La violencia sexual, racial, de género y otras formas de discriminación no pueden ser eliminadas sin cambiar la cultura. Charlotte Bunch.
Días atrás, me llamó la atención un titular sobre violencia machista en el que destacaba que el gobierno seguía sin aplicar el nuevo protocolo policial dos años después. La novedad no es que el gobierno, entonces en funciones, ahora ya ni eso, no hiciese algo, sino que tantas mujeres asustadas, escondidas o en procesos judiciales esperan ansiosas que las ayuden, y sin embargo, esto no se produce y seguimos dando palos de ciego con la vida de estas mujeres.
Justifican su tardanza porque están revisando muy concienzudamente los casos, pero el sindicato policial no opina lo mismo. Ahora, para valorar el riesgo que corre la víctima de violencia de género, la policía introduce en el sistema informático un formulario, con muchas más preguntas que antes, y la valoración de riesgo queda en manos del ordenador, de una máquina. “Debe hacerse una valoración profesional”, se queja la policía; en el juzgado hay expertos, psicólogos y forenses, que podrían y deberían asumir tal responsabilidad y no intervienen en nada. Aunque se mejore el formulario, los policías no están preparados para predecir si la vida de una mujer está en peligro o no. No son expertos en psicología, por eso piden a los juzgados que se impliquen.
Existen 51.000 víctimas en el sistema informático de Interior: unas 48.000 han sido calificadas con riesgo no apreciado o bajo, y 7 en extremo peligro con vigilancia permanente. Evidentemente, el sistema no es eficaz.
En los 10 años de La Ley Integral de Violencia de Género, ha habido enormes incumplimientos, especialmente en la Comunidad de Madrid, y negligencias en cuanto a recursos y dotaciones presupuestarias. La política de recortes de este gobierno y el no reconocer la violencia machista como un asunto político central, la falta de recursos para su prevención y para mejorar las medidas de protección y seguridad de las víctimas,hacen que dicha ley se encuentre en una especie de limbo judicial.
La prevención y sensibilización para erradicar la violencia de género de nuestras vidas es sumamente importante, porque se encuentra en todos los ámbitos de nuestra sociedad. La formación de nuestros profesionales en igualdad y violencia de género es muy pobre, debido a la falta de recursos económicos y humanos, y la mayoría de las veces es voluntaria. Para la sensibilización existen protocolos informativos en nuestros medios de comunicación para evitar términos sexistas y tratamientos frívolos sobre este tema; sin embargo, en Telemadrid no existe protocolo, y a menudo nos sorprenden con tratamientos sexistas y algunas veces morbosos de este tipo de noticias.
Por lo tanto, es trabajo de todos y todas el intentar avanzar en una Ley estancada y mermada gravemente por el desmantelamiento de los recursos destinados a la lucha contra la violencia de género, que lejos de solucionar nada y a erradicar esta cultura machista, contribuye a su reproducción y perpetuación en nuestra sociedad.
Iniciativas como la que ha impulsado Yoko Ono en Buenos Aires es una buena forma de visibilizar esta lacra. Ha organizado una serie de testimonios e historias contadas en primera persona por las víctimas de violencia machista en la muestra “Dream Come True”, en Buenos Aires, donde contarán su historia, enviarán una carta con su testimonio firmada e irá acompañada de una foto de sus ojos, para destacar que son ellas las protagonistas. Se irán colgando en la red, e irán rotando miles de testimonios.