 y de la Resolución 1848 del año 2008 aprobadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que insta a la protección de las mujeres y niñas en los conflictos y a la inclusión de una perspectiva de género en los mecanismos de prevención, gestión y resolución de los mismos. Caddy Adzuba ha dedicado su vida y profesión a exigir que se cumpla esta resolución y a denunciar la impunidad de los altos responsables que la vulneran. La periodista pone en riesgo su propia vida cada día intentando hacer que el mundo reaccione. Ella misma y otros y otras defensoras de los derechos humanos sufren acoso y amenazas constantes. Esta violencia extrema, se comete hoy con mayor intensidad que nunca, gracias a la total impunidad de que gozan los violadores y a la pasividad de la comunidad internacional.
“Necesitamos dar a conocer lo que está pasando y difundir las resoluciones de la ONU sobre la protección de las niñas y mujeres en los conflictos. Este es el llamado que hago a la sociedad civil, a las mujeres y a los periodistas: movilizarnos para presionar a las instituciones que tienen el poder para cambiar las cosas”, pedía la activista en una entrevista con AmecoPress.
Apoyo
Con motivo del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a Caddy Adzuba, las organizaciones que apoyaron su candidatura ofrecerán una Rueda de Prensa este viernes 5 de septiembre a las 12:00h en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
“Las organizaciones convocantes nos sumamos a este merecido reconocimiento a Caddy y apoyamos su lucha contra la violencia sexual como arma de guerra en el Congo y sus reivindicaciones en torno a la restitución de la dignidad de las mujeres del Congo y el cumplimiento de las resoluciones 1.325 y 1.848 de Naciones Unidas, para evitar y condenar las violaciones perpetradas contra mujeres, niñas y niños en zonas de conflicto armado”, expresan.
Trayectoria
Caddy Adzuba recibió en abril de 2009 el premio Julio Anguita Parrado de la Federación de Sindicatos de Periodistas, en reconocimiento a su labor en situación de extremos peligro y como símbolo del coraje de las mujeres africanas y de las mujeres periodistas en zona de guerra. En octubre fue premiada por “El Club de las 25”, asociación de mujeres periodistas.
Nació en Bukavu, República Democrática del Congo, en 1981. Licenciada en Derecho por la Universidad Oficial de Bukavu y miembro fundadora de la red Un Altavoz para el Silencio. Es miembro de la Asociación de Mujeres de Medios de Comunicación del Este de Congo, gracias a la cual se han realizado distintas alegaciones a la Corte Penal Internacional y al Senado de los Estados Unidos, denunciando la violencia sexual que sufren las mujeres de República Democrática del Congo, un país que vive en guerra desde 1996 y en el que se cifra una media de cuarenta violaciones diarias a mujeres desde el inicio del conflicto.
Además, preside AFIDEP, una organización que trabaja con las con niñas y niños soldado, ayudándoles a superar el trauma, a formarse y a reconciliarse con su comunidad, cuando es posible; y con mujeres víctimas de la violencia sexual.