Estos días se está celebrando en Gijón la XII Escuela Feminista Rosario de Acuña, dirigida por la catedrática Amelia Valcárcel. Bajo el título “El Feminismo que viene” distintas profesionales, activistas, investigadoras y estudiosas feministas analizan hacia dónde va el feminismo hoy y en el futuro.
En la charla de Ángeles Álvarez se ha abordado la cuestión de los vientres de alquiler, analizando los contratos entre la gestante y la “familia intencional». Álvarez ha aportado información recopilada en la reciente «feria de vientres» que tuvo lugar en Madrid.
Alquilar un vientre en Ucrania
El coste oscila entre 35 y 55.000 euros. Cuentan con diferentes tipos de paquetes: desde uno económico a uno VIP. El proceso: la familia viaja a Ucrania a donar el esperma; nunca se usan los óvulos de la gestante, la gestante es elegida por la agencia ucraniana.
La empresa intermediaria dice que hay “lista de espera de mujeres del país esperando para ser gestantes”.
El relato al que tenido acceso Tribuna Feminista proviene de una pareja que acudió en busca de información a la Feria de alquiler de vientres : «Nos explicaron que hay “lista de espera de mujeres del país esperando para ser gestantes”. No es necesario viajar durante el proceso. En el caso de la clínica, abona a la gestante unos 500 euros al comienzo del proceso; una vez embarazada, 400 euros al mes por sus gastos, y un pago final de 15.000 euros, que se hace una vez nacido el bebé y ya se haya acudido al consulado español a inscribir al niño. De esta manera la gestante debe seguir las instrucciones durante todo el embarazo.
Algunos de los tramitadores españoles, como SurroFAMILY, ofrecen número ilimitado de intentos de embarazo.
Durante los últimos meses de embarazo se obliga a la gestante a vivir en Kiev, en un apartamento que está gestionado por la agencia ucraniana y bajo sus cuidados para asegurar que el embarazo se lleva a término. La obligatoriedad para la gestante de abortar cuando se lo pida la familia intencional queda recogida en el contrato entre ambas partes, que se blinda para favorecer los intereses de los padres intencionales.
Si se queda embarazada de varios menores, la familia intencional puede pedir una “reducción del número de fetos”.
Si se queda embarazada de varios menores, la familia intencional puede pedir una “reducción del número de fetos” (literalmente aparece así en el contrato). Si son gemelos, se le abona un plus a la gestante. También se puede elegir el sexo de los embriones a implantar. Tanto si el feto padece de alguna dolencia como si se trata de una “reducción del número”, se ofrece a la gestante una compensación económica por el aborto practicado.
Se realiza un acta ante notario donde la gestante les cede la patria potestad. Uno de los mediadores explicó que en su caso el número de abortos espontáneos es muy bajo, ya que sus mujeres eran “muy jóvenes y sanas”.
Uno de los mediadores explicó que en su caso el número de abortos espontáneos es muy bajo, ya que sus mujeres eran “muy jóvenes y sanas”.
Cuando el parto es inminente, la familia intencional viaja a Kiev. El niño está con ellos desde que nace y deben permanecer allí 2-3 semanas hasta que finalizan los trámites.
¿Y si el niño/a nace con alguna dolencia o la familia intencional decide no continuar con la surrogación?
En este caso la gestante figura como madre legal en Ucrania, por lo que debe responsabilizarse de un niño/a que nunca quiso, o entregarlo en un orfanato.