Ha sido ayer mismo, en prime time de noticias, cuando veíamos a Ione Belarra hablar de la traición al feminismo que, según su opinión, estaba cometiendo el PSOE al querer rectificar la tan traída y llevada ley del “Sí es sí” cuando en realidad lo único que se pretende es cifrar en un número mayor las penas por delitos de agresión sexual siin que por ello se borre el late motiv que nos han estado machacando hasta el cansancio: “poner el consentimiento en el centro”.
La forma en que se niegan en banda a reconocer los errores de una ley que, en su fondo es necesaria y positiva, alegando el temita del punitivismo que, oh casualidad, siempre se es menos punitivista cuando las víctimas del delito son mujeres, las hace adolecer de una terrible soberbia que queda más que patente en el tono de sus intervenciones.
La forma en que defienden una ley que, está demostrado con cifras, tiene unos “efectos indeseados”, más parece pura obcecación y cabezonería que otra cosa. No es una traición querer que el culpable de un delito cumpla con una sentencia que sea lo más equiparable posible al daño que ha causado. Es más. Me atrevería a decir que, en un país en el que una víctima es capaz de renunciar a su indemnización con tal de afianzar su credibilidad, mandar a esos tipos a la cárcel una buena temporada es una de las pocas formas en que la víctima puede superar el trauma, tener tiempo para relajarse, cuidarse, recomenzar, superar el dolor, el miedo, la humillación…¿sigo? Pero esto es ser punitivista. Según elles.
Porque van más allá, obviamente. Para Ione Belarra el único feminismo es el suyo, y por eso nos dice que no debemos dejarnos llevar por aquellas que se hacen llamar feministas y que luego en la práctica no lo son.Nos invita a pensar por nosotras mismas sin creer nada de lo que pueda venir del otro grupo de gobierno porque no dicen la verdad, pero se calla que, en realidad, el PSOE sólo quiere ampliar esas horquillas de la ley, esos tiempos, sin que el fondo de la ley cambie(el consentimiento). Nos dice que es una traición al feminismo ir contra la ley que ellas han creado. Y lo dice ella, que hace tan solo unos días estaba sentada en un congreso junto a colectivos queer, junto a feministas que abogan por legislar sobre el trabajo sexual, junto a mujeres para las que una realidad objetiva y demostrable, es delito de odio.
No hay que ser muy observadora para darse cuenta de que tanto la ley trans como la ley del “Sí es sí” ha abierto totalmente una brecha entre las feministas que ya estaba abierta en la sociedad. Sin embargo, si hablamos de traiciones, las primeras que se pueden sentir traicionadas son las numerosas mujeres de izquierdas y feministas que votaron a Podemos y se alegraron inmensamente al ver a Irene Montero de ministra de igualdad creyendo que por fin había una ministra de izquierdas y feminista. Las que se pueden sentir traicionadas son las feministas que han visto realizar políticas contrarias a los derechos de las mujeres. Pueden sentirse traicionadas las feministas que ven como en un congreso feminista no están representadas mientras sí lo estan colectivos y corrientes de pensamiento partidarias de regular la prositución, el borrado juridico del sexo y la “maternidad subrrogada”
Rosa Luxemburgo decía: «Quien es feminista y no es de izquierdas, carece de estrategia. Quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad».
Podemos se ha “acuerpado” en el feminismo de izquierdas y eso los ha puesto en la posición de poder que ostentan pero, posiblemente, quienes todavía tengan un poco de perspectiva y profundidad necesaria, reconocerán dónde está la traición y no votarán traidores.