¿Recuperación? Quizás. Pero no para las mujeres

Concha Gutiérrez
Concha Gutiérrez
Licenciada en Derecho por la UCM. Inspectora de Trabajo y Seguridad Social.
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Los datos de la última EPA han servido al gobierno para lanzar, una vez más, las campanas al vuelo por la “recuperación”, y atribuírsela a sus políticas, específicamente la reforma laboral. La realidad es más compleja, y muchos analistas económicos ponen de manifiesto que en una economía abierta como la nuestra el entorno internacional (crecimiento global, bajos precios del petróleo, tipos de interés negativos…) es decisivo. También constatan que este entorno favorable no se está aprovechando para propiciar un modelo de crecimiento basado en el conocimiento, tal y como propone la Estrategia 2020 de la Unión. Estrategia en la que las mujeres están llamadas a desarrollar su potencialidad como fuerza laboral mejor formada y con capacidad de adaptación. Pero desde 2011 este objetivo parece estar en el congelador.

Lo que sí es un dato innegable es que esa “recuperación” no favorece ni a las mujeres ni a la inmensa mayoría de los “nuevos” empleos: en el último trimestre todos los empleos creados son temporales (246.000) al tiempo que se han destruido 30.000 empleos indefinidos; la brecha salarial persiste y el empleo a tiempo parcial continúa degradándose.

Las mujeres con una tasa de actividad estancada y una tasa de empleo, para las edades comprendidas entre 16 y 64 años, del 55,6% (11 puntos por debajo de la de los hombres) nos situamos a 17,4 puntos porcentuales del objetivo para 2020. La EPA del último trimestre sigue evidenciando un mayor número de desempleadas, con una tasa de paro por encima del 20% (2,3 puntos superior a la de los hombres), a pesar de contar con un nivel educativo y de formación que supera a la de los hombres en todas las cohortes de edad por debajo de los 49 años.

El mercado de trabajo sigue expulsando a las mujeres hacia sus márgenes, hacia los trabajos peor pagados, peor considerados y más precarios. Las mujeres son mayoría en la contratación a tiempo parcial (72%) y la brecha salarial supera el 23%.

Todo esto supone un grave despilfarro de recursos que es necesario abordar en la legislatura que ahora comienza. De acuerdo con la Estrategia 2020, para ese año, tenemos un objetivo claro que alcanzar: que el 73% de las mujeres entre 16 y 64 años tenga empleo. La crítica está justificada si atendemos a los datos que nos aporta la Encuesta cuatrienal de Estructura de Salarios correspondiente a 2014 (en adelante EES, publicada por el INE el pasado 28 de octubre).

• El primer dato es que el Salario Bruto medio de las mujeres fue un 23,3% inferior al de los hombres: con un salario medio anual de 22.858€, ese mismo salario fue de 25.727€ para los hombres y sólo 19.744€ para las mujeres. La ganancia media por hora trabajada fue un 14% inferior para las mujeres.

• El empleo de las mujeres se concentra en el escalón salarial más bajo: el 68,6% de los trabajadores con un salario inferior a 9.035€ fueron mujeres. Sólo entre las personas cuyo salario anual es inferior a 15.000€ hay más mujeres que hombres; en todos los escalones superiores hay más hombres que mujeres.

• Las mujeres son el 63’8% (casi las dos terceras partes) de los asalariados situados en el concepto europeo de trabajador mal pagado (low pay rate), es decir, los que tuvieron una ganancia media por hora inferior a los 2/3 de la retribución por hora más frecuente. La situación se repite si consideramos la jornada y duración del contrato de trabajo:

• La retribución de los trabajadores a tiempo parcial continúa degradándose: mientras que el salario anual de los trabajadores a tiempo completo fue de 26.965 €, con un aumento del 2,4%, el salario anual de los trabajadores a tiempo parcial fue de 9.794€ y con un descenso del 2,6% respecto al año anterior. La ganancia media por hora a tiempo completo fue de 12,01€ y de 8,53€ a tiempo parcial.

• También se degradan los salarios de los trabajadores con contratos temporales (su retribución baja un 6% en relación a la anterior EES de 2010) Los trabajadores con contrato temporal tuvieron un salario medio anual inferior en un 36,6% al de los contratados de forma indefinida.

• Los hombres con contrato indefinido tuvieron un salario superior en un 22,5% al salario medio anual, frente a las mujeres con contrato indefinido que percibieron un salario 7,55 % inferior al salario medio.

• Las mujeres con contrato temporal percibieron un salario 36% inferior al salario medio anual. En el caso de los hombres con contrato temporal el salario fue un 27% inferior al salario medio anual.

• La EES muestra las diferencias salariales entre las distintas titulaciones y como el salario anual crece a medida que aumenta el nivel de estudios. Sin embargo la brecha de género persiste, el salario de las mujeres estuvo más de un 20% por debajo del salario de los hombres para cada nivel de estudios.

• En todas las ocupaciones la ganancia anual de los hombres fue superior a la ganancia de las mujeres. La mayor diferencia en términos absolutos se dio en “directores y gerentes” (56.422€ los hombres frente a 45.541€ las mujeres).

La EES analiza los salarios por ramas de actividad, tamaño de empresa y destino de la producción. En este sentido, muestra que los mayores incrementos salariales se corresponden con las ramas de actividad que tienen mayores niveles retributivos (entre un 3,7 y un 7,6 de variación interanual). En cambio, las actividades con retribuciones más bajas, sufren una disminución salarial (entre -3 y -6,6 de variación interanual)

La diferencia salarial por género fue superior al 20 % en: actividades financieras, actividades inmobiliarias, Industria manufacturera, actividades sanitarias… siendo la mayor diferencia (31%) en las “actividades profesionales”. Las menores diferencias (por debajo del 10%) se dieron en Administración pública, Educación y Construcción.

La diferencia salarial por género fue superior al 20 % en: actividades financieras, actividades inmobiliarias, Industria manufacturera, actividades sanitarias… siendo la mayor diferencia (31%) en las “actividades profesionales”.

En cuanto al tamaño de la empresa las diferencias salariales por género se mantienen, (28%, 25%, 23% para empresas de 1 a 49 Trabajadores, de 50 a 199 T y de 200 o más T, respectivamente)
Los salarios evolucionaron al alza si el destino de la producción era el mercado mundial (4%) y a la baja si el destino era el Local o regional (-2,7).

El salario de las mujeres fue un 18,2% inferior a la de los hombres en las empresas cuya producción va destinada al mercado local y para el resto de destinos la diferencia fue superior al 23%.

Si las empresas exportadoras son las más dinámicas, las de mayor futuro ¿Cómo es posible que se mantenga la brecha salarial de género? La discriminación por sexo es trasversal se mire por donde se mire y, sin políticas que la atajen, “los mercados” profundizan la brecha a costa del futuro de todos.
2020 está cada vez más cerca. Pero los objetivos para el empleo de las mujeres están cada vez más lejos.

No cumplir con estos objetivos europeos significa que nuestro país deja de aprovechar la capacidad, la iniciativa, la energía y el talento de millones de mujeres.

La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo está lejos de ser un problema, como proclaman algunos. Por el contrario, mejorar su posición en el mercado de trabajo tendrá efectos sumamente positivos para el crecimiento sostenible, para el saneamiento de las cuentas públicas y para el futuro de las pensiones. No verlo así es tan machista como miope.

 

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