Gestación subrogada y selección natural

Eduardo Aguayo
Eduardo Aguayo
Biólogo y otras cosas, gay, padre.
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Los recursos son limitados, las especies y las personas luchamos por ellos para sobrevivir y que nuestra herencia genética pase a la siguiente generación, con el paso del tiempo se produce una selección de los más aptos. Esto es en resumen la teoría de la Selección Natural de Darwin.
Durante el siglo pasado se pusieron de moda procesos eugenésicos para mejorar poblaciones, es lo que hicieron los nazis con la raza aria, o en Estados Unidos donde muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico , imbécil o débil mental».

Los Juicios de Núremberg llevaron a la formalización de políticas de ética médica.
Hoy en día estamos ante la idea de un nuevo recurso limitado, nuestro cuerpo sobre el que trascurre un tiempo también limitado. Al que se suma nuestras propias limitaciones reproductivas. Todo esto sumado a que tenemos una separación cada vez más grande de clases sociales dentro de los países y entre estos cada vez más diferencias entre países pobres y ricos.
De vez en cuando, salen en las noticias, imágenes de parejas acaudaladas que se van a otros lugares “a tener hijos” a través de la llamada “gestación por sustitución”. Lo hacen bien porque no pueden tener hijos/as o, simple y llanamente, no quieren pasar por un embarazo en algunos casos (en vez de intentar adoptar o acoger un niño/a).

Vientre de Alquiler_0Para ello, utilizan la capacidad reproductiva limitada de una mujer como receptora (una mujer no puede gestar un número indefinido de hijos/as, por lo que la gestación de bebés de otras personas va en detrimento de sus capacidades como madre en el futuro) y a gran escala, la capacidad de esa población de gestar (en un mundo en el que se establezca este modelo tendríamos a mujeres a gran escala teniendo bebés para otras personas en detrimento del desarrollo biológico de su propia comunidad) . Es decir, se impone con un recurso económico (el dinero de los padres y madres intencionales) la compra de un recurso limitado reproductivo.
¿Esto es ético? ¿Estamos ante una nueva Eugenesia, esta vez de carácter económico, donde se está haciendo una selección de clase social, en el que personas con recursos tienen más posibilidades reproductivas?
Imagino que al pagar por un servicio, los compradores exigirán que el producto sea lo más perfecto posible, ¿se están tomando las medidas para asegurarnos que no se están haciendo selección de embriones, de la característica que sean?

Uno de los momentos que me posicionaron en contra de la llamada gestación subrogada (o vientres de alquiler) fue una conversación con un padre adoptivo, que comentaba que “si pudiese dar marcha atrás utilizaría el cuerpo de una mujer para tener un hijo biológico, porque al ver a su hijo adoptado no se reconocía en él”. Me dolió sobre manera, ¿cómo podemos trabajar por la diversidad si nos puede llegar a incomodar en nuestra familia? Mi hijo y mi hija son adoptados, me enriquecen con sus diferencias, no son iguales a mi (tampoco un hijo biológico), y tampoco se lo pido. Forma parte de la libertad fundamental de cada uno ser uno mismo. Por otra parte, ¿intentar verse en tu descendencia y no encontrarlo y que, ese hecho, te moleste, no es creer que aquello que buscas es mejor que lo que en realidad encuentras? Prefiero mi familia en la que nos tratamos como iguales, con nuestras imperfecciones y mejoras.
Escucho últimamente, como argumento, que existe un supuesto derecho reproductivo de los padres y madres “intencionales” que quieren tener sus hijos/as por subrogación. Se equivocan: son los menores los que tienen derecho a encontrar una familia, no al revés. Lo que tiene que regir cualquier relación son los derechos humanos, en este caso los de las mujeres, cuyos cuerpos son utilizados para satisfacer el deseo de personas que anteponen lo genético a los lazos que se pueden crear entre padres y madres e hijos.

Hay que recordar que tras la firma de un contrato de subrogación la mujer pierde la capacidad de decisión, como nos recuerda el reciente caso sucedido en EEUU, donde a una mujer se le pidió abortar uno de los trillizos. Al negarse se le retiraron los tres hijos que había parido, aunque ella quería quedarse con el que el padre biológico rechazaba. Ahora mismo, esta mujer está en una batalla legal para que se declare inconstitucional la maternidad subrogada en EEUU.
En noviembre del año pasado murió una mujer por disrupción placentaria; había firmado un contrato de subrogación con una pareja española.
Todo esto es importante conocerlo unas horas antes de que en la Asamblea de Madrid se vaya a debatir una PNL presentada por Ciudadanos, y meses antes de que haya una especie de feria internacional de gestación subrogada en España (¿Se puede hacer este tipo de eventos apoyando una técnica ilegal en nuestro país? Increíble).

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