
Cientos de personas se manifestaron ayer en Estocolmo en apoyo a la exsecretaria de la Academia Sueca, Sara Danius, que renunció por la crisis que atraviesa la institución que otorga el Nobel de Literatura a causa de un escándalo sexual.
La mayoría llevaba una blusa con lazo en el cuello, prenda habitual de Danius, que el viernes ya había originado una campaña de apoyo en las redes sociales a la que se sumó la ministra de Cultura.
La protesta vincula su salida con la campaña de denuncias de abusos #Metoo (Yo también), ya que el origen es el caso de supuestos abusos sexuales del dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la institución y esposo de la académica Katarina Frostenson.
Frostenson y Danius renunciaron hace una semana, en una solución de compromiso tras las salidas días antes de tres miembros, por el desacuerdo respecto a la auditoría encargada sobre el caso.
«Estoy aquí porque me he hartado de tipos como Horace Engdahl -exsecretario y cabeza del bando opositor a Danius-, que atacan a las mujeres en vez de ir a por los hombres responsables», denunció la diputada socialista Rossana Dinamarca, una de las oradoras en un acto que llenó la Gran Plaza, justo frente a la sede de la academia.
Allí debía celebrarse la reunión semanal de sus miembros, pero ninguno acudió al antiguo edificio de la Bolsa de y el encuentro fue en otro lugar, admitió su secretario provisional, Anders Olsson.
En declaraciones al diario Expressen, no quiso revelar detalles y anunció que habrá un comunicado de la academia, que ya ha aplazado tres días un comentario escrito sobre la auditoría.
Según medios suecos, la auditoría recomienda denunciar a Forum, el club literario de Arnault, por irregularidades en la financiación recibida por la academia e insta a presentar una denuncia.
Alerta además de que Frostenson es copropietaria de la sociedad que lo controla y de que el dramaturgo había filtrado el ganador del Nobel en siete ocasiones.
Las salidas de cinco académicos en las últimas dos semanas, a las que hay sumar las de otros dos con anterioridad, colocan a la Academia en una situación comprometida: solo once de sus dieciocho asientos están ocupados, uno menos de los necesarios para elegir nuevos miembros y tomar decisiones, como las relativas al Nobel.
Las renuncias son simbólicas y solo se traducen en no participar en votaciones y actividades, ya que la pertenencia a la institución es de por vida y solo se eligen nuevos miembros cuando muere alguno.
El rey Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, anunció ayer una reforma de sus estatutos para permitir la renuncia real de sus miembros, por deseo propio o después de dos años de no participar de forma activa, y la posibilidad de que sean reemplazados
“Cientos de personas se manifestaron ayer en Estocolmo en apoyo a la exsecretaria de la Academia Sueca, Sara Danius, que renunció por la crisis que atraviesa la institución que otorga el Nobel de Literatura a causa de un escándalo sexual”, porque la perversa civilización patriarcal le muestra hoy al feminismo (mujer) la imagen misma, de su irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en este esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley y ese testimonio se amplía con sus alegatos que parecen “fuera de tema”, pero lo que saca a flote en su discurso como “acontecimiento sin intención”, son fragmentos que constituyen su historia y, entre los más “desunidos” aquellos que afloran de su historia genocida sobre lo femenino (mujer) aun en la Academia Sueca.
“La protesta vincula su salida con la campaña de denuncias de abusos #Metoo (Yo también), ya que el origen es el caso de supuestos abusos sexuales del dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la institución y esposo de la académica Katarina Frostenson”, pues por lo demás como asombrase de esas reacciones, donde el feminismo denuncia los resortes agresivos escondidos en todas las actividades tendientes a la “igualdad”. Puede verse en el más azaroso incidente, con la mujer donde basta para provocar la intención agresiva, que reactualiza su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, una estructura particularmente destinada a camuflar, a desplazar, a negar y o amortiguar la intención agresiva sobre lo femenino.
Un penoso conflicto que la mujer padecería sería; ¿Cómo admitir que el patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción?
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
“El feminismo es única y absolutamente la mujer”
Un travesti o un trans; no es una mujer
El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
Por Osvaldo Buscaya (Bya)
(Psicoanalítico)
Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
Lo femenino es el camino
Buenos Aires
Argentina