El pasado 7 de abril se celebró el día Mundial de la Salud en conmemoración a la fundación de la OMS en 1948, un hito en la historia de los derechos humanos y una de las organizaciones fundamentales para salvaguardarlos.
Más de sesenta años después y sin negar los logros adquiridos, la situación global sigue siendo poco alentadora, con la guerra y el conflicto armado como protagonistas y telón de fondo de muchos países, con el hambre asolando a millones de humanos, con el drama de los y las refugiadas sirias, con índices de pobreza escandalosos y un sistema capitalista triunfante en rostros como los del rey del imperio, Donald Trump. El reto de la salud debiera colocarse en los asuntos prioritarios de Estado y lo único que vemos son recortes y deshumanización.
La principal causa de enfermedad en nuestras sociedades es la desigualdad entre hombres y mujeres, y por desgracia, aún estamos muy lejos de lograr erradicarla.
En este artículo voy a centrarme en la peor parte, aquella que incumbe a las mujeres, por ser la clase social más explotada, olvidada y desechada. El patriarcado, en alianza con el capital, se ha fortalecido y enriquecido a base de mujeres. El machismo es la esencia de nuestra cultura y es universal, siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en las mujeres y niñas/os de nuestro planeta, y esto no parece importar mucho en la era de la vida saludable. En ese día, las noticias nos bombardearon con deliciosos proyectos donde se promociona la salud, tales como: la alimentación saludable, el ejercicio físico y los paseos por la naturaleza, la atención a mayores, la salud emocional en las escuelas, la prevención del consumo de sustancias, accidentes de tráfico, etc. Como ya estamos habituadas, ninguna mención a la violencia contra las mujeres y la imperiosa necesidad de combatirla. La GRAN AUSENTE: la igualdad, la principal garantía de salud en los pueblos. Por más que resulte doloroso y escandaloso, es necesario hacer un breve recorrido por la situación de las mujeres y su salud, como forma de exigir a los gobiernos y concienciar a la ciudadanía de que por mucho ejercicio físico que se haga, por mucha fruta fresca y local que comamos, nuestras vidas seguirán agrias mientras las mujeres y niñas/os sigan expuestas a una enfermedad tan brutal: la misoginia.
Como ya estamos habituadas, ninguna mención a la violencia contra las mujeres y la imperiosa necesidad de combatirla. La GRAN AUSENTE: la igualdad, la principal garantía de salud en los pueblos.
Según la conmemorada OMS, en uno de sus estudios más recientes, Global and regional estimates of violence against women: prevalence and health effects of intimate partner violence and non-partner sexual violence, 2013), la violencia contra las mujeres es un importante problema de salud pública, que adquiere la magnitud de una gran epidemia, como si de una peste se tratara. Solo teniendo en cuenta dos de las manifestaciones de dicha violencia, como son la violencia en la pareja y la violencia sexual, el 35% de las mujeres en todo el mundo han sido víctimas de las mismas. Una cifra escandalosa, pero que aún no refleja del todo la sangrante realidad, porque a ello debemos sumarle la explotación sexual, con una multimillonaria y poderosa industria del sexo detrás, que embolsa más de 108.000 millones de dólares al año (España ostenta el número uno del ránking en países europeos considerados como paraísos del turismo sexual, con un 40% de la población masculina que ha sido o es putero), la sangrante desigualdad salarial, que en nuestro país alcanza casi el 30 %, la violencia médica y obstétrica, la desnutrición de millones de mujeres embarazadas, la explotación reproductiva a través de la industria de los vientres de alquiler, donde las mujeres son tratadas como ganado y anuladas de todo poder de decisión, la violencia económica, reflejada en el nivel de pobreza y precariedad mundial que sufren las mujeres, que representan el 70% de las personas pobres y analfabetas de todo el mundo. Podría seguir contando y posiblemente llenaría varias páginas de injusticias.
El 35% de las mujeres en todo el mundo han sido víctimas de violencia en la pareja y violencia sexual; el 40% de la población masculina en España ha sido o es putero; la explotación reproductiva a través de la industria de los vientres de alquiler, donde las mujeres son tratadas como ganado y anuladas de todo poder de decisión…
El día 7 de abril de 2017 como cada año, se celebró el día mundial de la salud y me gustaría conmemorarlo con alegría, pero me encuentro con una cruda realidad, un estado patriarcal que se gasta el dinero en las guerras y un gobierno de España que vulnera el Art.13 de la Constitución de 1812, donde se deja claro que el objeto de todo gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen. Por supuesto se referirá a los individuos hombres y ricos, porque hoy mientras me como una saludable manzana, el mordisco me sabe agrio, al pensar que mañana otra mujer volverá a sufrir e incluso ser asesinada.