La Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV) ha aplaudido este jueves el ‘II Plan de Igualdad de la Carrera Judicial’ pero ha recordado que la desigualdad entre hombres y mujeres está la cúpula y no en las bases o en la media del escalafón, una situación que ha achacado a la forma de nombrar esos altos cargos.
En un comunicado, la asociación ha mostrado su confianza en que el plan aprobado por unanimidad por el pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) «acabe por fin con la desigualdad» que existe, según ha indicado, «no en la base ni en la media del escalafón, donde no hay ningún problema en este sentido, sino en la cúpula, donde la forma de elegir los altos cargos de la Justicia española sigue provocando una discriminación que no se explica ni justifica de ningún modo».
En este sentido, el portavoz nacional de la asociación, Jorge Fernández Vaquero, ha recordado que los últimos datos oficiales del propio CGPJ recogen que las mujeres representan ya el 54 por ciento de la carrera judicial en España «y cada vez más», como demuestra el hecho de que ellas son también el 70% de las últimas promociones.
No obstante, ha destacado que esa realidad no se corresponde, «ni siquiera a la mitad», con la situación que sigue habiendo en los altos cargos de la judicatura, como el Tribunal Supremo, donde las mujeres apenas llegan al 15 por ciento.
Igualmente, ha puesto como ejemplo que entre los 17 Tribunales Superiores de Justicia (TSJ) de las respectivas comunidades autónomas únicamente hay dos presidentas, concretamente en los de Extremadura y la Comunidad Valenciana.
Abundando en esta argumentación, la responsable de Igualdad en el Comité Nacional de AJFV, Natalia Velilla, ha destacado que esta desigualdad entre hombres y mujeres en la carrera no se justifica en factores como la edad media o la experiencia.
«No es más que una excusa. Actualmente hay el mismo porcentaje de jueces y juezas –51 por ciento y 49 por ciento, respectivamente– que tienen entre 50 y 60 años, pero la presencia de unos y otras en los altos cargos sigue siendo muy desigual», ha denunciado.
Así, ha defendido que es la forma de nombrar esos altos cargos la que ayuda a la desigualdad entre hombres y mujeres «ya que la discrecionalidad permite la discriminación, a diferencia de lo que ocurre en la base y en mitad del escalafón, donde lo único que cuenta son los méritos y el esfuerzo de cada uno».
«Por eso», ha argumentado, «en los niveles intermedios y en el acceso a la carrera judicial no hay ningún problema de igualdad, que sólo se resolverá en la cúpula cuando se cambie el sistema de nombramientos y se haga con un baremo previo y objetivo en el que no haya ninguna posibilidad de discrecionalidad y, por tanto, de discriminación».