La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha asegurado que en el sector tecnológico se reproduce de manera «particularmente acentuada» todas las diferencias de género del mundo real, y que en concreto, los algoritmos y la Inteligencia Artificial (IA) que se están desarrollando en la actualidad reproducen también «los mismos sesgos discriminatorios», lo que puede afectar en el futuro a la igualdad de oportunidades.
Así lo ha manifestado este lunes en la inauguración de una jornada en el Ministerio para presentar el Libro Blanco de las Mujeres en el Ámbito Tecnológico, un documento que pretende «dar visibilidad» y «analizar» la brecha de género entre hombres y mujeres con la intención de servir de guía para los poderes públicos a la hora de proponer medidas efectivas para abordar esta desigualdad.
«Estamos construyendo un nuevo mundo contando aún menos con el punto de vista femenino», ha advertido la ministra, que lamenta que las mujeres en el sector tecnológico son «minoría».
La ministra atribuye esta desigualdad a «factores de diversa índole» como la escasa presencia de mujeres en carreras científico-técnicas, que se traduce en una menor presencia en el mundo laboral, pero también a la falta de visibilidad de mujeres referentes. «Es difícil que las niñas quieran ser algo que no ven», comenta Calviño, que añade otros factores como las barreras para acceder a un puesto de trabajo cualificado o los obstáculos a la financiación para empresas tecnológicas.
Calviño ha puesto sobre la mesa algunos datos para dar cuenta de esta desigualdad en el sector, que es más acentuado en España: solo el 30% de los 7 millones de empleos tecnológicos en Europa están ocupados por mujeres, cuando en España este porcentaje baja al 15,6%, que además es 4 puntos inferior a los datos de 2006.
Para abordar esta cuestión, Calviño urge a actuar con un «enfoque horizontal», con acciones transversales que incorporen la perspectiva de género a las medidas políticas, como la mejora de las competencias digitales, el fomento de juguetes sin sesgo de género, ayudas al emprendimiento o medidas generales para favorecer la conciliación.
DATOS «POSITIVOS»
Pese a todo ello, considera que hay «buenas noticias», pues a su juicio «ya se han dado pasos decisivos para la lucha contra la brecha de género». «La igualdad de género ha impregnado las decisiones que hemos tomado todos los viernes en Consejo de Ministros», reconoce.
Además, subraya que la brecha salarial entre hombres y mujeres en el ámbito tecnológico es menor que en otros sectores, y en el modelo de gobernanza se empieza a notar esto en instituciones económicas internacionales como el FMI, el BM o la OCDE, que están empezando a incorporar a mujeres economistas en altos cargos.
Otro factor positivo para la ministra es que «la sociedad española está entre las más igualitarias del mundo», según confirma el World Index, «aunque a veces nos preocupen campañas y actitudes negativas frente el feminismo, que no son sino actitudes negativas frente a la igualdad, porque feminismo es igualdad».
Según ha apuntado, «solo un 9% de la población española cree que los hombres son más capaces que las mujeres», porcentaje que ha comparado al 22% de Estados Unidos, al 20% de Alemania, al 15% de Reino Unido o al 16% de Francia. «Tenemos un punto de partida muy positivo en nuestro país», celebra.
No obstante, ha urgido a trabajar «desde ya» para formar a las futuras profesionales del futuro, pues subraya que, según algunos estudios, España estaría perdiendo un 15% del PIB por la brecha de género y por la desigualdad en el mercado trabajo.
De hecho, recuerda que, según el Global Gender Gap Report, España ha pasado del décimo puesto de 2007 en igualdad de género al puesto 29 en 2018, mientras que en igualdad salarial la situación es «aún más preocupante», estando en el puesto 119 de los 149 países analizados.