Califican el hecho de maniobra y artimaña intolerable y alertan de que esos artículos, “no sólo no aportan nada a la Ley, sino que la pervierten”
Recogen firmas para entregar al presidente del Gobierno en https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdRjZaK2hDW_M45TzPvt9HEddtZ3GjULIWVZadCv6z-P6vTRw/viewform
La «ALIANZA CONTRA EL BORRADO DE LAS MUJERES» ha lanzado una recogida de firmas para hacer llegar al gobierno su preocupación por el hecho de que el Borrador de LA LEY DE LIBERTAD SEXUAL que ha preparado el Ministerio de Igualdad para su debate en el Consejo de Ministros, incluya, de forma casi clandestina, artículos que, de aprobarse, atentarían gravemente contra los derechos de las mujeres.
Dichos artículos legalizarán conceptos que no cuentan con la aceptación ni social ni académica, que nada aportan a dicha Ley y que, por tanto, solo buscan incorporar a nuestra legislación toda la «terminología de la cuestionada identidad de género, adelantándose así, por la puerta trasera, a la anunciada Ley de autodeterminación de la Identidad.
Las feministas denuncian que nos encontramos ante una maniobra intolerable, no solo por el procedimiento, sino porque conceptos como la «autodeterminación» del sexo, atentan gravemente contra los derechos de las mujeres.
En el documento de recogida de firmas se muestran imágenes del borrador de Anteproyecto con los artículos que hacen referencia a la identidad sexual y de género, en unos términos que son más propios de las leyes de autoidentificación y que no tienen cabida en una ley de Libertades Sexuales.
“La eliminación de la categoría sexo y su sustitución por la identidad de género comporta graves consecuencias para las mujeres. Una de las más notables: la tergiversación de los datos estadísticos”
Recordemos que el Glosario de Igualdad de Género de ONU Mujeres indica que “los datos desagregados por sexo son datos a los que se aplica la clasificación cruzada por sexo y así presentan información separada para hombres y mujeres. Los datos desagregados por sexo reflejan los roles, situaciones reales, condiciones generales de hombres y mujeres en cada aspecto de la sociedad. Cuando los datos no están desagregados por sexo, es más difícil identificar las desigualdades reales y potenciales. Los datos desagregados por sexo son necesarios para un análisis de género eficaz.
Por lo tanto, la fusión de sexo con «identidad de género» conduce a una recopilación de datos sobre la violencia contra las mujeres y las niñas que es inexacta y engañosa, ya que podría darse, como ya está ocurriendo en Canadá (país que tiene aprobadas leyes en este sentido) que personas con corporalidad y genitalidad masculina aparezcan en las estadísticas como agresores “mujeres”.
Las organizaciones unidas en la ALIANZA CONTRA EL BORRADO DE LAS MUJERES han manifestado que esos artículos, “no sólo no aportan nada a la Ley, sino que la pervierten”, por eso exigen la retirada del articulado que implique utilizar la Ley de agresiones sexuales para consolidar en la legislación expresiones que nieguen la realidad del sexo biológico lo que tendría, particularmente en esta ley, consecuencias nefastas.
También denuncian “que utilizar una ley de violencia sexual para intentar “colar” terminología que borra la realidad incontestable de la diferencia sexual, es una artimaña que persigue ir consolidado en la legislación española el peligroso concepto de «autodeterminación del sexo», sin que profesionales cualificados, certifiquen las reasignaciones”.
El enfado de las organizaciones feministas queda de manifiesto cuando se dirigen al Gobierno para recordarle que “nacer con sexo femenino o masculino, (hembra o macho biológico), determina la posición estructural en el mundo y no es un dato indiferente respecto de las agresiones sexuales”
Denuncian que la terminología introducida en el texto de la ley niega la base misma de la corporalidad masculina y femenina al definir al “sexo” como constructo y piden ponerse en alertan a la sociedad española ante el intento de utilizar la Ley contra la violencia sexual para introducir en el ordenamiento jurídico español la institucionalización de ideas que borran de facto el principal factor de riesgo ante una violación: el hecho de ser mujer.
Finalmente, exigen al Gobierno conocer las implicaciones jurídicas, prácticas y políticas de introducir en la legislación estos conceptos de identidad y alertan sobre lo que supone la regulación de las percepciones subjetivas de las personas, pasando por encima de las realidades materiales y constatables de la diferencia corporal de los sexos, que de forma muy evidente se ponen de manifiesto en las violaciones.
Para la Alianza de organizaciones, el Gobierno debe saber que introducir en la ley determinada terminología socava los derechos basados en el sexo y pone en peligro los espacios de protección de las mujeres y todo el sistema estadístico de identificación del problema de la violencia contra las mujeres.
Las políticas de igualdad entre mujeres y hombres se ponen así mismo en peligro a través de esos elementos legislativos que entienden el concepto «sexo» como una autopercepción individual, debilitando hasta su anulación las iniciativas políticas que pretenden la igualdad entre mujeres y hombres.
A través del comunicado también han manifestado ser contrarias a que se asalte la legislación en materia de igualdad entre mujeres y hombres para entregarla al generismo queer y sus peligrosas derivadas neoliberales.