Los cuidados familiares y personales siguen siendo responsabilidad de las mujeres. Es la conclusión que se revela de los últimos datos extraídos de un informe del Instituto de la Mujer, donde se observa que es la mujer en un porcentaje mucho más elevado la que pide una excedencia en el trabajo y sacrifica así su vida laboral para hacerse cargo del cuidado de los hijos y los familiares. Así, en el caso del cuidado de los hijos, según los últimos datos disponibles del 2014, un 94,02 por ciento de las excedencias solicitadas en el ámbito laboral para este fin eran demandadas por mujeres que decidían aparcar su carrera laboral para atender a estas cuestiones familiares, mientras que en el caso de los hombres, esta cifra no alcanza ni el 6 por ciento.
Del mismo modo, cuando alguien en la familia tiene que dejar a un lado su profesión para poder desempañar los cuidados de algún familiar enfermo, vuelve a ser la mujer la que se ocupa de esta tarea. Y es que, los informes del Instituto de la mujer revelan de nueva unas cifras de absoluta desigualdad que muestran como aún en el año 2014, el 84,67 por ciento de las mujeres pedía una excedencia para el cuidado de familiares a cargo, mientras que le porcentaje de hombres que lo hacía no llegaba ni si quiera al 20 por ciento.
Se trata de un dato más que se suma a todos aquellos que demuestran cómo la carrera laboral de la mujer puede verse afectada por las cargas y problemas familiares. Y es que, aunque en algunos casos, tras la excedencia resulta posible volver al trabajo, en muchos otros, las posibilidades para reincorporarse se reducen a las necesidades que tengan la empresa en cada momento concreto. Así, la mujer ve mermadas sus aspiraciones profesionales y reduce su presencia en el mercado laboral, en lugar de repartir este tipo de tareas entre ambos miembros de una familia.