Soy una forofa de la RTVE en la medida en que debe ser un servicio público que garantice el acceso a informaciones que no revisten interés para los medios comerciales, pero que son de interés general. La vocación de servicio público de RTVE debe llevarla a contribuir al fomento del deporte femenino y a promover modelos deportivos no discriminatorios por razón de sexo. Eso puede hacerlo ampliando la presencia del deporte femenino en sus canales.
A la Corporación RTVE le costó entender la importancia de emitir la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2015 que tuvo lugar en Canadá. Finalmente lo hizo y hay que felicitarse por ello, ya que fue un hito en la historia del deporte femenino español y por tanto un asunto de interés público. España se había clasificado por primera vez para una cita mundialista en fútbol femenino y lo hizo a pesar del escaso apoyo con que cuentan las mujeres futbolistas, el abandono y los agravios que este deporte femenino sufre por parte de la Federación, y el escaso apoyo a la difusión de sus hazañas deportivas.
Hay que sostener y llevar el compromiso del Ente Público más allá de este acontecimiento deportivo, haciendo que RTVE lidere, junto a organismos de promoción de la igualdad y de las federaciones deportivas, una estrategia de respaldando a la esponsorización, para facilitar la profesionalización y eso puede hacerse a través de la emisión regular de distintos acontecimientos deportivos femeninos e informando regularmente sobre los mismos.
Reportajes que ayudan a comprender la situación
Sensibilizarnos sobre la realidad que viven las mujeres futbolistas españolas es otra tarea que deben acometer estos organismos. En esa línea el reportaje «Cuestión de pelotas» es un magnifico ejemplo que «muestra la lucha de un grupo de chicas por regularizar su situación laboral y deportiva y alcanzar la igualdad de derechos con el fútbol masculino».
Documentos TV nos muestra como las jugadoras se mueven en una ilegalidad tolerada y nos muestra la realidad de mujeres que para poder ser fichadas y «compensarlas de alguna manera», son contratadas por los clubes con contratos de limpiadoras, con trabajos ficticios en empresas amigas o, directamente, pagándoles en dinero negro.
El reportaje deja en evidencia la total desprotección ante lesiones, el día a día de las jugadoras, sus anhelos y los obstáculos que afrontan y que se hallan fundamentalmente en la falta de complicidades de los responsables de la Real Federación de Fútbol.
¿Qué esperar de directivos que piensan que «las jugadoras deben contentarse con disfrutar de su deporte, no pasa nada si no pueden ser futbolistas «siempre pueden ser médicos, abogados, la vida no se acaba»?
De momento sería recomendable que los responsables de la competición femenina en la Real Federación de Fútbol sean gentes sin prejuicios sexistas y comprometidos con implementar estrategias para avanzar en la profesionalización.
Vengo diciendo que esto es imposible sin una suficiente esponsorización. En el fomento de esa medida juega un papel esencial la RTVE. los organismos de promoción de la igualdad y las federaciones deportivas. A ver si se ponen manos a la obra.