La campaña Safe Cities de ONU ha conseguido la adhesión de la ciudad filipina de Quezon, que multará a quienes acosen verbal o físicamente a las mujeres en la calle. Se acabó eso de «un piropo es un cumplido» y cada vez más campañas ponen el grito en el cielo en cuanto a acoso verbal callejero, que sufren las mujeres, en mayor o menor medida, en todas partes del mundo. Así, Hebert M.Bautista, alcalde de la ciudad, ha decidido unirse a la campaña lanzada en 2014 por ONU Mujeres y multará a quienes acosen con una pena de entre 20 y 100 euros. No se trata de una multa pequeña, especialmente si tenemos en cuenta que el sueldo mínimo en el país es de 200 euros.
Quezon es el núcleo urbano más poblado de Filipinas y su alcalde ha destacado en ocasiones anteriores en su lucha por la igualdad; el pasado diciembre era noticia su implicación en la lucha contra el sida apoyando campañas de profesionales sanitarios en bares y discotecas frecuentadas por la gente. No sólo en prevención, sino que Bautista declaraba que su ciudad iba a encabezar la lucha contra la discriminación de quienes tienen VIH, además de ser considerada «la ciudad que abandera los derechos LGTB en Filipinas».
La campaña «Ciudades Seguras» de la ONU busca hacer de los espacios urbanos lugares seguros para las mujeres «porque la ciudad es de toda la ciudadanía». Hasta ahora se han unido a la iniciativa 24 países en todo el mundo.
Una campaña para hacer de las ciudades lugares seguros para las mujeres
La campaña defiende que es el derecho de toda persona a vivir, moverse y disfrutar de su ciudad sin el temor constante de acoso y abuso que millones de mujeres experimentan cada día. Para las mujeres que son pobres, las oportunidades que se encuentran en las ciudades serían imposibles en generaciones anteriores, y sin embargo, para muchos de ellas, la realidad de la vida urbana es dura, peligrosa y degradante.
Más de 3,3 mil millones de personas viven ahora en ciudades y pueblos cada vez mayores, y muchas de ellas son mujeres. En muchos casos se trata de habitaciones alquiladas en comunidades marginales, por lo que muchas mujeres deben acudir a los baños públicos o hacer sus necesidades al aire libre, con el riesgo que esto supone de sufrir agresiones sexuales. En las fábricas, se enfrentan a acoso sexual y la violencia por parte de los supervisores. En su camino hacia y desde el trabajo en calles sin luz, pueden ser atacadas y violadas. Y esto son sólo algunos de los ejemplos que la campaña señala como lugares poco seguros para las mujeres en las ciudades.
ONU Mujeres llama a adherirse a muchas más ciudades en todo el mundo, haciendo viable una vida en el entorno urbano para las mujeres.
Qué buscan con la campaña:
-Que las mujeres tengan la oportunidad de hablar y ser asistidas para informar y tratar los casos de acoso y violencia sexual, sin ser culpadas por ello.
-Que los servicios públicos e infraestructuras, incluyendo la vigilancia, sistemas de transporte público, saneamiento y alumbrado público se diseñen o rediseñen teniendo en consideración la seguridad de las mujeres, y con la participación de las mujeres en los procesos de diseño.
-Que los gobiernos de la ciudad promuevan campañas de educación pública para cuestionar las actitudes sexistas hacia las mujeres, y que actúen en contra de estas actitudes y prácticas dentro de las instituciones y agencias gubernamentales, especialmente la policía.
-Que las corporaciones globales aseguren a las empleadas en fábricas que no serán acosadas, y que pueden informar con seguridad las incidencias de abusos y violencia cuando son atacadas, y obtener justicia.
-Y que las personas de todo el mundo, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, usen sus voces para pedir el fin al acoso y abuso sexual contra las mujeres, y que nuestras ciudades sean lugares seguros e inclusivos para la vida de las mujeres.