El informe del FMI apunta a las preferencias y actitudes personales de las mujeres con respecto al trabajo como factores importantes para determinar la decisión de las mujeres para incorporarse a la fuerza laboral. Esto se pone de manifiesto en Europa, a pesar de que las mujeres no afrontan restricciones jurídicas al empleo, han recibido una educación de igual nivel que los hombres, y tienen menos hijos, y las normas sociales no restrictivas.
Los estudios del FMI muestran como las políticas publicas tienen gran influencia en las decisiones de empleo de las mujeres y pueden ampliar las oportunidades de que trabajen tanto como quieran. Destacan tres aspectos como elementos que incentivan la presencia de las mujeres en el mercado laboral:
- La eliminación de impuestos de desincentivación de las segundan fuente de ingreso familiar
- la provisión de servicios de cuidado infantil adecuados y servicios a la dependencia
- los permisos por paternidad equilibrados
Toda la economía se beneficia
No solo las mujeres se benefician económicamente de trabajar. Incorporar más mujeres a la fuerza laboral beneficia a la economía de un país de dos formas importantes:
- La presencia de más mujeres en la fuerza laboral ampliará la oferta laboral. Si las mujeres eligen participar en el mercado laboral en igual medida que los hombres, la fuerza laboral de Europa podría aumentar un 6%. Si eligen además trabajar tantas horas como los hombres, la fuerza laboral podría aumentar hasta en un 15%.
- La prevalencia del empleo femenino a tiempo completo es una importante variable predictiva de la proporción de puestos directivos que las mujeres ocupan en las empresas. Además, la presencia de más mujeres en puestos de alta dirección y en los consejos directivos de las empresas, según afirma el estudio efectuado por el personal técnico del FMI, lleva aparejado un rendimiento financiero más sólido de las empresas, lo que ayudaría a fomentar su inversión y productividad y moderaría aún más la desaceleración del crecimiento potencial en Europa.
La relación positiva entre la presencia de más mujeres en niveles superiores de la escala corporativa y la rentabilidad de las empresas es más pronunciada, en sectores en que las mujeres representan una mayor proporción de la fuerza laboral, lo que destaca la importancia de reducir la brecha de género entre la alta dirección y la fuerza laboral general. Esta relación positiva es aún más evidente en servicios con un fuerte componente de conocimientos y en sectores de fabricación de alta tecnología, en los que la diversidad, incluida la de género, puede ayudar a atender la alta demanda de creatividad y capacidad de innovación.