26J: Denuncia pública de una una mala praxis política. #HartazgoFeminista

Puri Liétor
Puri Liétor
Psicóloga sanitaria y activista Feminista
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Puri Liétor

Desde 2007 en España contamos con una Ley Orgánica que “tiene por objeto hacer efectivo el derecho de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, en particular mediante la eliminación de la discriminación de la mujer, sea cual fuere su circunstancia o condición, en cualesquiera de los ámbitos de la vida y, singularmente, en las esferas política, civil, laboral, económica, social y cultural para, en el desarrollo de los artículos 9.2 y 14 de la Constitución, alcanzar una sociedad más democrática, más justa y más solidaria”.

 

“La Ley se refiere a la generalidad de las políticas públicas en España, tanto estatales como autonómicas y locales.

La ordenación general de las políticas públicas, bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva de género, se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los poderes públicos en los que se integra activamente, de un modo expreso y operativo, dicho principio.

La Ley nace con la vocación de erigirse en la ley-código de la igualdad entre mujeres y hombres”.

Y esta Ley-código que se refiere a la generalidad de las políticas públicas en España, tiene su correspondiente Capítulo dedicado a la Educación que contiene una serie de Artículos, entre los que señalo el nº 24:

Artículo 24. Integración del principio de igualdad en la política de educación.
  1. Las Administraciones educativas garantizarán un igual derecho a la educación de mujeres y hombres a través de la integración activa, en los objetivos y en las actuaciones educativas, del principio de igualdad de trato, evitando que, por comportamientos sexistas o por los estereotipos sociales asociados, se produzcan desigualdades entre mujeres y hombres.
  2. Las Administraciones educativas, en el ámbito de sus respectivas competencias, desarrollarán, con tal finalidad, las siguientes actuaciones:
  3. a) La atención especial en los currículos y en todas las etapas educativas al principio de igualdad entre mujeres y hombres.
  4. b) La eliminación y el rechazo de los comportamientos y contenidos sexistas y estereotipos que supongan discriminación entre mujeres y hombres, con especial consideración a ello en los libros de texto y materiales educativos.
  5. c) La integración del estudio y aplicación del principio de igualdad en los cursos y programas para la formación inicial y permanente del profesorado.
  6. f) El establecimiento de medidas educativas destinadas al reconocimiento y enseñanza del papel de las mujeres en la Historia.

Esta Ley con la que contamos las/os españoles desde 2007 especifica que todos los poderes públicos, a la hora de establecer los criterios por los que habrán de regirse sus políticas públicas, lo harán atendiendo a la óptica del principio de Igualdad y la perspectiva de género.

Pues bien, en lo tocante a los criterios con los que se han elaborado las políticas públicas relacionadas con el ámbito educativo desde el 2007 hasta hoy, el incumplimiento por parte de nuestras/os representantes políticas/os del Artículo 24 y de las actuaciones especificadas en los apartados que he señalado ha sido clamoroso.

Por supuesto esta afirmación se sustenta en datos, y son magníficos y muy exhaustivos los que aparecen en el artículo publicado por Covadonga Díaz Sola el 6-11-18, en AmecoPress-Información para la Igualdad:

La presencia de las mujeres en los libros de texto viene marcada por una desigualdad histórica traducida en una infrarrepresentación femenina frente al género masculino. La ausencia de mujeres relevantes en los contenidos educativos, la segregación de temas relativos a las mujeres en anexos o apéndices, la supeditación de la aparición femenina a relaciones con los hombres o la escasez de temas conectados a intereses y experiencias de las mujeres son algunos ejemplos que evidencian la continua invisibilización que vienen sufriendo”.

La autora del artículo también aporta el diagnóstico realizado por Ana López Navajas, profesora de Lengua y Literatura, investigadora y asesora de Coeducación e Igualdad:

“Las mujeres no han sido protagonistas de nada, ni de la cultura ni del desarrollo social. A partir de ahí es más fácil menospreciar a la mujer, que ella tenga más deudas sociales y que sea más sencillo cosificarla. Y de la cosificación a la violencia no hay nada, eso es lo tóxico de esa carencia”,

En este contexto, los resultados de las investigaciones convergen siempre en un mismo punto: la indudable discriminación por sexo patente en los libros de texto.

“No percibimos su ausencia porque nos han educado en un canon cultural androcéntrico. Nos transmiten un panorama cultural parcial como si fuera universal, pero no lo es, falta el 50% de la población. Este es el gran fraude de la educación, que es el elemento fundamental de transmisión cultural”, continúa López Navajas.

El artículo también aporta los resultados de un estudio realizado por Judit Gutiérrez Sánchez, historiadora feminista, que indica que las mujeres llegan a alcanzar, como mucho, un 16,3% de presencia en los libros de texto, frente a un 83,7% de representación masculina.

Además, de entre las representadas, tan sólo un 7,6% -frente al 67% masculino- son mencionadas con nombre propio.

Por otro lado, las imágenes impuestas en los materiales escolares son también reflejo de la brecha discriminatoria.

En la mayoría de casos, las mujeres como centro de una ilustración son poco usuales. Éstas casi siempre aparecen ligadas a una imagen masculina -ya sea su pareja, padre o hermano- o formando parte de un colectivo mixto.

Además, cuando aparecen, lo hacen representadas bajo un contenido sexista que vuelve a ejemplificar dicha desigualdad, siendo excluidas de los estamentos privilegiados o clasificándolas directamente en estratos sociales bajos.

Además, esta separación sexuada hace también una distinción entre la esfera pública y privada, relegando a las mujeres al segundo ámbito y relacionándolas con actividades y prácticas domésticas.

“No es solo que los varones son nombrados en los textos con mucha mayor medida que las mujeres, sino que se transmite que su contribución específica a la construcción del mundo es de mayor relevancia”, puntualiza Gutiérrez Sánchez. “Si nos enseñan una visión del mundo sin mujeres, un mundo repleto de protagonistas masculinos que realizan grandes descubrimientos y hazañas para la humanidad, nos están enseñando un mundo en el que la mujer no cuenta. No es justo que nos despojen de nuestra memoria, nuestra identidad y nuestra historia”,

El artículo aún recoge una afirmación más de Judit Gutiérrez Sánchez:

“La legislación, en todos los ámbitos relacionados con la educación, apoya la igualdad, pero esta no se produce. Es necesario que el profesorado asuma responsabilidades”.

Pero esas responsabilidades recaen en mayor medida en las Administraciones educativas, cuya implicación es fundamental  “para lograr una igualdad real en las aulas”, ya que, “para conseguir los cambios que posibiliten una igualdad real en la sociedad es necesario intervenir en la base de la misma, en la educación”.

He aquí un ejemplo práctico de la laxitud de las Administraciones educativas a la hora de asumir sus responsabilidades especificadas en la Ley Orgánica de 2007 para la Igualdad Efectiva de mujeres y hombres, en el Artículo 24. Consulté la base de datos del Proyecto de Investigación TRACE Las mujeres en los contenidos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (PET2008_0293) del Ministerio de Ciencia e Innovación, cofinanciado por el Instituto de la Mujer del Ministerio de Igualdad y desarrollado por la Universitat de València en el marco del subprograma del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica (2008-2011).

Este fichero electrónico contiene los datos relativos a la presencia de las mujeres y los hombres que son nombrados o citados dentro de los libros de texto de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Los datos que se han recogido pertenecen a todas las asignaturas obligatorias (Matemáticas, Castellano, Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales, Ética, Educación para la Ciudadanía, Educación Plástica, Música, Educación Física, Tecnologías, Francés, Inglés, Valenciano) y de oferta obligatoria (Física y Química, Biología y Geología, Informática, Tecnología, Latín) de toda la etapa —de 1º a 4º de ESO—, de tres editoriales de ámbito nacional: Santillana, Oxford y SM.

Mi consulta se centraba en localizar la presencia de Cristine de Pizan en  los libros de texto de la ESO, quería comprobar cuántas veces era citada. El resultado de la búsqueda fue 0.

Pasé a buscar a Cristine de Pizan en el Bachillerato y encontré en un artículo publicado por Noemí López Trujillo y Cristina Pita el 6-6-21 el siguiente titular: “LAS MUJERES ARTISTAS Y FILÓSOFAS QUE SE ESTUDIAN EN 2º DE BACHILLERATO NO LLEGAN AL 5%”.

Las autoras del artículo han revisado todas las asignaturas de 2º de Bachillerato de las que el alumnado se examina en la EBAU, y sólo hay cinco asignaturas que, en mayor o menor medida, mencionan a autores para su estudio y de las que el alumnado se examina en la EBAU: Fundamentos del Arte II, Historia de la Filosofía, Historia del Arte, Historia de España y Cultura Audiovisual II.

Analizadas estas cinco asignaturas, las únicas en las que hay autores citados tanto en el apartado de contenidos como en los de criterios de evaluación y estándares de aprendizaje evaluables, aparecen 419 nombres en total. Solo 20 corresponden a mujeres, lo que supone un 4,8% (frente al 95,2% de hombres).

Además, están concentradas en una única asignatura: Fundamentos del Arte II. Ni en Historia de la Filosofía, ni en Historia del Arte, ni en Cultura Audiovisual II, ni en Historia de España aparece una sola mujer. En estas cuatro asignaturas el porcentaje es del 0%.

Si miramos los números totales, en Fundamentos del Arte II aparecen 229 hombres y 20 mujeres (90% frente al 8%); en Historia del Arte, 122 hombres y 0 mujeres; en Historia de la Filosofía, 26 hombres y 0 mujeres; en Cultura Audiovisual II, 16 hombres y 0 mujeres; y en Historia de España, 6 hombres y 0 mujeres.

Consulté los nombres de las únicas  20 mujeres citadas y entre ellas no estaba Cristine de Pizan.

¿Por qué mi interés por Cristine de Pizan?. Porque en el siglo XIV  defendía ideas tan «revolucionarias» como que la inferioridad femenina en realidad no era natural y que si las niñas tuvieran una educación igual a la de los niños «aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres».

Y su defensa se basaba en la experiencia más directa, ya que gracias a tener un padre cuyas ideas no estaban lastradas por completo por el peso de la tradición proporcionó una educación formal no sólo a sus hijos varones, sino también a su primogénita. Así, Christine, además de aprender a leer y a escribir, recibió lecciones de historia, filosofía y medicina.

Esa amplia formación le permitió, al quedar viuda muy joven y con cargas familiares, sacar a su familia adelante convirtiéndose en la primera escritora profesional de la Historia. Y así mantuvo a su familia con su producción literaria, que pasó de la temática amorosa a temas más comprometidos como la filosofía, la política, la historia, la moral o el derecho de la mujer en la sociedad.

A principios del siglo XV, Christine participó en uno de los debates más célebres de la historia literaria francesa: la llamada Querelle de la Rose. El centro de la polémica era un largo poema alegórico, el Roman de la Rose, escrito casi un siglo antes y que en algunos pasajes relegaba a la mujer a objeto de deseo que servía sólo para complacer y satisfacer los instintos masculinos. Christine se convirtió en portavoz de las críticas a esta obra, lanzando así en la corte francesa un debate más general sobre la condición de la mujer y su igualdad con el hombre. En opinión de Christine, la inferioridad femenina en realidad no era natural, sino cultural. Si las mujeres quedaban relegadas a las cuatro paredes domésticas y no recibían educación, ¿cómo podían aspirar a los logros que conseguían los hombres?

«Si fuera habitual mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres»

Este es un fragmento que aparece en el libro “La ciudad de las damas” (1405). Dentro de las murallas de esta «ciudad de las damas», Christine reunió a mujeres que, con su saber, su comportamiento o su fe, habían hecho contribuciones significativas al crecimiento y el desarrollo de la sociedad. Guerreras, mártires, santas, poetas, científicas o reinas: Christine reunió a las mujeres de la historia y de la mitología en una ciudad para demostrar que la opresión del hombre era la única y verdadera causa de la inferioridad femenina.

«No todos los hombres (sobre todo los más inteligentes) comparten la opinión de que es malo educar a las mujeres. Pero es cierto que muchos hombres estúpidos lo afirman, ya que no les gusta que las mujeres sepan más que ellos».

Algunas de las guerreras de las que aparecen citadas son la reina Hipsicratea, la emperatriz Triaria y la reina Artemisa, y en concreto de la reina Hipsicretea escribe lo siguiente:

“Esta reina era esposa del gran rey Mitríades (…) al que acompañaba hasta el fragor de la batalla. La reina seguía siempre al rey, (…) pese a sufrimientos y penalidades.

Como la ropa de mujer no era la adecuada para afrontar tales circunstancias, ni era lo propio ver a una dama peleando al lado de tan poderoso rey y noble guerrero, la reina cortó los largos cabellos de oro de su melena (que tanto embellecen a una mujer) para tener aspecto varonil. Tampoco reparó en preservar la lozanía de su rostro, sino que llevaba el yelmo sobre la cara y por debajo la piel manchada a manudo de polvo y sudor. Dobló bajo el peso de la armadura su cuerpo hermoso y delicado, lo ciñó con los anillos de hierro de la cota de malla. Se quitó sortijas y pulseras, y en vez de esos adornos sus manos manejaban el hacha, la lanza o el arco y las flechas. En el delgado talle, nada de cinturones enjoyados, sino una espada. La fuerza de su amor inspiró a esa dama valerosa proezas y su cuerpo joven, esbelto y frágil, hecho para la ternura, se volvió vigoroso, armado de musculatura como si fuera el de un caballero”.

¿Cuántas/os adolescentes españoles conocen a la autora que escribía estos textos en el siglo XV, señalando la irracionalidad de la imposición genérica, por la desigualdad estructural que entrañaba?. ¿En cuántas asignaturas les han explicado que no hay comportamientos (los comportamientos incluyen pensamientos, emociones y conductas) propios de mujeres y comportamientos propios de varones, sino comportamientos propios de seres humanos, y que por ello tanto mujeres como varones, como integrantes de la especie humana, pueden asumirlos indistintamente, y lo han podido comprobar estudiando el mismo número de biografías de mujeres que de hombres?. Los comportamientos son humanos, no genéricos, al igual que los sentimientos. ¿En cuántas asignaturas se analizan las falacias argumentales y los discursos capciosos en los que se sostienen los mandatos de género, origen de los roles y estereotipos de género y sexistas, ahora reconvertidos en “identidades de género” y “diversidad sexual”?.

¿Y sobre quién recae la culpa de que desde 2007 las Administraciones educativas, en el ámbito de sus respectivas competencias, no hayan desarrollado sus actuaciones dando cumplimiento a lo especificado en el Artículo 24, y debido a ello no tengamos un modelo educativo diseñado siguiendo criterios coeducativos, garantes de una Educación Igualitaria?.

Y otra pregunta de mayor calado, si se hubiera desarrollado e implementado la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de mujeres y hombres de forma transversal, tal y como establecía la Ley, puesto que el objetivo era una proyección del principio de igualdad sobre los diversos ámbitos del ordenamiento de la realidad social, cultural y artística en que pueda generarse o perpetuarse la desigualdad. De ahí la consideración de la dimensión transversal de la igualdad, seña de identidad del moderno derecho antidiscriminatorio, como principio fundamental del presente texto, en pos de alcanzar una sociedad más democrática, más justa y más solidaria; ¿el transactivismo y los dogmas queer tendrían el peso económico, la presencia mediática, y habrían conseguido parasitar el espectro político y el Feminismo de la manera que lo han hecho?.

En las Concentraciones del 26J haremos saber a nuestras/os representantes políticas/os que nuestra paciencia no es infinita, y que nuestra inteligencia, sentido crítico y conciencia cívica sólo responden ante una militancia, la Feminista.

#HartazgoFeminista #NoNosCallarán #NoNosBorrarán #NoPasarán

 

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Comentarios

  1. Es Delito de Lesa Humanidad el abuso sobre la niñez, la trata, el proxenetismo y sus consecuencias, como toda violencia de género.
    “Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley”. Osvaldo Buscaya
    a) {“Las mujeres no han sido protagonistas de nada, ni de la cultura ni del desarrollo social. A partir de ahí es más fácil menospreciar a la mujer, que ella tenga más deudas sociales y que sea más sencillo cosificarla. Y de la cosificación a la violencia no hay nada, eso es lo tóxico de esa carencia”. En este contexto, los resultados de las investigaciones convergen siempre en un mismo punto: la indudable discriminación por sexo patente en los libros de texto.}
    En lo que atañe a los “fundamentos” del ecuménico perverso transexual patriarcado, el varón se hace culpable de un sinnúmero de insinceridades y de vicios intelectuales, pues forzando el significado de su “superioridad”, hoy, nada se conservó de su primitivo sentido y es la situación favorable para el feminismo en su camino al poder y derrotar al ecuménico perverso transexual patriarcado, pues el varón ha forzado el significado de las palabras durante la historia que, hoy, para el feminismo no conservan veracidad alguna, al dar el nombre de superioridad al carácter del varón: Vaga abstracción por ellos creada y se presentan, jactándose de su ética y moral machista en “contacto” con Dios representándolo, que podemos reconocer como delirante ilusión en cuanto a su naturaleza psicológica.
    El sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
    Lo femenino es el camino
    Osvaldo Buscaya
    Psicoanalítico (Freud)
    Aspectos esenciales e inéditos del Siglo XXI
    Buenos Aires
    Argentina
    21/6/2021

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