Concha Mayordomo y Ana María de Blas han presentado su revista cultural feminista en el Espacio Fundación Telefónica. Es una publicación gratuita, digital y cuatrimestral.
“Queremos dar a conocer el arte feminista y hecho por mujeres, porque los logros culturales de las mujeres no están reconocidos” expuso, en el acto de presentación, Ana María de Blas, subdirectora, directora de arte y periodista de ‘Blanco, negro y magenta’. Afirma que el arte feminista está en la vanguardia y es el más rompedor.
La revista pertenece a la asociación Blanco, negro y magenta. En sus páginas, de una estética muy elaborada, además de reportajes sobre mujeres artistas se verá reflejada la agenda de esta asociación de mujeres. La directora de esta nueva publicación, Concha Mayordomo, explica que la revista nace de su intencióncomo mujeres artistas de dejar una imprenta en la sociedad y explica las tres funciones que llevará a cabo: dar visibilidad a las artistas, luchar por los derechos de las mujeres y el compromiso. Lo resumía como: “El arte como elemento de denuncia”.
Esta revista es una pequeña obra de arte. La actriz, escritora e ilustradora Adriana Davidova, quien introdujo el acto y es colaboradora de la revista, la describe como “un puente entre el pasado y el presente en el arte hecho por mujeres”.
La estructura de un cesto de cerezas
La estructura de la revista está inspirada en el ensayo de Virginia Woolf ‘Una habitación propia’. Ana María de Blas hacía una comparación con ese espacio propio de las mujeres para describir lo que representa la revista: “es un espacio propio en público, un edificio para las mujeres con sala de lectura, taller, antesalas…”. Afirman que es un proyecto ambicioso: “una revista cultural con artistas, periodista y firmas invitadas”.
Los temas de las diferentes secciones se enlazan con una estructura de “cesto de cerezas”, es decir, cada tema lleva al siguiente. Este primer número habla de las “performeras”, las artistas cuya herramienta de expresión es la performance. De Blas puntualiza que “esta forma artística es la seña de identidad del arte feminista porque está relacionada con la lucha por los derechos civiles”. Explica que históricamente ésta era una de las pocas formas de arte a la que las mujeres podían acceder. América Latina es uno de los países que lideran en esta disciplina, es una herramienta de denuncia de los feminicidios en ese continente. Algunas de las artistas de las que hablan son la española Esther Ferrer y Regina José Galindo, cuyos trabajos que recuerdan a las víctimas de feminicidios, Concha Mayordomo define como “bestias”.
El siguiente eslabón es un artículo sobre las niñas que murieron abrasadas el 8 de marzo, después de ser víctimas de abusos en Guatemala. Éste liga con la siguiente pieza periodística cuya protagonista es Mercedes Hernández, presidenta de la Asociación Feminista de mujeres de Guatemala. “Las imágenes luchan contra el olvido, porque el olvido es la falsificación del pasado”, dice Hernández en la entrevista publicada.
Cada reportaje, lleva al siguiente. Así llegamos a leer un texto sobre los niños robados, otros sobre mujeres artistas y rompedoras contemporáneas como Alejandra Alarcón, Magra Clark, María Gimeno, que reivindica las mujeres artistas de la historia, y otras del pasado como marga Gil Roësset.
El acto se cerró con un poema leído por Adriana Davidova y la actuación del dúo ’10 cuerdas’.