En respuesta al artículo de Marta Roqueta para Fot-Li Pou
El sábado, mujeres de distintas edades y procedencias, caminamos por Barcelona en la primera «Marcha Abolicionista» convocada hasta el momento en el Estado, pasando por los puntos en los que más se tolera la explotación sexual en la Ciudad Condal. Desde el gato de Botero en la rambla del Raval, se recorrieron las calles del barrio más frecuentadas por los puteros para llegar al mayor local de streptease de Europa, que fue abierto recientemente por la creciente demanda y que está situado en La Rambla; el centenar de mujeres y hombres que a nombre individual o de asociaciones pro derechos humanos, feministas, transexuales y vecinales, nos habíamos unido desde diferentes puntos de dentro y fuera de la Península, señalábamos uno de los lugares en los que los empresarios proxenetas se lucran del cuerpo de mujeres con el dinero de hombres de la ciudad y de turistas. La marcha terminó en la plaza de Sant Jaume, sede del Ayuntamiento y la Generalitat, donde se clausuró la convocatoria al leer el manifiesto en distintos idiomas.
Desde hace tiempo se oye fácilmente que el feminismo sufre un cisma donde empieza el debate de la prostitución, más aún tras la asamblea preparatoria de la huelga del 8M en la que compañeras abolicionistas del sistema prostituyente fueron acalladas para imponer el feminismo mercantil que se ajusta al modelo económico en el que vivimos. Las mismas que afirmábamos que las mujeres somos libres en nuestras elecciones sexuales, fuimos insultadas en el transcurso de la marcha, entre polvos de colores, al grito de intolerantes, racistas, putófobas y machistas, por un pequeño grupo de personas entre las que se encontraban algunas relacionadas con sindicatos de cuestionable financiación que abogan por regularizar la prostitución para terceros; es decir, la relación entre proxenetas y trabajadoras sexuales, ya que la situación de la prostitución autónoma en España es perfectamente legal.
Pero el feminismo tiene claro a quién señalar; como movimiento social que lucha por las relaciones igualitarias, desde sus predecesoras ilustradas es intolerante al abuso del hombre que en privilegio económico y sexual compra la satisfacción de sus deseos mediante una mujer; así ha sido desde las primeras asociaciones de mujeres en España y también en Cataluña. Rosen Hichen, activista, superviviente de la trata y fundadora de la Marche Mundiale des Survivantes de la Prostitution, con quien nos manifestamos y que también tuvo espacio en la mesa de ponentes del II Foro de Ciudades Abolicionistas de esa misma tarde, nos hablaba de los cambios positivos en opinión y actitud producidos en Francia tras la aprobación de la ley que penaliza a clientes y proxenetas, así como de la significante reducción de la trata.
El sábado 11 de mayo, al poco del comienzo de campañas electorales, fue un gran día para la lucha de las mujeres a favor de nuestros derechos, en un sistema que nos ve como objetos, nos precariza y nos limita. La marcha fue una expresión de igualdad en la que reclamamos para todas las mujeres, especialmente las más vulnerables, pobres, inmigrantes y personas transexuales, disponer de las opciones que no supongan la explotación.
Links de interés:
Manifiesto de la marcha abolicionista: MANIFEST MARXA ABOLICIONISTA
Artículo referido: Intolerància abolicionista – Fot-li Pou – Barça i més
¿Quién está detrás del discurso para regular la prostitución? | Tribuna Feminista
Concha Borrell, contra el abolicionismo
Feminismo y prostitución | lamarea.com
Bulos sobre el abolicionismo, por Ana I. Bernal-Triviño