Daisy Edmonds, de ocho años, va al supermercado con su madre, en Swindon, localidad inglesa situada a unos 130 km. de Londres. De pronto, la niña se para ante la oferta de camisetas de niñas y niños y se enfadada poderosamente. Su madre la graba y le hace algunas preguntas para saber los motivos de su enfado.
Así contesta Daisy a preguntas sobre los eslóganes que se muestran en las camisetas: «Beautiful», «I Feel Fabulous» (Guapa / Me siento genial) para las chicas y «Hero», «Desert Adventures Awaits» (Héroe / Las aventuras del desierto te esperan) para los chicos.
De entre todos los argumentos que Daisy da para criticar las diferencias que hay en la oferta de ropa infantil, sobresale una pregunta a la que no estaría de más que supieran responder desde el supermercado o desde la industria textil en su conjunto: ¿y, en realidad, por qué tiene que estar separada la ropa de chicas y de chicos?
este video es lo mas relevante que circula en el internet, y no se discute pic.twitter.com/Rd7SNUk2pG
— juli (@swiftsmelodies) 1 de octubre de 2016