Dispuestas a hacer temblar el suelo bajo sus pies

Redacción Tribuna
Redacción Tribuna
La revista de información que te cuenta lo que otros no creen importante
- Advertisement -

No te pierdas el vídeo «oficial de  The Clams. Pero sobre todo si te enteras que actúan intenta no perdértelo.

Solo cabe decir una cosa: Soul trepidante de los 50 y los 60  de la mano de mujeres que manejan los instrumentos con energía y ritmo  y consiguen  “Happy as a clam” .

Ponen mucha  carne en el asador,  mucha energía y buen rollo en sus directos.

Ocho mujeres, ocho instrumentos, Imprescindibles

 

 

 

————–Marta Luna Clam.» ———————————–

«Conocí a Aida Clam (aunque entonces todavía no era Aida Clam) en un bar de carretera. La verdad, me iban mal las cosas, y después de conducir al azar durante horas, paré a beber en aquel garito infecto. Los barbudos camioneros se apostaban en la barra, cabizbajos delante de una cerveza y un chupito de whisky. La mayoría cabeceaba sin prestar atención a lo que ocurría en una pequeña tarima: allí, abriéndose paso entre el denso humo, salió Aida a cantar con voz doliente canciones de soul malherido. Hasta mi última víscera vibró con aquella música y pensé que aquella tipa no podía seguir desperdiciando su talento en aquel agujero. Así decidí dar un giro a nuestras vidas, un volantazo, y formar The Clams. Una banda de mujeres desperadas y fugitivas, dispuestas a hacer temblar el suelo bajo sus pies.
¿Quién sería nuestras vertebras, el motor que animase nuestra música y la hiciera avanzar con ritmo firme? Encontré a Mónica debajo de una furgoneta en un taller mecánico que se fundía bajo el sol de una carretera secundaria. En cuanto vi su rostro manchado de grasa y la habilidad con la que golpeaba una carrocería con su llave inglesa, supe que sería nuestra batería: Mónica Clam.
Diana, Noelia y Lila darían un brillo nuevo a nuestra música, la elevarían más arriba del cielo y soplarían para empujarla hacia delante. Una lavaba, otra cortaba y otra hacía manicuras en aquella triste peluquería de extrarradio. Ahora, con sus cosméticas manos, tocarían la trompeta, el saxo y el trombón hasta romperse las uñas. Diana Clam, Noe Clam y Lila Clam se unieron a nosotras.
Entre ketchup y sirope veía Lupe pasar su vida, todo el día sudorosa delante de la plancha. Recordé sus tortitas, sus grasientas hamburguesas triples, y fui a visitarla al restaurante mugriento donde trabajaba vestida con una cofia y un delantal rosa.»¿Qué deseas, cariño? ¿Más café?», preguntó. «Cambiaré esa plancha por un teclado, y darás grasa y sabor a nuestra banda», le dije. Así Lupe pasó a ser Lupe Clam y ponernos a la parrilla.
Me enteré de que soltaban a Henar aquella semana. Fui a prisión ese día, bajo un cielo plomizo. Salió mascando chicle, con cara de pocos amigos, arrastrando una gran maleta. Lo primero que hizo fue pedirme un cigarro. «Tengo un plan», le dije. «No pienso dar otro golpe», dijo, «al menos en una buena temporada». Escupió en el suelo de grava. «Esto es mucho mejor», repuse. Así Henar sustituyó lo fríos barrotes del presidio, que tanto había agarrado en largas tardes de invierno, por las seis de cuerdas de la guitarra. Ya era Henar Clam.
Nos faltaba alguien que pusiera sustancia y curvas a nuestro sonido. Marina pasaba la noches contoneándose medio desnuda en el escenario de un oscuro club, ante la mirada atenta de un puñado de babosos salidos. Le ofrecí soltar aquella barra metálica y agarrar el mástil y las metálicas cuerdas de nuestro bajo. Olvidarse de las babas y ponerse la ropa. Aceptó. Así completé la banda, uniendo a Marina Clam a nuestras filas.
The Clams habían tomado cuerpo. Ocho mujeres, ocho instrumentos, ocho almejas: una misión. Ellas pueden hacerlo.»

 

- Publicidad -

Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Síguenos en redes

Últimos artículos

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad