El serbio Novak Djokovic, número uno mundial de la ATP, volvió a pedir disculpas por los comentarios que realizo a Raymond Moore, director de Indian Wells, en las que señalaba que las mujeres debían dar las gracias por los éxitos del tenis masculino. Moore había señalado que las mujeres deben usar «hormonas y cosas diferentes» para poder competir a un alto nivel, y justifico la diferencia de recompensa monetarias del tenis femenino Esas declaraciones han tenido respuesta de tenistas de primer nivel como Serena Williams, número uno de la WTA, o Andy Murray, o la checa Petra Kvitova, dos veces campeona de Wimbledon molestos por los comentarios sexistas de Djokovic.
Serena Williams recordó a Djokovic que las mujeres han tenido un papel preponderante en la historia del tenis y que «tantas mujeres campeonas, jugadoras que han dado tanta audiencia al deporte como la han dado los hombres».
Estas protestas de las tenistas y algunos compañeros de ‘Nole’ le han llevado a enviar mensajes a aquellos que le han criticado en un intento de poner freno a unas críticas que deterioran su imagen pública.
Djokovic ha indicado que nunca tuvo “ninguna intención de ofenderlos o llegar a connotaciones negativas con mis declaraciones» y manifestó sentir haber hecho daño a sus colegas del tenis femenino: “Tengo un gran respeto por todas ellas».
Ya metido en el debate, Novak Djokovic en rueda de prensa previa a su participación en el Masters 1000 de Miami se manifestó a favor de » una mejor distribución de la riqueza que se genera en el circuito de los torneos, y me refiero a todos los géneros y no solo los hombres”.
Todo un debate que vuelve aponer en evidencia que los éxitos deportivos femeninos no se traducen económicamente y que las diferencias salariales entre hombres y mujeres siguen siendo muy grandes en un mundo donde la clave para incorporar el deporte femenino al gran público se encuentra en los patrocinadores y que estos quieran invertir en ellas. Pero sin presencia de este deporte en los grandes medios hay problemas para encontrar patrocinadores. Un círculo infernal que precisa de acciones positivas.