Francisca de Pedraza presentó el 28 de julio de 1620 ante el canónigo de la Colegial de la villa de Alcalá de Henares la primera demanda de divorcio por violencia y humillaciones de su marido contra ella.
La demanda, en la que los testigos confirmaron la existencia del maltrato, tuvo sentencia el 16 de septiembre de 1620 y en ella se determinaba pedir a Jerónimo Jaras, marido de Francisca, “que de aquí adelante trate bien y amorosamente” a su mujer.
Pero la brutalidad continuo y Francisca interponía el 6 de julio de 1622 una nueva demanda ante la corte arzobispal que le diese la posibilidad de tener un domicilio distinto al de su marido. El vicario general dictaminó el 13 de octubre del mismo año una amonestación contra Jerónimo Jaras para que “de aquí en adelante trate a la dicha su mujer con mucho amor […] y no le haga semejantes malos tratamientos”.
Esta amonestacion sin consecuencias penales o civiles, al igual que ocurre hoy en día, supuso poner en riesgo la vida de Francisca de Pedraza que continuó reclamando a la Justicia una separacion de facto . La falta de protección de las administraciones eclesiásticas alcalainas que incluso la obligaban a hacer “vida maridable” y que le indicaba «que a este mundo se venía a sufrir y que semejante decisión la abocaría al fuego eterno», la llevo hasta las más altas instancias, y Francisca de Pedraza contacto con el nuncio del Papa ante los reinos de España, que autorizó llevar el caso ante la Audiencia Escolástica de la Universidad de Alcalá de Henares.

Tras diez años de maltrato continuo el jurista Don Álvaro de Ayala, se pronuncio en una sentencia «clara, diáfana y novedosa»: se permitió la separación y se dictaminó que Jerónimo Jaras devolviera la dote entregada en el matrimonio. Se concedió ademas la que puede considerarse la primera orden de alejamiento para que el agresor !no inquietara» a Francisca de Pedraza-
Esta historia, ha quedado reflejada en el libro «UNA ALCALAINA FRENTE A UN MUNDO: EL DIVORCIO DE FRANCISCA DE PEDRAZA» de Ignacio Ruiz Rodriguez y historia que muestra cuatrocientos años más tarde como una mujer alcalaína de finales del siglo XVI y principios del XVII se enfrento durante años a la brutalidad, la violencia de su marido y una sociedad tolerante contra la violencia hacia las mujeres.
En estos dias, el caso Francisca de Pedraza vuelve tras la petición por parte del Grupo Popular de Alcalá de Henares de que reciba “el reconocimiento y homenaje de la ciudad que fue testigo de su sufrimiento y de su coraje, reafirmando así además el compromiso de todos en la lucha contra los malos tratos y la igualdad entre hombres y mujeres” .Esta moción ha sido aprobada por unanimidad por el Pleno Municipal.