Cuando se piensa en la expresión política del feminismo es inevitable pensar en un partido político de izquierda. De hecho, cuando se piensa en el contenido fundamental de la agenda política de la izquierda es imposible no citar la igualdad entre hombres y mujeres como una parte fundamental de la misma. Y sin embargo, el feminismo no forma parte «per se» de la izquierda.
Es cierto que en los últimos años, sobre todo a partir de la labor de los gobiernos socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero, ha existido una identificación clara entre la izquierda y el feminismo. Iniciativas como las leyes contra la violencia de género, la ley de igualdad, la reforma de la regulación del aborto o el primer gobierno paritario han hecho que esta coincidencia de agendas parezca natural. Además, a nivel teórico, si consideramos la doctrina política de la izquierda como una lucha contra cualquier clase de dominación pública o privada, parece claro que no se puede ser de izquierdas sin ser feminista.
Pero en política nada surge por mero azar ni de forma natural. De hecho, si observamos la intervención de Zapatero tras ganar el 35 Congreso del PSOE en el año 2000, solo se refiere a la igualdad de género en un párrafo de un discurso de más de doce páginas y donde se limita a llamar la atención de cómo las mujeres deben «asumir sus roles tradicionales y los nuevos». Muy lejos de lo que posteriormente sería su obra de gobierno.
Entonces cabe preguntarnos: ¿qué pasó para que un partido que tenía una preocupación genérica por la igualdad pasase a integrarla como parte fundamental de su agenda política? La respuesta, a mi juicio, fue la decisión de aliarse con el movimiento feminista. Un movimiento que estaba trabajando hasta entonces de forma autónoma (por ejemplo, en la visibilización de la violencia de género, que entonces se consideraba un mero problema doméstico), aunque con muchas militantes en los partidos de izquierda. Solo tras esa alianza, que costó trabajo y se encontró con la oposición de históricos líderes del partido, se produjo una identificación entre feminismo y socialismo que después se tradujo en políticas públicas y que hoy se mantiene con propuestas punteras en asuntos como la prostitución o la gestación subrogada.
Solo tras esa alianza, que costó trabajo y se encontró con la oposición de históricos líderes del partido, se produjo una identificación entre feminismo y socialismo que después se tradujo en políticas públicas y que hoy se mantiene con propuestas punteras en asuntos como la prostitución o la gestación subrogada.
Y lo malo de que las alianzas no sean naturales es que se corre el riesgo de que pueden romperse. Hoy han surgido nuevos partidos de izquierda que, sin embargo, no han integrado la agenda feminista en sus programas. Basta ver la propuesta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a favor de legalizar la prostitución pese a haberse demostrado que es una forma de esclavitud. O el pacto que en su día firmó la líder de Compromís, Mónica Oltra, con el PP valenciano para consagrar la custodia compartida impuesta, una medida también nefasta tanto para los menores como para sus padres (especialmente para las madres). En ambos casos ha tenido que llegar el Partido Socialista para intentar retirar la iniciativa de Colau, que comparte con el sector machista de Ciudadanos y negociar con Compromís la modificación de la custodia compartida para lograr una norma que permita adaptarse a la realidad de cada familia y no se emplee para dejar a las mujeres en una situación de desventaja.
Hoy han surgido nuevos partidos de izquierda que, sin embargo, no han integrado la agenda feminista en sus programas.
Lo cierto es que estos nuevos partidos han tenido el valor de situar en la agenda política las necesidades de los sectores sociales más perjudicados por la crisis y que se quedaron fuera de los grandes conciertos sociales (las personas desahuciadas, los jóvenes con formación y un contrato precario…etc.), pero no se han preocupado, en su estrategia de crecimiento rápido, por incorporar las cuestiones de género en su agenda. Al fin y al cabo, como afirmó Carolina Bescansa, esos temas no lograban «construir potencia política de transformación y, por lo tanto, no son prioritarios». Es decir, como son asuntos de los que sí se ocupaban otros partidos, su potencial de crecimiento era menor y no era necesario gastar energía en defenderlos.
Hubo un tiempo en que la izquierda caminó dando la espalda al feminismo.
Sirva entonces esta reflexión como advertencia del peligro que supone descuidar alianzas necesarias para lograr una verdadera justicia. Porque si esa alianza no se da por naturaleza, todo puede perderse por decisiones (u omisiones) de las personas. Hubo un tiempo en que la izquierda caminó dando la espalda al feminismo. Recordemos cada día, al margen de la estrategia electoral de cada cual, que si nuestro objetivo fundamental es luchar contra cualquier forma de dominación, la que se ejerce en nombre del género es una de las más flagrantes
no se, eso será porque tu lo dices. Siempre me he considerado de izquierdas por así decirlo, y siempre he considerado la igualdad como parte de mi «ideología» y de mi forma de pensar, seguro que no soy el único y hay muchas mas personas igual que piensan eso.. (pregunta sino a las mujeres a ver que piensan que son la mitad de la sociedad y la mitad como mínimo de los votantes de izquierdas o mas)
Me acuerdo de cuando en el grupo de objetores de conciencia que luchaban contra el servicio militar propuse que pidiésemos a la vez que todas las personas fuésemos iguales, y que las mujeres entrasen en el ejército y (tuviesen) que hacer el servicio militar igualmente o lo que fuese que obligasen en sustitución. Me acuerdo de que la respuesta que me daban algunos (y que entonces me pareció «medio-convincente» pero ahora no) es que si pretendíamos librar a los hombres de tener que recibir formación armada o de la obligación de estar un año al servicio del estado eso no lo podíamos conseguir.. ..obligando «también» a las mujeres a estar sometidas a esas mismas obligaciones y de las que por entonces se habían librado.. Pero estábamos equivocados, y el razonamiento de que la igualdad es mas importante porque si hay igualdad en el ejército eso cambiará al ejército y la institución, y la propia sociedad cambiará si hay igualdad real, sigue siendo muy acertado.. y la revolución será feminista (FEMINISMO=IGUALDAD) o no lo será..
Así que si la «izquierda» persigue la igualdad entre todas las personas para que todos tengamos vidas igualmente dignas con todos los derechos igualmente (¿acaso no es así?), no veo por donde sale el pensamiento de que la izquierda no defiende la igualdad de las mujeres. Lo que pasa es que la «práctica» de la política en los partidos de izquierdas ha sido machista, igual que en el resto de la sociedad… (es decir, que hay soluciones para la sociedad, formas de organizar la sociedad intentando conseguir la igualdad para todos.. que no garantizan la igualdad real para las mujeres y solo «funcionan» para conseguir la igualdad para los varones.. es decir, si no hay lo que ahora llaman (hay que aprender durante toda la vida) una «perspectiva de género» las leyes para garantizar la igualdad igual no funcionan (para las mujeres), esa es una de las cosas que cambió Zapatero, pero solo un poco) Pero por ejemplo, y por citar solo una ideología que es contraria al feminismo: el liberalismo (y menos aún el neo-liberalismo) no defiende la «igualdad».. no defiende que todas las personas tengamos los mismos derechos, y por la única razón por la que alguien de ideología (económicamente hablando) liberal puede decir lo contrario, que si que defiende la igualdad es únicamente para que le voten, si es que hay elecciones, porque si no las hay ni eso siquiera.. y podemos poner todos los ejemplos que nos de la gana desde los años 70.. En el PSOE hay muchas personas de ideología liberal (económicamente hablando) o eso parece, así que igual en el PSOE tienen un problema con este tema.. cuando hay elecciones se esconden, y cuando llegan al poder salen a querer gobernar (no se como lo consiguen), y tienes razón en que Zapatero era distinto en algo con respecto a este tema pero ya ves.. le dio un yuyu mientras ejercía el poder.. o no supo decidir por si mismo cuales consejos que recibía eran o no adecuados (como por ejemplo: «los supuestos derechos del feto» a partir de que pueda vivir sin ayuda de la madre a pesar de que esté dentro (es que es la ostia) de la madre..)
Pues si tan enrevesados argumentos a partir de cotidianidades recientes de un partido político español aparentemente de izquierda es lo que lleva a semejante titular, no te digo yo si analizas la derecha y sus «tradiciones», jajajaja. Por favor, más seriedad. Lo mejor sería quitarle el matiz de izquierda y derecha al feminismo y precisar a los líderes de lado y lado que no incorporan esta forma básica de justicia en sus propuestas y discursos.