Más de 89.000 niños y niñas no acompañados llegaron a la Unión Europea en 2015. Esto supone un aumento del 387% con relación al año 2014.
Estas escalofriantes cifras pueden estar calculadas a la baja ya que diferentes informes naciones estiman que el número de niños no acompañados que han desaparecido están muy por encima de los 10.000 sobre los que ha informado Europol. No olvidemos que este organismo solo contabiliza aquellos que previamente han sido registrados dejando fuera a los que hubiesen desaparecido antes de ser registrados en frontera.
No existen datos sistemáticos y exhaustivos sobre la desaparición de los niños no acompañados en Europa pero Europol ya ha mostrado que la crisis de los refugiados ha disparado el problema.
Maud de Boer Buquicchio relator especial de la ONU sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil lo tiene claro:
» Los niños que llegan a Europa para escapar de la guerra, la pobreza y la persecución en su país, se enfrentan a riesgos reales de ser víctimas de la trata, la explotación sexual, el matrimonio forzado y la explotación económica, incluyendo la donación forzada de órganos, el contrabando de drogas forzado y la mendicidad. Un número preocupante de estos niños nunca se encuentran”
De las cosas mas interesantes que na ocurrido en estos días es la presentación de un nuevo informe publicado por la organización Missing Children de la UE que pone de manifiesto que es necesaria “prevención y respuesta” a la desaparición de los menores que llegan solos en Europa.
El informe refiere como solo el año pasado, 1.000 de los 1.900 menores que llegaron a la ciudad costera sueca de Trellerborg habían desaparecido en un lapso de un mes. El Ministerio de Bienestar italiano también informo de que 62% de los niños que habían llegado entre enero y mayo de 2015 estaban en paradero desconocido. También en enero de 2016 la Policía Federal Alemana informó que 4. 749 niños/as no acompañados y adolescentes refugiados estaban desaparecidos, de los cuales 431 eran menores de 13 años. Es imposible conocer cuántos desaparecen por el temor a ser enviados de vuelta al entorno del que huían y cuantos/as han sido secuestrados por traficantes para ser explotados en la prostitución, el trabajo forzoso o la mendicidad.
La protección de estos niños/as es una responsabilidad de todos los Estados miembros de la UE, y sus redes de protección y seguridad. A estas alturas más allá de la sorpresa y estupor que produjeron las primeras noticias sobre los menores «perdidos» no parece que se hayan activado protocolos de cooperación y coordinación nacional y transnacional para corregir estas situaciones.
El desprecio con que Europa y países miembro parecen despachar los asuntos de seguridad y amparo de niños, niñas y adolescentes es escandaloso: es preciso dar respuesta a estas desapariciones. Lo contrario es enviar un mensaje a las organizaciones criminales de que se enfrentan a un Estado anémico que les deja campar a sus anchas. No dar seguridad ni garantizar derechos es el principio de la descomposición de las democracias por la via del ¡sálvese quien pueda¡