Red de Empresas con distintivo DIE (breve diagnóstico y reflexión desde su implantación)

Víctor Sánchez
Víctor Sánchez
"Promotor para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres. Co-Autor del libro "Diálogos Masculinos. La masculinidad tarada"
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La Ley Orgánica de Igualdad 3/2007 de 22 de marzo, para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, lleva implantada en nuestro país, poco más de 11 años.
En ella, se reconoce que “El pleno reconocimiento de la igualdad formal ante la ley, aun habiendo comportado, un paso decisivo, ha resultado ser insuficiente”.
Por ello, “La Ley pretende promover la adopción de medidas concretas en favor de la igualdad en las empresas, situándolas en el marco de la negociación colectiva, para que sean las partes, libre y responsablemente, las que acuerden su contenido”.
Y su mayor objetivo tiene “por objeto hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, en particular, mediante la eliminación de la discriminación de la mujer, sea cual fuere su circunstancia o condición, en cualesquiera de los ámbitos de la vida y, singularmente, en las esferas política, civil, laboral, económica, social y cultural”.
Para ello, establece y “prevé medidas destinadas a eliminar y corregir en los sectores público y privado, toda forma de discriminación por razón de sexo”.
En su artículo 50, Capítulo IV, se especifica que “El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales creará un distintivo para reconocer a aquellas empresas que destaquen por la aplicación de políticas de igualdad de trato y de oportunidades con sus trabajadores y trabajadoras, que podrá ser utilizado en el tráfico comercial de la empresa y con fines publicitarios”.
¿Qué es el distintivo “Igualdad en la Empresa” (Red DIE)?
“El distintivo “Igualdad en la Empresa” es una marca de excelencia que otorga anualmente el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y que reconoce a las empresas y otras entidades que destaquen en el desarrollo de políticas de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres en el ámbito laboral, mediante la implementación de medidas o planes de igualdad”.
 Es decir, que, realmente, toda aquella empresa cuyo compromiso de llevar a cabo un plan de acción para implantar y promover la Igualdad efectiva entre Mujeres y Hombres, debería estar orgullosísima de pertenecer al “club VIP” de las empresas pioneras y más renombradas en este aspecto (aunque sea sin duda, como campaña de puertas afuera para declarar a los cuatro vientos “mira que bien estamos haciendo nuestro trabajo con respecto a la igualdad”).
Aquí van unos pequeños datos para ponernos en antecedentes del alcance, profundidad e importancia que actualmente le están dando las empresas a “esto” de la Igualdad.
Recapitulo y pongo números a esta pequeña reflexión, a partir de los datos de marzo 2018 facilitados y consultados en la web www.ipyme.org:
-En España en la actualidad hay 2.857.074 empresas.
-Casi un 54% del total, es decir, 1.535.472, son autónomos/as, sin ningún asalariado a su cargo.
-Un poquito menos de la mitad, con un 46%, y en concreto, 1.317.015, son PYME, lo que habitualmente denominamos pequeña y mediana empresa (y que cuentan en sus filas, con una horquilla de personal contratado que va de 1 a 249 empleados/as).
-Con lo cual, nos queda apenas un ridículo 0,0016% (4587 empresas) de grandes empresas o multinacionales (aquellas que tienen contratadas en sus plantillas a más de 250 personas, -que son las empresas que, por ley tienen la obligación y la responsabilidad de hace efectiva esta ley-), y que, aunque aparentemente en número o cantidad total parezcan “poca cosa”, dan trabajo a 5.215.209 personas (de un total de 15.457.932). Lo que viene a ser un 33,7% del total. Casi nada.
-De todas esas empresas que acabamos de “cuantificar”, apenas 141 empresas, se han tomado la molestia, en 11 años de vigencia de esta Ley, de iniciar el trabajo necesario para que la Igualdad sea un referente de importancia dentro de sus empresas (datos de la web www.igualdadenlaempresa.es).
No solo eso.
De esas 141 empresas que sí lo han hecho, solo 93, tenían esa “obligatoriedad” (por Ley) por el número de personal contratado.
Es decir, que, el resto de empresas, con ese distintivo de excelencia en cuanto a medidas en promoción de la igualdad, han aplicado un plan y unas medidas concretas y específicas, sin la obligatoriedad de tener que hacerlo (lo han hecho por iniciativa, interés y compromiso propio, lo cual es sencillamente digno de elogio).
«Es decir, solo un 2% (aproximadamente 1 de cada 50) de las multinacionales o grandes empresas de este país, cumplen con los mínimos requisitos de verdadero compromiso con la Igualdad que propone y dicta esta ley”
 Otro dato, igual de poco halagüeño que nos pone encima de la mesa, la actual “cadencia” en la que los Planes de Igualdad se van instaurando en estas “altas esferas” de las megaempresas o multinacionales, es el ritmo al que se van registrando los planes de Igualdad en las empresas que se van presentado a las convocatorias anuales de este distintivo de Igualdad en la Empresa.
Por años, éste es el número de empresas que ha obtenido en cada convocatoria anual el distintivo DIE:
2010 (27 empresas)
2011 (23 empresas)
2012 (19 empresas)
2013 (12 empresas)
2014 (28 empresas)
2015 (12 empresas)
2016 (20 empresas)
Dicho de otra manera:
“A este ritmo de 20 empresas de media por año; alcanzaríamos la plena igualdad -en el ámbito laboral- en el año en 2247”
Es decir, que, como diría Ana de Miguel (a ella se lo escuché la última vez, aunque seguro muchas más feministas lo secunden), que la AUTORREGULACIÓN no sirve.
No es suficiente.
Los derechos humanos (porque es de eso de lo que estamos hablando, de los derechos humanos arrebatados históricamente a las mujeres), y no solo laborales (esta ley determina también medidas concretas contra el acoso sexual y el acoso por razón de sexo en los ámbitos profesionales y laborales) no debería ser una responsabilidad empresarial individual voluntaria, que cada empresa elige cumplir en un plazo indeterminado en su propio beneficio, sino que tendría que ser una obligación del Estado conseguir que efectivamente se cumpla rigurosa y escrupulosamente, en todas y cada una de las empresas que por Ley, están obligadas a cumplir los parámetros y convenios que se estipularon hace ya más de una década.
No hagamos por favor, más famosa todavía, la frase o concepto de “espejismo de la igualdad”.


Nota: Este artículo se ha podido escribir gracias a la inestimable ayuda de las diferentes personas pertenecientes a la Subdirección General para la Igualdad en la Empresa y la Negociación Colectiva (Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades – Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), que con extraordinaria celeridad me fueron aclarando las diferentes dudas y preguntas que me iban surgiendo, a medida que me iba sumergiendo y consultando más y más datos disponibles en la web www.igualdadenlaempresa.es).

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