Democracia y feminismo: riesgos actuales.

Cristina Lozano González
Cristina Lozano González
Profesora de educación secundaria en la especialidad de filosofía.
- Advertisement -

 

Hablar de “democracia” y de “feminismo” puede parecer redundante, pero ni siempre se han entendido entrelazados ni hoy se presentan juntos en todos los lugares del mundo. Por ejemplo, en la Grecia clásica, donde se vanagloriaban de su democracia, quedaban excluidas de ella todas las mujeres –junto a personas metecas y esclavas-. Hoy en día, nuestro sentido común entiende que una verdadera democracia debe otorgar carta de ciudadanía a las mujeres en igualdad de condiciones qué a los hombres, pero lo que hoy se considera de sentido común era una locura impensable hace tan sólo unas décadas –recordemos que hasta 1933 las mujeres españolas no disfrutamos del pleno derecho al voto-. Y no se trata meramente de una cuestión de mentalidad según las épocas, ya que se pueden encontrar personas defensoras de los valores igualitarios entre los dos sexos en siglos muy anteriores, como es el caso de Hipatia de Alejandría en el siglo IV d. C., Poullain de la Barre en el siglo XVII o el de John Stuart Mill en el s. XIX.

Por esto la filosofía sigue siendo necesaria como encargada de cuestionar, analizar y criticar lo que una sociedad, en un momento dado, afirma de una manera acrítica. En nuestro país, es toda una suerte contar en estos momentos con una filósofa como Amelia Valcárcel, incansable defensora de la Democracia y del feminismo en un tiempo en el que algunas corrientes filosóficas parecen haberse rendido al relativismo cultural y a la negación de la realidad olvidando que los recién conquistados Derechos Humanos, como el derecho a la educación o a la seguridad, muchas niñas y mujeres en gran parte del mundo carecen de ellos. Y es que como afirmaba Kant, el escepticismo y el relativismo están bien para pasar una noche, pero no para quedarse a vivir en ellos.

Amelia Valcárcel en sus libros Ahora feminismo y La civilización feminista -además de explicar la historia del movimiento feminista- realiza un análisis de la situación de las mujeres en las democracias occidentales –y fuera de ellas- cuya lectura es necesaria si se quiere comprender cuáles son los puntos de la agenda feminista que deben priorizarse. La filósofa afirma que “Las mujeres, todas las mujeres, que habitamos este mundo, necesitamos una sociedad que nos espere libres e iguales. Venimos trabajando en ello desde hace más de tres siglos y edificando con esfuerzo, pero también con gozo, una civilización feminista” (p. 245-246. La civilización feminista), y añade que el feminismo será necesario siempre porque “la libertad y la igualdad no pertenecen al orden espontáneo de las cosas y el riesgo de perder estos valores es continuo” (p. 262 Ahora feminismo).

El feminismo, tal y como lo define Amelia Valcárcel, es una corriente racionalista de raíz ilustrada que aboga por implementar la libertad y las oportunidades de participación de las mujeres en todo el mundo, entendiendo que esta mejora no va a repercutir únicamente en las mujeres, sino también en los hombres. Considerando este concepto, los pensamientos que chocan contra los ideales racionales ilustrados que fundamentan el feminismo, no pueden considerarse como tal y ese es uno de los criterios de demarcación entre lo que es y lo que no es feminismo –como las corrientes identitarias basadas en sentimientos y percepciones subjetivas-. La civilización feminista que anuncia Amelia Valcárcel se basa en la democracia, la paz y la igualdad; lo que quiere decir que precisa de los valores que se han ido devaluando en las últimas décadas.

Y hablando de civilización feminista podemos preguntarnos -como se preguntaba Celia Amorós- ¿Debemos aceptar en el estado democrático europeo un relativismo cultural que defienda que todas las culturas son iguales desde un punto de vista ético? Amelia Valcárcel no duda en responder con un no rotundo. No todas las culturas son iguales. Las culturas que confrontan los Derechos Humanos no pueden ser aceptadas ni respetadas en aquellos aspectos que los niegan, especialmente y como feministas, cuando no reconocen los derechos de las mujeres. “No tenemos por qué tolerar al imán lo que no permitimos al cura”. (https://www.elmundo.es/opinion/2016/09/24/57e57682ca4741c56f8b45e2.html).

Los Derechos Humanos han sido uno de los mayores logros de la humanidad y defenderlos no es una cuestión subjetiva, sino necesaria para todas las mujeres, desde las niñas y mujeres afganas o iranies, hasta las mujeres víctimas de cualquier violencia, o aquellas que se enfrentan a una vida sin calidad humana por el mero hecho de haber nacido con sexo femenino. La realidad que nos encontramos es que actualmente no todas las culturas defienden estos derechos, y algunas, ni siquiera los reconocen.

En el momento actual, la situación en Oriente Medio -con el conflicto entre Israel y Hamás- pone de relieve la importancia del derecho humano a la paz como elemento primordial para el bienestar de las mujeres. Hemos visto imágenes horribles de asesinatos, violaciones y secuestros de mujeres en Israel y de mujeres en Gaza intentando huir de los bombardeos. Llama la atención como -incluso en una situación de emergencia extrema como la que está sufriendo el pueblo palestino- las mujeres deban seguir cumpliendo el mandato de su cultura patriarcal en la vestimenta –velo e incluso burka- aunque pueda constituir un riesgo para su vida la huida en esas condiciones. Y es en esta situación de terrorismo y violencia desatada por Hamás y secundada por el gobierno de Israel anunciando una guerra, que a Occidente le corresponde apoyar la democracia y la paz por encima de cualquier otra estrategia política o causa histórica y posicionarse en contra de la barbarie. Sobre la postura a tomar a tomar, destaca el análisis político de la situación que hace Pilar Rahola, al considerar que asistimos –sobre todo- a una cuestión de geopolítica (Tiempos oscuros, por Pilar Rahola (elnacional.cat)).

Recordemos que las situaciones de violencia extrema son queridas y utilizadas por el sistema patriarcal para justificar su existencia y afianzar el sometimiento de las mujeres. Así, en estos días y, con motivo del conflicto palestino-israelí, se oyen voces de ideólogos posmodernistas y personas pro-islamistas, exigiendo al feminismo que acoja la lucha del pueblo palestino entre sus causas cayendo, una vez más, en la actitud machista de decir a las mujeres lo que deben pensar y hacer. Frente a estas posturas se han posicionado algunas feministas que se han ganado a pulso su prestigio de defensoras de las mujeres a costa de su paz personal y que han apoyado siempre la libertad de las mujeres para escoger sus creencias y su propia agenda de lucha -como JK Rowling-, feministas que no han dudado en condenar enérgicamente el terrorismo de Hamás preocupándose, también, por todas las mujeres y la población en general masacrada en esta contienda. Por su parte, Nazanín Armanian –politóloga iraní exiliada en España- pone el dedo en la llaga al cuestionarse cómo algunas personas de izquierda occidentales pueden apoyar a Hamás sabiendo que se trata de un grupo de extrema derecha.

El feminismo, como -movimiento internacionalista que es-, siempre se va a señalar la situación injusta de las mujeres, independientemente de su lugar de origen, clase social, etnia o religión. Por lo tanto, lo que le corresponde al movimiento feminista en los momentos que vivimos, es recordar al mundo que la violación y el secuestro de mujeres no es un instrumento legítimo para ninguna causa, como tampoco lo puede ser la venganza ciega. En un Estado justo el fin nunca puede justificar los medios.

 

 

 

 

 

 

- Publicidad -

Comentarios

  1. Es Delito de Lesa Humanidad el enriquecimiento en la gestión gubernativa de los “representantes”, el fraude sobre el Estado, el abuso sobre la niñez, la trata, el proxenetismo, el travestismo y sus consecuencias, como toda violencia de género.
    “Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley”. Osvaldo Buscaya
    a) {Hoy en día, nuestro sentido común entiende que una verdadera democracia debe otorgar carta de ciudadanía a las mujeres en igualdad de condiciones qué a los hombres, pero lo que hoy se considera de sentido común era una locura impensable hace tan sólo unas décadas –recordemos que hasta 1933 las mujeres españolas no disfrutamos del pleno derecho al voto-. Y no se trata meramente de una cuestión de mentalidad según las épocas, ya que se pueden encontrar personas defensoras de los valores igualitarios entre los dos sexos en siglos muy anteriores, como es el caso de Hipatia de Alejandría en el siglo IV d. C., Poullain de la Barre en el siglo XVII o el de John Stuart Mill en el s. XIX.}

    Pues, la minuciosidad con que el transexual ecuménico perverso patriarcado, expone todo lo referente al pasado y presente de su transexual ecuménica perversa civilización, ha de invitarnos a esclarecer su relación con el delirio del varón y a precisar su significado e importancia dentro del conjunto de sucesos que la historia de lo humano nos ofrece. Tal historia de lo humano obedece a motivos que el transexual ecuménico perverso varón mismo desconocería en un principio y sólo más tarde lograría hallar, motivos que psicoanalíticamente calificamos de “inconscientes”. Estas circunstancias constituyen un fiel reflejo de la realidad, pues ni siquiera es necesario hallarse presa de un delirio para obrar el transexual ecuménico perverso varón en su irresoluble perversión y ambigüedad sexual.

    b) {En el momento actual, la situación en Oriente Medio -con el conflicto entre Israel y Hamás- pone de relieve la importancia del derecho humano a la paz como elemento primordial para el bienestar de las mujeres. Hemos visto imágenes horribles de asesinatos, violaciones y secuestros de mujeres en Israel y de mujeres en Gaza intentando huir de los bombardeos. Llama la atención como -incluso en una situación de emergencia extrema como la que está sufriendo el pueblo palestino- las mujeres deban seguir cumpliendo el mandato de su cultura patriarcal en la vestimenta –velo e incluso burka- aunque pueda constituir un riesgo para su vida la huida en esas condiciones.}

    Pues, el poder de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal es una estructura, donde recalan Engendros biológicos de características psicopatológicas desquiciadas destructivas perversas autoritarias. La moral de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal es un Engendro cínico intelectivo condicionado; Acordado en el espacio/tiempo del poder en cada época; En la inquisición/ecuménica moral era la hoguera sobre la disidencia y así “evoluciona la moral de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal a través del tiempo histórico.

    c) {El feminismo, como -movimiento internacionalista que es-, siempre se va a señalar la situación injusta de las mujeres, independientemente de su lugar de origen, clase social, etnia o religión. Por lo tanto, lo que le corresponde al movimiento feminista en los momentos que vivimos, es recordar al mundo que la violación y el secuestro de mujeres no es un instrumento legítimo para ninguna causa, como tampoco lo puede ser la venganza ciega. En un Estado justo el fin nunca puede justificar los medios.}

    Pues, constituye, en efecto, para el transexual ecuménico perverso macho un hecho habitual y normal no engañarse sobre los motivos de los propios actos y no percatarse de los mismos sino a posteriori en aquellos casos en que un conflicto entre las corrientes de su hipócrita ética y moral facilita su “confusión” en el sometimiento de la mujer, el femicidio, el proxenetismo, la pedofilia, el abuso sexual, etc. Así, pues, el historial del transexual ecuménico perverso patriarcado no obedece desde el primate, sino a una tendencia “favorecedora” de su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, que él lleva en todo su planteamiento “progresista” de “igualdad”, para continuar así satisfaciendo su dominio sobre lo femenino. En éste “historial” del predominio del transexual ecuménico perverso macho se evidencia la facilidad con que su “cadena” de pensamientos se decide a aceptar su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, cuando tal aceptación satisface a sentimientos saturados de su temor a la castración y el horror y el desprecio hacia lo femenino. No nos debería sorprender, aunque en general se lo encubra con preceptos y normativas del clásico enredo leguleyo del transexual ecuménico perverso patriarcado, la facilidad con la que quienes, se consideran de gran inteligencia, muestran bajo tales constelaciones psicológicas, reacciones propias de una suerte de incapacidad mental, admitiendo el carácter inferior de las mujeres y su condición de mero objeto – esclava sexual en Oriente y Occidente. Esa idea transexual ecuménica perversa patriarcal excesivamente elevada de sí mismo, oculta los procesos mentales dependientes de motivos inconscientes o reprimidos. Es asombroso, pero típico del transexual ecuménico perverso varón, la cantidad de tonterías que de este modo descubrimos en la “legalidad” impuesta por el transexual ecuménico perverso varón. La rígida imposición de la horda primordial, que tanto apoyo encuentra en el orden de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal, no sólo no ha desaparecido, sino que se encuentra firme y adaptada entre las clases “superiores” y “cultivadas” que se ha hecho accesible a nuestra Ciencia de lo femenino (Femeninologia) en el sentido que el transexual ecuménico perverso patriarcado “sabe” en su formación inconsciente todo aquello que en lo consciente “ignora” y determina con acierto en lo inconsciente lo que en lo consciente “equivoca” en su paranoico delirio. Mis afirmaciones, han tenido que parecer extrañas, sin duda alguna, con la sospecha que atribuimos al obrar del transexual ecuménico perverso patriarcado, un sentido que sólo existiría en nuestra imaginación. Sin embargo, se desvanece la sospecha en la utilización metodológica del transexual ecuménico perverso patriarcado; oscura y de doble sentido de su ética, y, moral desde el origen de la civilización, que en el presente lo ejemplifica. El “transexual ecuménico perverso parlamento patriarcal”, no tiene en cuenta más que uno sólo de los sentidos en que la Ley puede interpretarse; pero el feminismo descubre el otro. Así, cuando oye el reclamo femenino, exclama “ya sabemos de qué se trata” y la mujer tiene que preguntarse cómo es eso posible, ya que nunca antes, en milenios, se habían pronunciado. Lo femenino tendría que dar a esta hipócrita conducta, el sentido que realmente tiene en lo inconsciente del transexual ecuménico perverso varón; esto es, el de un reconocimiento de su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, donde el transexual ecuménico perverso patriarcado “pretende” ignorar su alcance en relación de su conducta paranoica. Pero lo femenino, nos daría realmente la traducción a la verdad consciente que representa el transexual ecuménico perverso varón, que constituye un triunfo del “equivoco” el poder expresar la verdad y delirio paranoico por medio de una sola forma expresiva; la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón.

    Un penoso conflicto que la mujer padecería sería; ¿Cómo admitir que el patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción?
    Señalo en mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) cuanto tenemos que aprender, sobre la estructura de la relación de la mujer con la verdad como causa, en la imposición del transexual ecuménico genocida perverso patriarcado incluso en las primeras decisiones de la simiesca horda primitiva.
    “Experimentamos así la impresión de que la civilización es algo impuesto a una mayoría contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción.” (Freud)
    Vivir, es una burlesca simiesca parodia siniestra idiota.
    El mundo es idiota, me aburre en todos sus niveles; Sin excepción; ¡¡¡Siendo un error olvidarlo!!!
    El sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
    Un travesti no es una mujer
    Lo femenino es el camino
    Buenos Aires
    Argentina
    27 de octubre de 2023
    Osvaldo V. Buscaya (OBya)
    Psicoanalítico (Freud)
    *Femeninologia
    *Ciencia de lo femenino

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Síguenos en redes

Últimos artículos

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad