Neoliberalismo: propaganda de la violencia sexual (2)

Marina Ruiz
Marina Ruiz
Feminista Radical y activista. Madrileña rebelde que lucha por acabar con la violencia hacía las mujeres.
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Andrea Dworkin en Pornography: The New Terrorism indica: “La pornografía es la propaganda del fascismo sexual. La pornografía es la propaganda del terrorismo sexual. Las imágenes de mujeres atadas, magulladas y mutiladas prácticamente en cada esquina, en cada estante de una revista, en cada farmacia, en un cine después de un cine, en vallas publicitarias, en carteles pegados en las paredes, son amenazas de muerte para una población rebelde. La rebelión de las mujeres contra el despotismo sexual de los hombres, la rebelión de las mujeres contra la autoridad sexual de los hombres, es ahora una realidad en todo el país. Los hombres, al encontrarse aterrorizados ante la rebelión de las mujeres, cuelgan imágenes de cuerpos femeninos mutilados en cada lugar público.”
Analizando varias páginas más visitadas de pornografía que se autodenominan como amateur. Nos damos cuenta de varios factores. Este porno que pretende hacerse pasar por aficionado o casero, está producido por grandes compañías pornográficas. Utilizando esta estrategia para tener mínimo coste de producción, aparentan no tener interés económico o normalizar la violencia sexual (pornografía mainstream) y obtienen más beneficios. PornHub recibe 75 millones de visitas al día en 2017, el mayor proxeneta es el propio sistema, las políticas económicas de nuestro siglo se sostiene en una  gran parte por la industria del sexo, el porno solo en Estados Unidos generaba en 2006 mas de 8.000 millones de euros, diez años después se muestra que a nivel mundial unos 88.000 millones de euros y más del 10% sigue siendo de Estados Unidos, en plena crisis mundial la industria no solo no ha tenido pérdidas sino que incrementa beneficios.
Rosa Cobo en La prostitución en el corazón del capitalismo indica: “es economía criminal, como la prostitución se encuentra en tres sistemas de poder, el capitalismo, el patriarcal y el cultural/racial.” Las productoras tienen sus acciones en bolsas internacionales, que compran empresas, bancos internacionales y medios de comunicación que obtienen beneficios a través de la industria sexual. Los estados reciben los impuestos por pornografía, la industria del sexo no es solo lo que se muestra en la web, es un imperio económico que es rentable para gobiernos, empresas hoteleras, bancas, turismo o transportes privados.
FakeTaxi la página más buscada en Enero de 2018, es una página que se ofrece como reality desde 2013. Ha ganado premios como mejor web dentro de industria pornográfica, una página web que muestra mujeres que viajan en un taxi, le indican al conductor (el cual nunca muestra su rostro) que no pueden pagar su viaje y para pagarlo acaban teniendo sexo con el. Normalizan la prostitución y casos de violaciones de taxistas a mujeres: Taxista viola a una clienta que se durmió (Madrid-España), fue violada por un taxista en 2015 sigue prófugo (Villa del Parque – Buenos aires – Argentina), 5 mujeres de 20 años fueron violadas por taxista (Barcelona- España), Mujer fue violada por taxista (Miraflores -Perú) y son cientos las denuncias en todo el mundo.
En la pornografía son títulos constantes de violencia hacia las mujeres y pedofilia: «solo tiene 18 años», «castigada por su padrastro«, «engañada por su hermano», «chantajeada», «atada», «follada duramente», «azotada», «puta», «guarra», «zorra», «adolescente con coletitas», «despierta a su hermana con su polla».
Los vídeos de “adolescentes” extremadamente aniñadas, parecen menores de edad con ropa infantil, los escenarios son habitaciones infantiles, juguetes de niñas o incluso están mirando películas de Disney en los televisores cuando son abordadas o chantajeadas. Los hermanos amenazan, engañan, emborrachan o chantajean a sus hermanas, las espían mientras se duchan o se reúnen con amigas, padres que mantienen relaciones sexuales con sus hijas mientras las madres duermen en la misma cama, apología la violación de menores o relaciones incestuosas. El contenido de todos los vídeos es violento hacia las mujeres y “niñas”: estranguladas, golpeadas en cara y cuerpo, las inmovilizan agarrándolas del pelo o brazos, penetraciones dolorosas y brutales. El hombre sin embargo no existe, sin rostro y a veces sin cuerpo, solo es un pene.
Un ejemplo es el vídeo Insane Orgasm Leaves Her Braindead – Maryjane Auryn con mas de 8 millones de visitas, se dificulta creer que la “actriz” que aparece es mayor de edad, permanece siempre pasiva y sometida al hombre (sin rostro y cuerpo) mientras es penetrada grita y llora,  golpea su cara y le tapa con la mano la boca o le pone en la cara una almohada ordenándola callarse. Las imágenes son perturbadoras y violentas, una “niña” con mirada perdida y a veces aparece semiinconsciente.

Los menores y adultos acceden a este tipo de vídeos donde se simula la violación de menores muy cercanas al entorno familiar. En  España aumentaron de 3.502 en 2015 a 4.056 en 2016, según los datos del Ministerio del Interior. El informe de Savethechildren «Ojos que no quieren ver» indica entre un 10 y un 20% de la población en España ha sufrido algún tipo de abusos sexuales durante su infancia.
Los menores de edad están accediendo cada vez a más temprana edad a la pornografía a través de sus teléfonos móviles, la edad promedio es de 8 años, es la “educación sexual” que  reciben y normalizan actualmente.
El postfeminismo o feminismo liberal, defiende el concepto de porno “ético” o “feminista”, como otro alternativa a la pornografía “destinado a las mujeres”. Los vídeos que este tipo de industria generan son de mayor presupuesto, con calidades altas en escenografías y vestuario, la mayoría de páginas son de pago y solicitan registro, no es de libre acceso como el porno mainstream, sin embargo se puede visualizar igualmente en las mismas páginas mainstream de forma gratuita. Como bien indicaba Sheila Jeffrey, en el “porno feminista” siguen afianzando la sexualidad violenta y dominación patriarcal, no hay diferencia en el contenido o forma de representar a las mujeres, muestran el BDSM como un deseo femenino de ser sometidas sexualmente, las mujeres siguen siendo penetradas de forma brutal, los hombres que si aparecen como cuerpos completos suelen aparecer excepcionalmente como “sometidos” o “violentados”. Precisamente este porno suma excepciones que confirman la normalidad de la violencia sexual en cualquier tipo de pornografía.
Neoliberalismo y cultura de la violación
Kajsa Ekis Ekman en El ser y la mercancía: prostitución, vientres de alquiler y disociación hace un análisis sobre el neoliberalismo: “Al igual que todos los sistemas que aceptan las desigualdades, el orden neoliberal odia a las víctimas. Hablar de una “persona vulnerable” hace pensar en la ausencia y en la necesidad de una sociedad justa y de una red de protección social. Al convertir el debate sobre las víctimas en tabú se da un paso importante hacia la legitimación de las divisiones entre las clases y las desigualdades entre los géneros.
Este proceso transcurre en dos etapas:
Primero se nos dice que la víctima es, por definición, débil, pasiva e indefensa. Pero como en realidad las personas vulnerables crean diversas estrategias para enfrentar su situación, se “descubre” que la idea de la víctima es falsa. La persona vulnerable no es pasiva, sino todo lo contrario: fuerte, valiente y desenfadada. Como resultado de ello, el victimismo debe ser abolido. Se deduce, pues, que debemos aceptar el orden social existente —incluidas la prostitución, la sociedad clasista, las desigualdades generales— si queremos evitar que se tilde a las personas de pasivas e indefensas.
Lo que caracteriza la definición neoliberal es que ser víctima se ha convertido en un rasgo de carácter, en victimismo. Significa que una persona es débil. Que las personas somos o bien víctimas pasivas o sujetos activos. No podemos ser ambas cosas. De esta forma, la víctima es representada de manera negativa para después poder deshacerse del concepto completamente. En lugar de la persona vulnerable (por ahora convertido en tabú), se crea la ilusión de la persona invulnerable –la que, por definición, no puede transformarse en víctima. No puede colocarse la etiqueta de “subyugado” a nadie —ni siquiera a las mujeres, los toxicómanos, las víctimas de la trata, los pobres, los inmigrantes sin papeles o los niños que no tienen más remedio que hurgar en la basura en busca de alimentos. El ideal del superhombre o la súpermujer se convierte en condición natural de la especie humana.“
El neoliberalismo normaliza la cultura de la violación, si una mujer se muestra pasiva es porque consintió, ya que para ser víctima debe defenderse de la agresión o abuso, mientras que las mujeres en pornografía y prostitución tampoco son víctimas de la violencia sexual ya que no son débiles o pasivas, sino que al realizar un intercambio económico tienen libertad de elección. Eliminando por completo factores como la violencia simbólica en publicidad y medios de comunicación que transforman a la mujer en objeto y la deshumanizan o la violencia económica según datos de Naciones Unidas, el 60% de las personas que pasan hambre en el mundo de forma crónica son mujeres y niñas y sólo un 50% de las mujeres en edad de trabajar tienen un empleo. Por lo tanto el neoliberalismo no contempla la discriminación de las mujeres social, política y económicamente, impone que solo puedan sobrevivir económicamente a través de algún tipo de prostitución y que sean los propios estados los que se beneficien de ello. La pornografía y prostitución se muestra como “un trabajo como cualquier otro”, sin tener en cuenta que la mayoría de consumidores son casi exclusivamente hombres y las prostituidas, casi exclusivamente mujeres (las estadísticas de PornHub indican que solo un 37% de mujeres consume porno, estos son datos de la propia industria, mientras que la mujeres no son consumidoras de prostitución, prácticamente un mito urbano).
Generan un falso relato en el cual la pornografía es “fantasía”, algo irreal, por lo tanto la mujer deja de ser una persona que piensa, siente y actúa, se la deshumaniza anulando que exista violencia hacia ella, desvinculan la pornografía de la prostitución argumentando que quien ejerce la violencia sexual es un “actor”, de esta manera eliminan socialmente la pornografía como una prostitución regularizada, ya que el actor también recibe un “beneficio económico”, ignorando que el actor recibe dinero por ejercer violencia hacia las mujeres, mientras que las mujeres reciben una transacción económica para “consentir” legalmente sufrir violencia sexual, psicológica y física. La industria del sexo está muy interesada en que la pornografía no sea señalada como prostitución.
Muchas actrices han denunciado que los supuestos actores suelen ser consumidores que pagan una cantidad de dinero para poder tener sexo con ellas en las grabaciones, por eso la mayoría de vídeos no muestra los cuerpos de hombres y sus rostros, incluso los productores, cámaras o amigos invitados al “rodaje” intentan forzarlas para que mantengan relaciones con ellos, claramente en la pornografía y prostitución no es una “libre elección” de las mujeres, mas bien es una libre disposición de los hombres ejercer violencia sexual contra las mujeres.
La pornografía y prostitución es violencia hacia las mujeres (violencia de genero), la mujeres en la industria del sexo son víctimas de violencia sexual, no solo debemos incluir a las mujeres víctimas de trata, también a las actrices porno, escort o prostitutas que son víctimas directas de la violencia simbólica. A primeros de año han fallecido 5 actrices porno en extrañas circunstancias en menos de dos meses, todas con problemas de adicción y depresión o ansiedad, son víctimas invisibles de violencia de género.


Bibliografía:

  • Amoros, Cèlia 10 palabras clave sobre mujer, Editorial Verbo Divino,1995.
  • De Miguel, A. Y Favaro, L. Nombre Módulo. Nombre curso. Ágora: Espacio de Formación Feminista.
  • De Miguel, A. Y Favaro, L. Carisa R. Showden (2016). Feminist Sex Wars. LAS ‘GUERRAS DEL SEXO’ DE LOS OCHENTA ¿Y AHORA DEL GÉNERO?. Neoliberalismo sexual sin feminismo no hay revolución. Ágora: Espacio de Formación Feminista.
  • Dworkin Andrea. «Pornography: The New Terrorism» en la Revisión de Derecho y Cambio Social de la Universidad de Nueva York , vol. III, No. 2, 1978-1979.
  • Cobo Rosa, La prostitucion en el corazon del capitalismo, capitulo 4 economia politica de la prostitucion, Editorial La Catarata, Madrid,2017
  • Kajsa Ekis Ekman , El ser y la mercancía: prostitución, vientres de alquiler y disociación, Editorial CENESEX, La Habana , 2015
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