Según revela el informe “Gender Gaps in Spain: Family Issues and the Career . Development of College Educated Men and Women” (Brecha de género en España: asuntos familiares y de carreras. El desarrollo educativo de hombres y mujeres), elaborado por Ainara González de San Román y Sara de la Rica, la brecha salarial se abre con mayores diferencias a partir de los 30 años y se mantiene para toda la vida.
Así lo han presentado en la conferencia “Brechas de género en el mercado laboral español” que se ha celebrado en la Fundación Ramón Areces en colaboración con el COSME (Comité de la Asociación Española de Economía) esta semana.
“Nuestros resultados indican que la familia juega un papel crucial como fuente de desigualdades laborales entre hombres y mujeres en España. En 2008, por ejemplo, observamos que los niños y niñas aún eran determinantes para los y las universitarios a la hora de encontrar trabajo. Para madres con estudios, el tener menores a su cargo supone una elección determinante a la hora de escoger un trabajo a media jornada. Y aún así, los y las niñas no contribuyen a explicar por qué se mantienen diferencias salariales (una media del 5%) entre hombres y mujeres con estudios”, analiza el informe.
Más mujeres formadas pero la brecha se mantiene
El informe revela una progresiva incorporación de las mujeres a los campos universitarios en los últimos 20 años en España, con una progresión constante del 17% cada año. La tasa de hombres en las universidades se mantiene, sin embargo, similar a los datos de 1994, cuando comienza en informe su análisis. De la Rica sostiene que, pese a esto, la brecha salarial entre hombres y mujeres se mantiene en un 14%, teniendo especial importancia analizar esta diferencia en los suelos por hora, ya que ellas trabajan menos horas que ellos. Al llegar a los 30 años la brecha se dispara hasta el 20% y no disminuye a lo largo de la carrera laboral.
El falso mito de que ellas y ellos cobran lo mismo se desmonta también con argumentos que analizan no el salario base, que suele ser el mismo, sino otras aportaciones a los trabajadores, como los incentivos. La opción de la media jornada (que escogen ellas) y la renuncia a promocionarse para poder conciliar supone que ellos alcancen hasta un 35% en los complementos al salario.
El informe revela que desde 1994 hasta 2008 las mujeres que eligieron un empleo a media jornada para conciliar “tareas del hogar, cuidar de niños/as u otras personas”, creció hasta un 50%, del 23% al 73%.
Percepciones opuestas
De la Rica ha analizado también la percepción que hombres y mujeres tienen de las desigualdades salariales. Así, el 77% de ellos creen que no existen diferencias salariales y que ambos tienen las mismas oportunidades, frente un 55% de mujeres.