«Every Day. Ni la palabra ni el silencio» de Victoria Civera, en el Centro de Arte de Alcobendas

Redacción Tribuna
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«El artista es esta mochila llena de aire y soledad.
A los dos los necesito para realizar el viaje en el estudio.
Cada día has de intentar un nuevo viaje, un comienzo,
y para ello hay que vaciar y llenar la mochila de nuevo aire,
que aunque pesa lo mismo es distinto si miras adelante».
Victoria Civera

La exposición Every Day. Ni la palabra ni el silencio, concebida específicamente para el Centro de Arte de Alcobendas, puede considerarse una retrospectiva sintética de Vitoria Civera (Puerto de Sagunto, Valencia, 1955), para rescatar lo esencial de su práctica y detenerse en trabajos que permiten abordar cuatro décadas de trabajo desarrollado en todas las disciplinas: pintura, escultura, instalación, fotografía, vídeo y dibujo.
Comisariada por Susana Blas, el recorrido se plantea como una sinuosa travesía entre las obras, durante la cual un conjunto de instalaciones recientes dialogan con piezas emblemáticas de toda su trayectoria. El fin último no es abarcar toda su práctica, sino envolver al visitante en una atmósfera sensorial que le permita adentrarse en el universo de Civera, rebosante de sabiduría y de asociaciones poéticas.

El punto de partida es la observación del proceso de trabajo solitario que Victoria Civera lleva a cabo incansablemente en sus estudios de Nueva York y Saro (Cantabria). Durante la preparación, artista y comisaria han mantenido un fluido diálogo basado en la investigación desde «el ahora», inmersas en ver nacer las extraordinarias instalaciones inéditas que se presentan, y que superan el 50 % del proyecto.
El característico lenguaje híbrido de Victoria Civera surge de una práctica personal en la que el análisis de la representación de imágenes y la experimentación con los materiales colisiona con aspectos afectivos y sociales para generar estructuras que se van puliendo progresivamente hasta lograr instalaciones de una potente carga sensorial.

Poseedora de una gramática propia con muchas claves privadas, sus piezas tienen el poder de acallar al visitante: precisan de pocas palabras y de muchos silencios. El uso de objetos cotidianos y de materiales industriales, junto a las técnicas tradicionales, dota a su obra de una atmosfera singular en la que el debate arte vs. realidad se hace presente, así como el interés por la arquitectura y los temas existenciales e identitarios: la espiritualidad cotidiana, el paso del tiempo o el sujeto femenino y su situación en el mundo.
La exposición está dividida en cuatro ámbitos, concebidos a modo de movimientos de una sinfonía, que van aportando diferentes matices de color y de emoción al viaje.

El primer movimiento sirve de preámbulo y nos sitúa en el interior de su casa-taller, mediante la icónica Habitación anónima (1993); el segundo ámbito, alude a la infancia de la artista y a la memoria familiar, filtradas a través de sueños recurrentes; el tercer territorio, pleno de júbilo y de color, se detiene en la luz de la juventud, en el hecho amoroso y en la energía de la maternidad; y el cuarto y último estadio nos guía hacia la madurez, los procesos de transformación espiritual y la aceptación de la finitud. En esta última sala encontramos la pieza que aporta el tono al proyecto: Nieve en Saro, 2004 (2017): el rodaje silencioso, desde la ventana de su estudio cántabro, de una nevada que cubre prados y árboles, se convierte en un manifiesto a favor del arte de «la presencia» y de la magia del instante cotidiano.
El proyecto se completa con esta publicación: una suerte de «cuaderno de viaje» a la obra de Civera; que incluye, además del texto comisarial de Susana Blas, un hermoso ensayo de Javier Sánchez Martínez dedicado a las últimas series de pintura sobre metal y una compilación de escritos que Victoria Civera ha recopilado y diseñado para la ocasión. Estos textos permiten la inmersión en la obra de una artista de piezas fascinantes que, según sus propias palabras: «van surgiendo del silencio, parten del objeto pequeño, tocado, minúsculo», y se trabajan «en voz baja».
Centro de Arte de Alcobendas, del 28 de noviembre de 2017 al 3 de febrero 2018.
 

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