Rigoberta Menchú Tum nace en Aldea Chimel (Guatemala) en 1959.
Menchú recibió el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento por su trabajo por la justicia social y la reconciliación etno-cultural basada en el respeto de los derechos de los pueblos indígenas.
En 1992 el mundo occidental celebró los 500 años desde que Colón llegó a América. Ese mismo año, la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú fue galardonada con el Premio de la Paz por su trabajo por los derechos de los pueblos indígenas y la reconciliación entre los grupos étnicos. Había sido propuesta por las organizaciones indígenas, que querían llamar la atención sobre el hecho de que el descubrimiento europeo de América había conllevado el exterminio y represión de las poblaciones indígenas.
Rigoberta creció en un país marcado por la violencia extrema. Varios miembros de su propia familia fueron asesinados por el ejército, que perseguía a los opositores al régimen. Ella misma huyó a México a principios de 1980, donde entró en contacto con grupos europeos que estaban trabajando por los derechos humanos en América Latina. Con el tiempo, Rigoberta comenzó a favorecer una política de reconciliación con las autoridades, y Noruega sirvió de intermediario en las negociaciones entre el gobierno y las organizaciones guerrilleras. Se firmó un acuerdo de paz en 1996. Rigoberta Menchú se convirtió en embajadora de las Naciones Unidas para los pueblos indígenas del mundo.