Desmontando al lobby proxeneta

Nerea Sanchís Rodríguez
Nerea Sanchís Rodríguez
Analista y activista feminista. Psicóloga Social. En el Partido Feminista de España.
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Quiero empezar este artículo diciendo que posicionarse del lado de la legalización/ regularización de la prostitución o de la descriminalización del trabajo sexual- dejando claro que las mujeres nunca deben ser criminalizadas-, NO es defender los derechos de las mujeres en situación de prostitución, aunque las intenciones de algunas personas sean buenas. Puesto que la prostitución nunca será un trabajo, por mucho que la Industria del Sexo (a partir de ahora IS) y el lobby proxeneta se empeñen en atribuirle todas las características de un trabajo como otro cualquiera.

La prostitución es esclavitud sexual y una de las manifestaciones más brutales de la violencia ejercida contra las mujeres. Revestir esta realidad de opción, de decisión, de proyecto vital, de libertad sexual o de falsos derechos para las mujeres, solo nos llevará a tirar la toalla ante el sistema patriarcal y capitalista y aceptar que nuestros cuerpos pueden ser mercancía y objetos de consumo, daremos por hecho que la explotación sexual y la violación sistemática es inevitable.

También quiero decir que todo el argumentario regulacionista o de descriminalización del trabajo sexual está diseñado minuciosamente por la IS, son argumentos trampas, muy bien elaborados para engatusar a la gente y crear un ideario colectivo pro-prostitución basado en su aceptación y naturalización. Las feministas sabemos de sobra que esta sucia estrategia patriarcal siempre ha estado presente, crear un conjunto de argumentos que luego se convierten en creencias y que permiten justificar la violencia contra las mujeres y los mecanismos de poder-sumisión. Una vieja artimaña para perseguir a las mujeres y explotarlas con total impunidad.

Con la prostitución la historia no es diferente, que no nos lleven a engaño, el patriarcado lleva siglos justificando esta explotación y se ha ido especializando y rearmando con el tiempo. Ha ido reconstruyéndose en alianza con el capital, con dos objetivos básicos: mantener intactas las relaciones de poder sumisión a través de la violación y el control sexual de las mujeres y enriquecerse con la mercantilización de nuestros cuerpos. No olvidemos que la IS es multimillonaria, y que dentro de la misma la prostitución supone el segundo negocio ilícito que más dinero genera después del armamentístico. Solo en nuestro país se ingresan 5 millones de euros al día gracias a la compra y venta de mujeres para la prostitución, un botín muy suculento, al que no se renunciará tan fácilmente, incluyendo a los estados que se llevan una buena parte del mismo.

Menos mal que como dice Rosa Cobo el feminismo tiene una capacidad insólita para desmontar todo este entramado, por eso me sirvo del mismo para destapar algunas de estas trampas.

La categoría de trabajo sexual no es nueva, siempre se ha dicho que la prostitución es la profesión más antigua del mundo, pero lo cierto es que es una de las instituciones más antiguas del patriarcado y una forma de someter a las mujeres a través de la violencia sexual. Para el patriarcado es necesario que exista la identidad de puta, porque refuerza a la de santa y madre, así como al determinismo biológico que considera a la mujer un ser inferior, cuya función natural es la de satisfacer sexualmente al hombre y reproducirse, darle descendencia al macho para perpetuar su estirpe. Ahora también con los vientres de alquiler.

Hoy día ya es muy descarado hablar en estos términos, por eso se inventa el trabajo sexual, se trata de separar perversamente el cuerpo, el ser, del sexo, como si este último flotara en el aire, se trata de disfrazar la esclavitud y violación sistemática con trabajo. Y de justificar que un grupo, bastante numeroso de mujeres, estén disponibles para ello.

Se establece diferencia entre trata y prostitución voluntaria. Un truco maravilloso para presentarnos una cara amable de la prostitución, negando así la verdadera raíz de la misma y el trauma que esta genera en las mujeres.

Pues bien, la trata y el tráfico de personas para la explotación sexual (entre el 85% y el 90% son mujeres, adolescentes y niñas) existe, porque existe la prostitución y esta existe porque EXISTE LA DEMANDA. Y he aquí la clave del éxito, millones de hombres consumen cuerpos de mujeres a la carta en los prostíbulos, pisos y calles que la IS tiene habilitadas para tal fin. El invisible cliente, es el responsable directo de que se conserve esta institución patriarcal y esto pone de relieve otro asunto: la masculinidad tradicional hegemónica que sigue predominando. Hombres educados en el derecho de disponer de las mujeres como, cuando y donde quieran y por supuesto para lo que ellos quieran. Este es el problema principal a abordar y que curiosamente a las/los regulacionistas se les pasa casi siempre, puesto que en sus textos, estudios, disecciones etc., nunca nombran al putero o si lo hacen lo denominan cliente y no analizan nada de su papel en esta ecuación. Recordar que en España el 40% de nuestros hombres han consumido o consumen ocasional o habitualmente  prostitución, es decir, que si entras por ejemplo en un super donde hay diez hombres es muy posible que 4 de ellos vayan de putas… Ahí lo dejo

Se habla de proteger los derechos de las mujeres y de la descriminalización del trabajo sexual. El lobby proxeneta se lo monta de escándalo, pues dentro de esta categoría no solo están las mujeres prostituidas sino que entran los que ellos llaman empresarios, dueños de burdeles, pisos, agencias de citas, agencias de escorts, clubs, salas de masajes, dueños de tiendas etc., es decir, todas aquellas personas que se dedican a facilitar al cliente-putero el acceso a su producto: las mujeres. Las feministas preferimos llamar a esta actividad por su nombre, delito de proxenetismo y entonces estos trabajadores sexuales son: los proxenetas de los burdeles, los chulos de las calles, las madames de las casas de cita, las agencias que venden cuerpos de mujeres, las asociaciones y organizaciones que defienden esta esclavitud y que la promueven, los gobiernos que la regulan o que miran a otro lado. Es decir todos los tratantes que forman parte del entramado prostitucional, sin olvidarme de la otra pata de la industria, la pornografía.

Es una estafa y una manipulación total, se trata de descriminalizar a todos estos compradores y vendedores de sexo, en definitiva de mujeres. Y esto es lo que ha pasado en Alemania y en todos los países donde se descriminalizó el trabajo sexual: las mafias campando a sus anchas y un aumento desorbitado de la trata y el tráfico de mujeres…Aquí los derechos que menos se protegen son los de las mujeres, que siguen empobrecidas, sin opciones reales de cambio, sin hogar, reclutadas en los burdeles o pisos, tiradas en las calles, sin ver un euro de lo que supuestamente les pertenece etc.

Se autodefine como un modelo pro derechos humanos y de libertad de elección y sexual. Nunca se repara en el impacto que la prostitución tiene sobre las mujeres prostituidas, sobre todas las mujeres y la sociedad en su conjunto. El impacto sobre la salud de las mujeres prostituidas es brutal, no voy a detenerme en todo, como botón de muestra, la tasa de mortalidad en estas mujeres es 20 veces mayor que para cualquier mujer que no esté prostituida (agresiones, asesinatos, enfermedades, adicciones, suicidios), sufren de trastorno de estrés postraumático y  tienen que aprender a disociarse, adormecerse para soportar la carga de la agresión sobre sus cuerpos. El impacto de la prostitución también alcanza a las mujeres que no estamos prostituidas porque esta violencia también va dirigida a nosotras como clase social, el mensaje es que todas somos consumibles, cosificables, mercantilizables.

La prostitución es aleccionadora, es una manera de demostrar quien ostenta el poder y de qué manera. La prostitución impacta en toda la sociedad porque como dice Ana de Miguel es una escuela para la desigualdad, los niños crecen pensando que hay mujeres a su disposición y que pueden comprarlas, las niñas crecen pensando que la prostitución puede ser una opción para muchas mujeres y que este mundo nunca les ofrecerá las mismas oportunidades. En un estado prostituidor como Alemania, se ha incrementado la violencia contra las mujeres en general, ya que la prostitución normaliza el abuso sexual, el que las mujeres tengan que estar siempre a disposición de los hombres y sus deseos, la humillación, el desprecio, la erotización de la violencia etc.

  1. La libertad de elección, otro de los grandes argumentos. Es el consentimiento viciado, en nombre de este todo vale, sin reparar en que las mujeres consienten por su situación de vulnerabilidad, en muchos casos económica (precariedad, extrema pobreza, aislamiento social) o porque han sido víctimas de abusos sexuales y violaciones a lo largo de sus vidas, lo que las predispone a este desenlace. Recordar que el 90% o más de las mujeres prostituidas a día de hoy son pobres o han sido víctimas de abusos y violaciones sistemáticas durante sus vidas, generando así una identidad perfecta de PUTA. Porque está claro como dice Sonia Sánchez que ninguna mujer nace para ser puta, se hace, el patriarcado neoliberal la construye.

Demonizar al movimiento feminista que lucha por erradicar la prostitución y la explotación sexual. Se crea todo un argumentario basado en el odio y la misoginia, en el ataque frontal y la no comunicación. Somos malvadas y puritanas, no entendemos a las mujeres, no reparamos en sus vidas, queremos perseguirlas y obligarlas a que dejen la prostitución, no somos sensibles, no miramos por sus derechos etc. Siempre nos atacan desde ahí, para acallarnos, para hacernos sentir mal, para engendrar el miedo, para hacer creer a la sociedad que criminalizamos a las mujeres etc. Pues NO, luchar para que todos los países adopten un modelo abolicionista es abrir una puerta real a la igualdad, a la liberación sexual, al amor como decía la Dra. Ingerborg Kraus en una de sus últimas conferencias. El modelo abolicionista es un modelo feminista, que pretende descriminalizar a las mujeres prostituidas, no decirles en ningún momento lo que tienen o no que hacer, no obligarlas a dejar la prostitución, sino luchar porque los estados creen las condiciones necesarias para que las mujeres que quieran puedan salir de la prostitución(de todos los estudios realizados en diferentes países sobre la situación de las mujeres prostituidas, se concluye que el 90% saldría de la misma si tuviera alternativas reales y protección). Y lo más importante perseguir a los proxenetas y sancionar a los puteros.

Queremos que los niños no se críen pensando que cuando crezcan podrán comprar el cuerpo de una mujer para follársela, siguiendo la guía de instrucciones que le da la pornografía. Queremos desterrar el sistema capitalista que mercantiliza nuestros cuerpos y los vende al mejor postor. Queremos caminar hacia la erradicación de la prostitución, porque esto sí es progreso, sí es apostar a los derechos humanos y salvaguardarlos para siempre, sí es un paso de gigante hacia la eliminación de una sociedad patriarcalmente definida.

Me gustaría terminar haciendo una reflexión muy importante: no es posible que nos definamos como feministas y que aceptemos que la prostitución sea un trabajo, es insostenible y muy pesimista. No podemos aceptar como natural este orden opresor. Sigamos avanzando compañeras, caminemos hacia la abolición

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