Las mujeres debemos de vindicar el espacio en el progreso social, económico, sanitario, laboral, científico, tecnológico, académico, laboral, político… debemos ser conocidas y reconocidas públicamente, sin categorizarse como excepción. Sin duda, en la actualidad hay conocimiento, pero no el reconocimiento público que debiera.
Pongamos un ejemplo: 817 premios Nobel a hombres; 47 a mujeres y 25 a organizaciones. Si nos fijamos en los premios otorgados a mujeres, las categorías en las que más nos galardonan son las de Humanidades y en disciplinas científicas, el galardón suele estar compartido con hombres. Marie Curie, en 1903, fue la primera mujer… «En reconocimiento a los extraordinarios servicios que han prestado con sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de la radiación descubierta por el profesor Henri Becquerel»…a la sombra de un hombre. En 1911, lo recibió en solitario, por sus descubrimientos del radio y polonio.
Si nos fijamos en los Premios Princesa de Asturias: De un total de 349 personas galardonadas, sólo 37 mujeres han alcanzado este reconocimiento. Quizá sea porque sólo hay una mujer que forma parte de la membresía de la Fundación Princesa de Asturias. ¿No hay mujeres? La respuesta es evidente: Sí hay mujeres, conocemos a Mujeres, pero… Conocer no quiere decir actuar.
Por eso, no es de extrañar que las noticias sobre los logros deportivos de las Olimpiadas se inclinen hacia lo masculino. Tampoco es de extrañar que los triunfos de la mujer, se atribuyan al esfuerzo del entrenador. Y por supuesto, tampoco nos vamos a extrañar de nuestro retorno al ostracismo deportivo cuando finalicen las Olimpiadas. Vindiquemos.
Y no sólo en el plano adulto. La adultez pasa por la Infancia, que también tiene sus referentes reales, representados y animados. Pongo como ejemplo una serie de dibujos protagonizada por perritos y perritas. Los importantes, los que marcan la diferencia, los que ordenan… son los machos. El jefe humano, es un chico… las hembras tienen un carácter secundario. El mercado generado con esta serie de animación, está enfocada a niñas y niños. Sin embargo los referentes son masculinos.
Las referentes son necesarias. También es un paso más contra la violencia que genera desigualdad. Para ello es muy importante ser conscientes de la cantidad y calidad de los espacios que nos adjudican en los medios. Uno de ellos, el más reconocido y reconocible es el de los asesinatos y demás sucesos de la violencia de género. Este espacio es necesario. Pero ¿Por qué no se da un paso más? ¿Por qué no se dan a conocer a las Referentes de Lucha contra la violencia de género? Conocer a mujeres luchadoras como fue Soledad Cazorla Prieto, daría más fuerza. Esto no quita que sigamos aprendiendo y utilizando los recursos que existen, como es el número de teléfono 016.
Somos activas; protagonistas de nuestras vidas y del desarrollo global. No debemos de seguir consintiendo la imagen de pasividad que nos otorgan, esperando a que nos digan lo que debemos hacer. Hay que avanzar en igualdad y, para que se consiga, necesitamos dotarnos de autoridad individual y colectiva. De esta manera, las reivindicaciones sobre la propiedad de nuestro cuerpo, de nuestro tiempo, de nuestro vientre, de nuestro intelecto… serán efectivas.
¿Somos visibles? Todavía hay espacios en los que no… hagan una prueba: Busquen las palabras Ídola o Genia en el diccionario. ¿Las han encontrado?
La Real Academia de la Lengua, no ha tardado en admitir y reconocer la palabra wasap, y es muy probable que todavía tengamos que esperar mucho tiempo para las que he propuesto la búsqueda. A la RAE todavía no ha llegado la Igualdad: de 44 componentes, sólo 8 son mujeres.
Hemos recorrido mucho camino, pero nuestro deber es seguir avanzando. Nuestro deber está en romper con las barreras que tildan de “excepción” a mujeres que estamos en espacios copados por hombres.
Las mujeres excepcionales, no son excepcion.