El Día Mundial de la Salud sexual se celebra cada 4 de septiembre desde que en el año 2010 la World Association for Sexual Health (WAS) impulsó esta celebración para promover una mayor conciencia social sobre la salud sexual. El lema que encabeza este año la conmemoración es “La salud sexual y los derechos sexuales son fundamentales para el bienestar”.
Este eslogan guarda una estrecha relación con la definición de salud sexual que da la Organización Mundial de la Salud (OMS): “la salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”.
Sin embargo, los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres quedan relegados a un segundo plano cuando no reciben la atención suficiente por parte de la medicina y la ciencia. La visión androcéntrica y la represión de las mujeres en este campo abarca situaciones como el desconocimiento de los cuerpos, los abortos inseguros, prácticas como la mutilación genital femenina, y un largo etcétera.
La WAS, que este año cumple 40 años desde su creación, elaboró en 2014 la Declaración de los Derechos Sexuales, donde en 16 puntos recoge, entre otros aspectos, el derecho a la igualdad, a la integridad física, a la información y educación en relación con la sexualidad.
Mujeres para la Salud incluye en su web una infografía donde la asociación pide que todos los gobiernos hayan podido lograr para 2020 reducir en un 75% la mortalidad materna por abortos inseguros, reconocer los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos, y conseguir que la juventud esté involucrada en todas las decisiones políticas que les afecten.
También la ONG Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) elaboró la carta de Declaración de los Derechos Sexuales y Reproductivos, donde está incluido el derecho a la vida y una maternidad sin riesgos, poniendo el foco de atención en los embarazados deseados y en el acceso a una atención profesional y cuidados necesarios para la salud de la mujer y del bebé.
Algunos de los derechos que constituyen el texto, son los siguientes:
Derecho a la libertad y la seguridad y derecho a decidir sobre la propia vida sexual. Toda persona es libre de decidir sobre su vida sexual, así como toda persona es libre de negarse a una relación sexual y ese derecho debe respetarse. Asimismo, no se debe forzar a una mujer a interrumpir su embarazo o a quedarse embarazada, sin que pueda ser sometida a una intervención si no ha sido informada adecuadamente y ha mostrado su consentimiento. De igual manera, se debe garantizar el acceso a la información sobre la salud sexual y reproductiva en cualquier momento y circunstancia.
El derecho a la información y a la educación de la infancia, la adolescencia y la juventud. Toda persona tiene derecho al acceso a la educación y a la información no sexista y libre de estereotipos en cuanto concierne a su salud, sus derechos y sus responsabilidades en materia de sexualidad y reproducción. La información debe ser presentada de manera objetiva, crítica y pluralista.
Derecho al acceso a la planificación familiar. Es un derecho humano disponer de recursos para el cuidado de la salud sexual y reproductiva, lo que incluye el acceso a la información y la educación sexual, a los servicios de planificación familiar y a los avances científicos en métodos de planificación familiar y en sexología. Asimismo, es un derecho que las mujeres podamos decidir tener hijos/as o no y cuándo tenerlos con total libertad y sin presiones en nuestra toma de decisiones.
Derecho al acceso a servicios de atención a la salud sexual y derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Todas las personas tienen derecho a servicios de salud sexual y reproductiva, que deben ser accesibles y gratuitos y respetar la confidencialidad, la privacidad y la dignidad de las y los pacientes. Dentro de estos servicios de atención a la salud sexual, debe garantizarse la planificación familiar, la prevención y el tratamiento de ETS, la atención general en salud y la interrupción voluntaria del embarazo en los supuestos que contempla la ley.
Derecho al libre acceso a los medicamentos y los progresos científicos, especialmente en términos de enfermedades de transmisión sexual como la pandemia del VIH/SIDA
Derecho a no ser sometido/a a torturas ni maltrato. Es un derecho universal la protección frente a la violencia, los abusos y la explotación sexual. Ninguna persona debe ser maltratada o discriminada por razón de su sexo, raza, religión, etc. Así, la violencia machista, el maltrato sexual y psicológico, las violaciones y abusos, la mutilación genital, el infanticidio femenino, la discriminación o infravaloración por razón del sexo, la privación o disminución de libertad por razón del sexo, la desigualdad de oportunidades entre sexos, etcétera, son violaciones de los derechos humanos.
Estas y otras asociaciones como UNAIDS promueven este día en las redes sociales bajo el hashtag #WorldSexualHealthDay tanto para reflejar la importancia de promover la salud sexual por parte de las clínicas, como para reivindicar el importante papel de los trabajadores de este ámbito.
Today is #WorldSexualHealthDay. Programmes to provide sexual and reproductive health education and services are essential to reduce new HIV infections. pic.twitter.com/j3SwZKm0EV
— UNAIDS (@UNAIDS) September 4, 2018