Los niveles de violencia comunicados en la encuesta»Violencia de género contra las mujeres: una encuesta a escala de la UE», basada en entrevistas realizadas a 42 000 mujeres en los 28 Estados miembros de la Unión Europea varían de un Estado a otro. La encuesta la realiza la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA en sus siglas en inglés).
Además del informe, se ofrece una herramienta online de consulta de datos en la que se ofrecen más detalles del estado de la violencia de género en los países europeos y de las diferencias que presentan entre ellos A continuación figuran algunas posibles explicaciones sobre tales variaciones.
Reconocimiento de las diferencias entre países
Al igual que los datos oficiales de la justicia penal sobre los delitos registrados varían considerablemente de un país a otro, al realizar entrevistas para una encuesta suele haber grandes diferencias entre países en relación con los niveles de casos de victimización denunciados. Lo anterior se aplica a la delincuencia en general, y en particular a los incidentes de violencia contra las mujeres, un tema especialmente delicado para tratar en una entrevista.
Las variaciones entre países con respecto a la prevalencia de la violencia que refleja la encuesta de la FRA han de examinarse en relación con una serie de factores. Por ejemplo, los datos oficiales sobre la delincuencia muestran diferencias notables entre países por lo que respecta a niveles de violencia global, incluidos los niveles de violencia contra las mujeres cuando estos datos están disponibles.
Los datos de las encuestas sobre la delincuencia general, así como las encuestas específicas sobre la violencia contra las mujeres muestran siempre diferentes tasas de violencia entre los países. Por otra parte, la encuesta de la FRA refleja una menor variación entre los Estados miembros de la UE en relación con las tasas de violencia doméstica que el estudio realizado en 10 países por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la salud de las mujeres y la violencia doméstica (datos recopilados entre 2000 y 2003).
Si se comparan los resultados de la encuesta de la FRA sobre la prevalencia de la violación con los de la encuesta de los Estados Unidos sobre violencia en la pareja y la violencia sexual, que cubre los 50 estados (datos recopilados en 2010), se observa menor variación entre los Estados miembros de la UE que entre los estados de los EE.UU. Los resultados de la encuesta de la FRA son acordes, en términos generales, con los de las encuestas nacionales disponibles sobre la violencia contra las mujeres en los Estados miembros de la UE
Posibles explicaciones de las diferencias entre los países
Aunque las diferencias entre los países en los resultados de la encuesta sobre las tasas de violencia contra las mujeres son previsibles, con arreglo a otros resultados de encuestas, son más difíciles de explicar y generalizar a partir de estas diferencias entre 28 países diferentes. A continuación figuran cinco explicaciones posibles de las diferencias observadas entre países en relación con las tasas de prevalencia de la violencia contra las mujeres.
Son explicaciones que requieren una investigación más profunda para su corroboración y pueden examinarse en relación con otras posibles explicaciones a escala nacional.
1) Según los países, puede ser más o menos aceptable culturalmente hablar con otras personas de las experiencias de violencia contra las mujeres. Al examinar los resultados de la encuesta es necesario tener en cuenta la posibilidad de que en sociedades en las que la violencia por parte de la pareja se considera en general un asunto privado, es poco probable que los incidentes de violencia contra las mujeres se compartan con familiares y amigos, y tampoco se suelen poner en conocimiento de la policía. Tal reticencia puede propiciar que las mujeres se inhiban de hablar con los entrevistadores.
2) Un mayor grado de igualdad de género podría dar lugar a mayores niveles de comunicación de casos de violencia contra las mujeres. En sociedades con mayor igualdad, los incidentes se pueden abordar más y combatir abiertamente.
3) La exposición de las mujeres a factores de riesgo de violencia puede analizarse a escala de los Estados miembros con respecto a factores que podrán aumentar tal exposición. Entre estos se incluyen modelos de empleo (trabajar fuera de casa), así como modelos de socialización y estilo de vida (salir o tener citas).
4) Las diferencias entre los países en los niveles generales de delitos violentos han de examinarse a la par que los resultados relativos a la violencia contra las mujeres. Por ejemplo, un grado más elevado de urbanización en un país suele estar relacionado con índices más altos de delincuencia.
5) La encuesta pone de manifiesto la relación entre los hábitos de consumo de alcohol de los autores y las experiencias de violencia doméstica que sufren las mujeres. Los diferentes modelos de consumo de alcohol en los Estados miembros pueden ayudar a explicar ciertos aspectos de la violencia contra las mujeres, y éstos, a su vez, deben examinarse en relación con los modelos de comportamiento violento de cada autor, que pueden no limitarse a la violencia contra las mujeres.
Éstos y otros factores deben explorarse en profundidad al examinar los resultados a escala de cada Estado miembro.
Otra explicación muy loca que se me ocurre sería que los datos son acertados y reflejan la realidad.
Que la correlación entre igualdad y violencia de género no es tal y que tal vez el machismo no sea la causa principal de la violencia contra la mujer.
De hecho esto sería la conclusión más obvia ante cualquier observador externo y ajeno a la ideología feminista, la navaja de Ockam de toda la vida.
No digo que podáis estar equivocadas, válgame, pero creo que no estaría de más un punto 6. con la explicación más obvia.
Yo no me creo que en los países del sur de Europa, especialmente España, Portugal, Italia y Grecia, haya menos violencia de género que en los países del centro y norte de Europa. Otra cosa es si se denuncian más o menos, pero considero que cuanto más evolucionados, de tradición democrática y desarrollados, más igualitarios son.
Más igualitarios son, quiero decir.