La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires ha sido declarada por sus autoridades en proceso de “transfeminización”. Nadie entiende muy bien cuál sería el alcance de una Facultad “transfeminista”, pero todos aplauden y celebran porque la iniciativa suena a progre, inclusiva, vanguardista, y a ninguno le gusta pasar por viejo y atrasado. Malas noticias: “transfeminizar” no es nada progre ni vanguardista. Constituye una enorme regresión en materia derechos y libertades fundamentales. Transfeminizar significa que ser varones y mujeres se reduce a una “identidad de género” al mismo nivel que cualquier otra construcción imaginaria, igual que ser andrógino, andrógine, pangenérico, triple espíritu, género fluido, no binario, neutro, trans-x, trans-xx, trans-xy, etc. etc. Dicho de otro, una Facultad transfeminista elimina el sexo y la diferencia sexual como categoría irreducible a las autopercepciones privadas, y protegida por el marco internacional de los derechos humanos.
Como investigadora de la Facultad sufro desde hace años el control ideológico ejercido por el comisariado de los géneros, sumado a reiterados hechos de difamación, censura y cancelación.
La Facultad transfeminizada suele manejarse a través de “comisiones evaluadoras” y “dictámenes” fantasmas, cuyos firmantes se desconocen, y se limitan a rechazar y recomendar desde su posición omnisciente e infalible. A veces se aduce que el rechazo proviene de los alumnos, presumiblemente los mejor adoctrinados. Hay académicos internacionalmente reconocidos a quienes está prohibido invitar porque critican la ideología transgenerista. La Facultad impuso además la jerga ideológica del “todes/todxs” con la finalidad de normalizar el uso de un neutro transgenérico que borra las marcas de la diferencia sexual del discurso.
Por supuesto, la Facultad transfeminista cuenta con profesionales de enorme valor que realizan su trabajo de manera impecable y silenciosa. Pero no tienen poder. El poder –que le otorgan nuestros impuestos y que cada uno riega en su quintita– lo poseen pequeñas camarillas compuestas en general por profesores exalumnos, que se reproducen endogámicamente en todos los espacios de toma de decisión y de erario público. Se trata de camarillas delegadas del gobierno de turno que han partidizado –además de transfeminizado– la Facultad.
Mi caso habla de muchos otros. Convivo con alumnos y profesores que prefieren no opinar por temor a no recibirse, a perder sus carreras y puestos, a ser tachados de discriminadores y propagadores de discursos de odio, como yo. Dialogo con estudiantes que me consultan en confidencialidad para evitar problemas, alumnos que tienen miedo de disentir porque saben que el disenso se paga con desinvitaciones y desvinculaciones, hostigamiento, amenazas y agresiones de activistas “trans”, que sistemáticamente cancelan todo intento de discusión libre y plural.
Esto quiere ser un llamado a la comunidad entera, no sólo la académica, porque lo que sucede en nuestras universidades hipoteca el presente y futuro del país. La principal Facultad de Filosofía de Argentina tiene una particular autoridad para legitimar los discursos que configurarán nuestra convivencia ciudadana y democrática. De ella depende institucionalizar los dogmas y relatos de un régimen ideológico implantado multinacionalmente, o formar en la libertad y el pluralismo de ideas para que circulen, abran espacios de discusión, y sedimenten el crecimiento de todos.
un llamado a la comunidad entera, no sólo la académica, porque lo que sucede en nuestras universidades hipoteca el presente y futuro del país.
De nosotros depende decirle nunca más a la cultura de la censura y la cancelación, a la desaparición de ideas, a la exclusión de los intelectualmente diversos y disidentes. Nunca más a los bunkers del gobierno de turno en los espacios de libre pensamiento, debate y construcción democrática.
Es Delito de Lesa Humanidad el enriquecimiento en la gestión gubernativa de los “representantes”, el fraude sobre el Estado, el abuso sobre la niñez, la trata, el proxenetismo, el travestismo y sus consecuencias, como toda violencia de género.
“Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley”. Osvaldo Buscaya
a) {Como investigadora de la Facultad sufro desde hace años el control ideológico ejercido por el comisariado de los géneros, sumado a reiterados hechos de difamación, censura y cancelación.}
Pues, María José Binetti expone con claridad la sintomatología de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal al “descubrir”, el origen de una influencia alterada de su vida psíquica sobre el enfoque de lo femenino, exteriorizada por tensiones y relajamientos que desembocan fácilmente en su irreversible ambigüedad transexualizada. Siempre, en tiempos pasados y en el presente, el transexual ecuménico perverso patriarcado ha practicado el sometimiento de la mujer. Si comprendemos como tal, los esfuerzos encaminados a despertar en la mujer las condiciones y los estados psíquicos favorables a someterla, entonces esa forma metodológica transexual ecuménica perversa patriarcal es históricamente la más antigua en su transexualidad.
b) {Mi caso habla de muchos otros. Convivo con alumnos y profesores que prefieren no opinar por temor a no recibirse, a perder sus carreras y puestos, a ser tachados de discriminadores y propagadores de discursos de odio, como yo. Dialogo con estudiantes que me consultan en confidencialidad para evitar problemas, alumnos que tienen miedo de disentir porque saben que el disenso se paga con desinvitaciones y desvinculaciones, hostigamiento, amenazas y agresiones de activistas “trans”, que sistemáticamente cancelan todo intento de discusión libre y plural.}
Pues, María José Binetti, nos describe las influencias psíquicas que han demostrado ser eficaces para la afirmación del transexual ecuménico perverso patriarcado que poseen elementos de constancia en lo afectivo, la orientación de la voluntad, el alejamiento de la autonomía, la expectación “confiada” en la ley del transexual ecuménico perverso varón, todos estos poderes que anulan a la mujer muestran su eficacia milenaria. Tratase, evidentemente, de la “soberana personalidad” del transexual ecuménico perverso patriarca psíquicamente tan distinta a la mujer que la debe aceptar en su regularidad y eficacia ecuménica, o, “paga con desinvitaciones y desvinculaciones, hostigamiento, amenazas y agresiones de activistas “trans”, que sistemáticamente cancelan todo intento de discusión libre y plural”. Para el transexual ecuménico perverso patriarcado es el reconocimiento, de la importancia y naturalidad de esta imposición deliberada, con los medios adecuados bajo su control y con el estado anímico más bien favorable para el sometimiento, en lugar de dejar librada a la mujer a la disposición anímica que pueda aportar a su libre albedrio. María José Binetti, nos describe así, toda una serie de formas encubiertas, algunas de ellas evidentes, otras solo comprensibles sobre la base de complicadas premisas en las posiciones del transexual ecuménico perverso patriarcado, que ya no pueden despertar admiración en calidad de sacerdote a portador del mandato divino que orienta en la actualidad, su hipocresía transexualizada, de manera tal que pueda cautivar la confianza y buena parte de la simpatía femenina en sus “expresiones igualitarias”, pero anulando lo femenino.
Un penoso conflicto que la mujer padecería sería; ¿Cómo admitir que el patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción?
Señalo en mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) cuanto tenemos que aprender, sobre la estructura de la relación de la mujer con la verdad como causa, en la imposición del transexual ecuménico genocida perverso patriarcado incluso en las primeras decisiones de la simiesca horda primitiva.
El sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
Un travesti no es una mujer
Lo femenino es el camino
Buenos Aires
Argentina
14 de mayo de 2023
Osvaldo V. Buscaya (1939)
Psicoanalítico (Freud)
*Femeninologia
*Ciencia de lo femenino