Hoy enfrentamos en México una nueva estrategia del discurso queer para borrar a las mujeres. Esta vez en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Lo que no podemos negar es que el patriarcado ha impulsado una cultura de identificarse con sus mandatos en turno, como el velo, los estereotipos sexistas, la explotación sexual y reproductiva.
Justo en la supuesta legislatura de la paridad de género, se revivió una iniciativa de reformas a la Constitución consistentes en 50 iniciativas para reformar 28 artículos de la Constitución, y que les ha dado por llamarle la Reforma por la Igualdad Sustantiva.
Incluye en el Artículo 1º. que es el que habla de igualdad entre todas las personas y los derechos humanos y el reconocimiento de la identidad de género. Y el Artículo 4º. que habla de igualdad entre mujeres y hombres y que por cierto tiene su historia, ya que como se había elegido a México como sede para la primera Conferencia Mundial de las Mujeres de la ONU, fue necesario en un país con un machismo tan arraigado consagrar lla igualdad entre mujeres y hombres, y la reforma intenta que quede como que todas las personas son iguales ante la ley.
Y es que creo que las personas promotoras de la ideología queer, desde los cubículos universitarios, si, desde donde se gestó la ideología postmoderna, subjetiva, acientífica que insiste en borrar los derechos de el grupo mayoritario de la población, se han sabido aprovechar de la ignorancia o un sentimiento de sentirse progres de algunas diputadas, especialmente del grupo mayoritario en el Congreso, MORENA y la 4ª. Transformación.
Además, no debemos dejar de mencionar que hay dos diputadas transfemeninos en esta legislatura del mismo grupo mayoritario. Sin embargo, esta reforma ha concitado divisiones en todas las fracciones parlamentarias, con excepción de la fracción de derecha, que está contra la autonomía del cuerpo y la educación sexual integral, acusando a la mayoría de que esa reforma propicia la pedofilia.
Pero, lo cierto es que al tratarse de reformas constitucionales, debe contar con mayoría calificada y además debe ser aprobada por el cincuenta más uno de todos los Congresos de los Estados de la República.
Y realmente digo que es por ignorancia y no por mala fe, porque la querían aprobar para el 25 de noviembre, día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Se logró parar, pero hay una insistencia de continuar discutiéndola y perfeccionarla, ya que se han hecho innumerables señalamientos de redacción y de técnica legislativa.
Por eso digo y sostengo que necesitamos una paridad que sirva para las mujeres y sus derechos, no una paridad donde se nos borre del texto constitucional y se nos quiera reducir sólo a uno de todos los grupos que entran en personas.
Muchas de estas confusiones se las debemos por un lado a la Suprema Corte de Justicia de la Unión y por otro a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a la embestida de instituciones nacionales como el Instituto Nacional de las Mujeres, presidido por Nadine Gassman, o la Representante de México ante la CEDAW que hace unos días escribió un artículo muy desafortunado y poco feminista, donde asegura que todas la luchas debemos de estar juntas, justo ella que debería defender la CEDAW como el instrumento de los derechos de las mujeres basados en el sexo.
Incluso tuvo que manifestarse la Dra. Marcela Largarde y de los Ríos contra esta reforma que entre otras cosas manifestó está fuera del marco jurídico en el que las feministas hemos trabajado por muchos años. Y dijo que cuando al fin se había logrado que muchas de las leyes como la de igualdad entre mujeres y hombres y la ley general para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia tenían como sujeto de la ley a las mujeres, y que lo que se percibe es la intención de echar para atrás estos avances.
Incluso el artículo 34 que actualmente dice que “son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos… y que proponen reformar para que diga “son ciudadanas de la República las personas que, teniendo la calidad de mexicanas, reúnan, además, los siguientes requisitos…”
En fin, que la reforma en disputa y que sigilosamente y con trampas intenta la ideología queer deslizar en la Constitución, abarca temas como paridad de género, igualdad salarial, leguaje incluyente, educación sexual integral, reproducción asistida, identidad de género y libre desarrollo de la personalidad (para reconocer el derecho al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo).
Nada está dicho, seguimos en pie de lucha en la densa de que no nos borren del texto constitucional, en tanto representamos el grupo poblacional mayoritario, porque esto traería consecuencias en todo el marco jurídico, en las estadísticas, en las políticas públicas y no es que no reconozcamos que las personas de la diversidad sexual sean grupos discriminados y violentados, pero no consentimos en que se intente sacrificar a los derechos de las mujeres para que avancen los derechos de la diversidad sexual.
Estamos seguros que tenemos que luchar por nuestros derechos, sin despojar de sus derechos a nadie, como lo están haciendo con esta reforma.
“Ni un paso atrás”…
“Desde principio de 2020 Facebook, me ha censurado por días en sucesivas oportunidades no obstante publicar, el suscripto, consideraciones sobre reales situaciones”
a) {Hoy enfrentamos en México una nueva estrategia del discurso queer para borrar a las mujeres. Esta vez en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Lo que no podemos negar es que el patriarcado ha impulsado una cultura de identificarse con sus mandatos en turno, como el velo, los estereotipos sexistas, la explotación sexual y reproductiva.}
Pues, en su juego actual la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal, suscita la huella reconocida impresa en el perverso varón; esa imagen desde luego de esencia perversa puesto que ejerce la opresión, pero que con su poder sustrae sus rasgos de la mirada de la comunidad. Sin embargo, el feminismo (mujer) descubre esos rasgos en un retrato común al transexual ecuménico perverso patriarcado: imagen del castrador, del todopoderoso, terrible castigador, imagen y reflejo de si como perverso varón irresoluble ambiguo sexual.
b) {Y es que creo que las personas promotoras de la ideología queer, desde los cubículos universitarios, si, desde donde se gestó la ideología postmoderna, subjetiva, acientífica que insiste en borrar los derechos del grupo mayoritario de la población, se han sabido aprovechar de la ignorancia o un sentimiento de sentirse progres de algunas diputadas, especialmente del grupo mayoritario en el Congreso, MORENA y la 4ª. Transformación.}
Pues, debemos considerar en la relación interhumana del transexual ecuménico perverso patriarcado, como aísla lo femenino, determinado en nuestra cultura hasta la función biológica, que vendría a ser su sustrato y que designó e impuso la perversión irresoluble y ambigüedad sexual del varón, no sublimada infinitamente variada que su comportamiento pone de manifiesto
El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
“El feminismo es única y absolutamente la mujer”
Un travesti o un trans; no es una mujer
El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
Buenos Aires
Argentina
15 de diciembre de 2021
Osvaldo V. Buscaya (OBya)
Psicoanalítico (Freud)
Femeninologia
Ciencia de lo femenino