En la Comunidad Valenciana contamos desde el 7 de abril de 2017 con la Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y a la expresión de género, que contó con los votos favorables de PSPV, Compromís, Ciudadanos y UP, en cuyo preámbulo se afirma lo siguiente:
“La identidad de género es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente. Esta circunstancia personal puede corresponder o no con el sexo asignado en el nacimiento, consistente en la apreciación visual de los órganos genitales externos. La existencia de personas trans, cuya identidad de género sentida no corresponde con la que le asignaron al nacer, está presente en todas las culturas de la humanidad y en todo tiempo histórico.
Las respuestas que las distintas sociedades han dado a esta realidad han sido muy diversas a lo largo del tiempo y en las distintas geografías del mundo. (…), lo cual nos lleva a la necesidad de crear un marco normativo que reconozca el derecho a la identidad de género y a la libre expresión del género sentido como un derecho humano fundamental, y dotarlo de las herramientas adecuadas para hacerlo efectivo.”
En el capítulo II de dicha Ley se detallan las Actuaciones en materia de identidad de género, expresión de género, diversidad sexual y familiar en el ámbito educativo. En base a ello la Generalitat:
- “Incluirá en los currículums de educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato, formación profesional, formación de personas adultas y enseñanzas de régimen especial contenidos, criterios e indicadores de evaluación referentes a la identidad y expresión de género, diversidad sexual y familiar existente en la sociedad, incorporándolos de forma transversal a todas las áreas y módulos del currículum, para garantizar un mejor conocimiento, y sensibilizar sobre estas realidades.”
Y elaborará y pondrá al alcance de los centros educativos un Protocolo de atención educativa a la identidad de género que establece que:
- f) “Se garantizará el acceso y el uso de las instalaciones del centro de acuerdo con la identidad de género sentida, incluyendo los lavabos y los vestuarios.”
También se determina en lo referente a Programas y Contenidos educativos, entre otras cosas:
- “El proyecto educativo de centro tendrá que abordar de forma específica la identidad de género, la expresión de género, la diversidad sexual y familiar. Estos contenidos se incluirán en los temarios de forma transversal y específica. La administración educativa dotará convenientemente a los centros con las herramientas y recursos necesarios para la implantación de estos contenidos.
- La administración educativa garantizará la inclusión de formación específica sobre identidad de género, expresión de género, diversidad sexual y familiar, en los ciclos formativos del ámbito educativo, social y sanitario.”
Y respecto a las acciones de Formación y Divulgación:
- “Los centros educativos realizarán acciones de fomento del respeto a la identidad de género, la expresión de género, la diversidad sexual y familiar con la participación de toda la comunidad educativa, y en particular, con las asociaciones de madres y padres del alumnado.
- En esta línea, los centros educativos incluirán en sus planes de formación del profesorado cursos de formación impartidos por profesionales u organizaciones que trabajan por el respeto a la identidad de género, la expresión de género, la diversidad sexual y familiar. Estas acciones tendrán que constar en la programación general anual de los centros educativos.”
Tras la aprobación de la Ley, y con una celeridad inusitada, la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte del Govern del Botànic (PSPV-Compromís-UP), dirigida por Compromís, editó en 2018 la desafortunada guía (y es un calificativo suave) para la educación afectiva y sexual de los alumnos de Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos “Els nostres cossos, els nostres drets”, denunciada públicamente el 26/7/20 por el Front Abolicionista-PV por, entre otras cosas, no seguir las directrices marcadas por la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, (Ley con la que contamos desde 2007), y debido a ello el constructo social “género” adquiere un significado en esta guía de “realidad identitaria” totalmente espurio, fiel reflejo de lo consignado por la Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género, que en aras de un supuesto progresismo inclusivo reparador de discriminaciones variadas, lo que en realidad consigue es un fortalecimiento de los roles y estereotipos sociales que sostienen la discriminación directa e indirecta por sexo, yendo en dirección contraria a lo prescrito específicamente en la Ley Orgánica de 2007:
“Resulta necesaria, en efecto, una acción normativa dirigida a combatir todas las manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo y a promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción de los obstáculos y estereotipos sociales que impiden alcanzarla.
La Ley se refiere a la generalidad de las políticas públicas en España, tanto estatales como autonómicas y locales.
La ordenación general de las políticas, bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva de género, se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los poderes públicos en los que se integra activamente, de un modo expreso y operativo, dicho principio.
Se dirige, en este sentido, a todos los poderes públicos un mandato de remoción de situaciones de constatable desigualdad fáctica, no corregibles por la sola formulación del principio de igualdad jurídica o formal.”
Y debido a la reconversión espuria del constructo social “género”, y de la invisibilización de su imbricación con el sexo a través de los mandatos de género, diseñados para sostener el modelo socioeconómico patriarcal, la desafortunada guía además «se pronuncia, entre otras cosas, a favor de la pornografía sin considerarla como la escuela de violencia sexual hacia las mujeres, carece de referencias sobre la prostitución como violencia sexual hacia la mitad de la población, es favorable a los vientres de alquiler y a la asistencia sexual, trata de forma confusa el sistema sexo-género y fomenta la hormonación temprana y modificaciones corporales a menores sanos”
Tras la campaña de denuncias realizada por el Front Abolicionista-PV, de la que se hicieron eco plataformas educativas Feministas y comprometidas con la Coeducación como DOFEMCO, plataformas comprometidas con la consecución de la Agenda Feminista como Confluencia del Movimiento Feminista, y diversas asociaciones Feministas que contaban, como es el caso de la Comunidad Valenciana, con la aprobación de Leyes Autonómicas de “identidad de género” y con su correspondiente guía para la educación afecrtivo y sexual, pero que al ser más reducidas no presentaban con tanta claridad como la valenciana porqué se ha sustituído la vindicación Feminista de una sociedad igualitaria, por el conformismo queer-patriarcal y su sociedad diversa en apariencia y tradicional en la esencia; pues tras esa campaña la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte del Govern del Botànic (PSPV-Compromís-UP) ha editado una 2ª edición de la misma guía.
En el Front aún no hemos podido revisar en toda su extensión esta 2ª edición porque sigue siendo muy voluminosa, son doce bloques temáticos y alguno de ellos tiene 109 páginas, pero ya hemos empezado a denunciar en redes sociales parte de su contenido. Y en este artículo voy a centrarme en uno de los párrafos del primer bloque de presentación de la guía, en concreto en lo que en la guía definen como “Bases teóricas”, que yo catalogaría como Bases Dogmáticas:
“El llamado sistema sexo-gènero (sistema de género o sistema binario heteropatriarcal) es el edificio que sustenta las categorías y las normas culturales dentro de las que hemos de vivir, y en las que se introducen las diferentes opciones sexuales e identitarias. Estas categorías son fundamentalmente cuatro: el sexo (anatomía), la expresión de género (comportamiento), la identidad de género(Identificación personal al margen del sexo asignado) y la orientación (atracción, deseo, enamoramiento …).
Las órdenes sociales o normas culturales son basicamente: a) la asunción del binarismo sexual (sólo hay dos sexos «naturales»: macho y hembra); b) la naturalización de la expresión y de la identidad de género (si una persona nace macho, o es asignada nada como tal, se sentirá macho y se comportará de manera masculina; y si nace hembra, de manera femenina); c) el heterosexismo (la orientación sexual esperada y considerada saludable es la heterosexual), y d) la dominación masculina, en forma de machismo, androcentrismo o sexismo.”
Y ahora, en cumplimiento con lo explicitado en la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, en concreto en lo referente a la remoción de los obstáculos y estereotipos sociales que impiden alcanzarla, aplicaré un análisis con perspectiva de género y bajo la óptica del principio de Igualdad, avalado por la Teoría ética y política Feminista, cuyo objetivo es la consecución de una sociedad igualitaria para mujeres y hombres, y por tanto, socialmente justa y exenta de discriminación:
-Aludir al “sistema sexo-género” y no al modelo socioeconómico patriarcal, como fuente originaria de la herramienta diseñada para el control social y la explotación económica de mujeres y hombres, llamado “género”, aplicada jerárquicamente en función del sexo, es ofrecer información de forma sesgada y capciosa al profesorado y al alumnado.
Los usos, normas, costumbres, leyes, credos religiosos y modalidades de gobierno, es decir, la estructura y articulación de toda comunidad humana, se asientan en el diseño artificial del género, que determina mucho más que “categorías y normas culturales dentro de las que hemos de vivir”, ya que implica una desigualdad estructural entre mujeres y varones impuesta e interiorizada a través del modelo de socialización androcéntrico, presente en todo grupo humano y fortaleza primordial para la pervivencia del modelo socioeconómico patriarcal: los seres humanos, es decir, las mujeres y los hombres, somos ontológicamente iguales pero como somos diferentes biológica y anatómicamente, fue posible establecer un estatus diferenciado entre ambos sexos atribuyendo de forma despótica comportamientos (pensamientos, emociones y conductas) propios de mujeres (feminidad) y comportamientos (pensamientos, emociones y conductas) propios de hombres (masculinidad).
Así que el sexo no es una categoría que sustenta un “sistema binario heteropatriarcal” sino una realidad anatómica y biológica, constitutiva de nuestra naturaleza humana, sobre la que unos intereses socioeconómicos muy concretos, los patriarcales, impusieron una normatividad genérica: las mujeres tenían que identificarse y asumir comportamientos femeninos que las obligaban a permanecer en situación de subsidiariedad respecto a los varones, que a su vez tenían que identificarse y asumir modelos de comportamientos masculinos que les garantizaban el acceso a los recursos que permitían la subsistencia y con ello su poder sobre las mujeres.
-Por tanto no hay un “sexo asignado” pero sí un género asignado e impuesto, y no hay “expresiones y/o identidades de género”, sino comportamiento humanos lastrados por el género.
-No es una orden social ni una norma cultural la constatación científica de que existen dos sexos, mujer y varón, constituyentes ambos de la especie humana. Pero lo que sí es una norma cultural y una imposición social, sujeta a intereses socioeconómicos, es el diseño artificial e irracional del género, que la institución de la Falange para los varones, y la Sección Femenina para las mujeres, dejó bien patente durante la larga y criminal dictadura franquista que padecieron, sobre todo, las mujeres españolas, y que ningún partido que se defina como progresista debería olvidar.
-Nacer mujer o nacer varón determina una anatomía y una biología específica para cada sexo, pero no sentimientos ni comportamientos específicos para cada sexo. No existen cerebros femeninos y cerebros masculinos, ni sentimientos y/o comportamientos femeninos y sentimientos y/o comportamientos masculinos, lo que existen son comportamientos humanos con los que no podemos identificarnos libremente precisamente porque el determinismo generista lo impide: cuando a un niño le gusta disfrazarse de hada o de princesa, cuando en vez de jugar al fútbol en el recreo se sienta con las/os pequeñitas/os y les cuenta cuentos, si tiene más amigas que amigos porque le gusta comentar series en vez de hablar de deporte, no es un niño femenino ni una niña trans, sino un niño humano mostrando comportamientos humanos con los que tiene todo el derecho a identificarse, pero si no anulamos la imbricación del género sobre el sexo no se le permitirá esa identificación con esos modelos siendo niño, sólo podrá hacerlo como niña o “niñe”.
-La imposición de la heterosexualidad como orientación sexual correcta tampoco responde a la realidad humana, sino a los mismos intereses socioeconómicos patriarcales que necesitan renovación continua de mano de obra explotable y de consumidores.
-Al informar sobre órdenes sociales/ normas culturales si sólo se señala “la dominación masculina en forma de machismo, androcentrismo o sexismo” sin explicar la supeditación femenina fomentada por el género para que profesorado y alumnado puedan verla reflejada, por ejemplo, en la sumisión sexual femenina presente en la pornografía, o en la dificultad para el acceso a los recursos que dirige la “libre elección” de las mujeres hacia la prostitución, la asistencia sexual, el alquiler de úteros y la ovodonación, carecerán del criterio suficiente para ver que la “diversidad de género, sexual y familiar” esconde la supeditación femenina establecida por el género, porque su objetivo no es enfrentarse a un sistema socioeconómico poderoso, y opresor sobre todo para las mujeres, sino acomodarse en él, pidiendo la “inclusión” en vez de exigir su subversión que es la vindicación que hace el Feminismo: mujeres y hombres nacen iguales así que exigimos LA IGUALDAD ENTRE LOS SEXOS, lo que significa igualdad de derechos, oportunidades y responsabilidades y la eliminación de la tipificación generista y sus comportamientos propios de mujeres y propios de hombres.
La denuncia del Feminismo Radical de la impostura que supone presentar la “diversidad” como progreso social, recibe ataques desde posiciones de izquierda que han renunciado a reivindicar la sociedad igualitaria, única garantía de la justicia social, porque el enfrentamiento con la alianza establecida entre el patriarcado y la economía neoliberal les viene grande, y han optado por el trampantojo de “los derechos humanos trans”, en vez de defender un modelo de educación coeducativo y laico, representativo de un modelo de sociedad implicado políticamente en la creación de un modelo socioeconómico que garantice la convivencia igualitaria entre los seres humanos y no la coexistencia “fluida” entre seres “diversos”.
Ya va siendo hora de que todas las cartas queden boca arriba y bien visibles.
Pero al Movimiento Feminista no le viene grande nada, y si es necesario tener representación directa en el Parlamento con un Partido Político Feminista, para que se concreten objetivos y se destinen fondos que permitan la implementación de la Agenda Feminista, conseguiremos ese Partido. La larga historia de la lucha por la igualdad entre los sexos nos ha demostrado que juntas y unidas hacemos posible lo imposible. Gracias a la lucha de nuestras antecesoras conseguimos unos derechos que ahora necesitamos afianzar y ampliar, y juntas y organizadas lo haremos posible. Palabra de Feminista.
“Advierto que, Facebook me imputa que mis comentarios infringen sus Normas comunitarias, restringiendo mis publicaciones, no obstante publicar, el suscripto, consideraciones sobre reales situaciones”.
a) {-Nacer mujer o nacer varón determina una anatomía y una biología específica para cada sexo, pero no sentimientos ni comportamientos específicos para cada sexo. No existen cerebros femeninos y cerebros masculinos, ni sentimientos y/o comportamientos femeninos y sentimientos y/o comportamientos masculinos, lo que existen son comportamientos humanos con los que no podemos identificarnos libremente precisamente porque el determinismo generista lo impide: cuando a un niño le gusta disfrazarse de hada o de princesa, cuando en vez de jugar al fútbol en el recreo se sienta con las/os pequeñitas/os y les cuenta cuentos, si tiene más amigas que amigos porque le gusta comentar series en vez de hablar de deporte, no es un niño femenino ni una niña trans, sino un niño humano mostrando comportamientos humanos con los que tiene todo el derecho a identificarse, pero si no anulamos la imbricación del género sobre el sexo no se le permitirá esa identificación con esos modelos siendo niño, sólo podrá hacerlo como niña o “niñe”.}
Pues, en la transexual perversa ecuménica cultura patriarcal que vivimos, la imagen puede parecer utópica, pero no por ello irreal o inalcanzable, pues lo femenino es el camino en su realización. La angustia sobrecoge a la mujer en un panorama muy triste, al reflexionar sobre los resultados de la pedantería del transexual ecuménico perverso patriarcado, pero el espectáculo más lamentable se le ofrece al fijar realmente en la historia de la miserable forma cultural, que la humanidad ha adoptado, como consecuencia del sometimiento femenino y en la de sus descendientes, del derecho negado a la igualdad. El ideal de perfección que, el transexual ecuménico perverso patriarcado realiza como superior a lo femenino ha sido distinto en las diferentes épocas, además de ser, en todo tiempo genocida. La forma metodológica a saber; por la aniquilación de toda la libertad de la razón y de la voluntad femenina. Lo podemos juzgar viendo los héroes, en los cuales el transexual ecuménico perverso patriarcado ha encontrado realizado su ideal, pues sí reconocemos en un solo concepto lo que los machos realmente éticos y morales, pueden tener en común con los paranoicos psicopatológicos y los canallas, obtenemos aquella imposición de la voluntad, que el transexual ecuménico perverso patriarcado exige de sus ideales.
Mi Femeninologia *Ciencia de lo femenino es la serie de configuraciones que con mi conciencia voy recorriendo constituyendo, más bien, la historia que desarrollo en la formación de mi conceptualización. Es decir, una suerte de escepticismo consumado, que en realidad sería, el propósito de no rendirme, a la autoridad de los pensamientos de otro, sino de examinarlo todo por mí mismo ajustándome a mi propia convicción; o mejor aún, producirlo todo por mí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que yo hago.
Hoy, como ese infante entre los 4 a 5 años adaptando mi pensar en la realidad, interpretando mi actividad onírica.
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es absolutamente la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
Buenos Aires
Argentina
8 de septiembre de 2021
Osvaldo V. Buscaya (OBya)
Psicoanalítico (Freud)