La autonomía de las mujeres es un factor fundamental para garantizar el ejercicio de sus derechos humanos en un contexto de plena igualdad. El control sobre su cuerpo (autonomía física), la capacidad de generar ingresos y recursos propios (autonomía económica) y la plena participación en la toma de decisiones que afectan su vida y su colectividad (autonomía en la toma de decisiones) constituyen tres pilares para lograr una mayor igualdad de género .
Sobre la autonomía en la toma de decisiones, es decir la presencia de las mujeres en los distintos niveles de los poderes del Estado estos son algunos datos sobre la situación en España.
Estos indicadores miden la dimensión de la relevancia de la «presencia» (según el concepto de Anne Philips). No se recogen indicadores sobre la dimensión de la representación de la agenda feminista en los parlamentos, en el ejecutivo o el judicial, por medio de indicadores de la «política de ideas».
España gracias a sus políticas de acción positiva duplica el porcentaje de mujeres parlamentarias a nivel global que apenas supera el 21% un porcentaje, que creció desde aquel 11 % en el año 1995, cuando tuvo lugar la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. –