Este 2015 ONU Mujeres celebró su quinto aniversario. Cuando conmemorábamos este hito, las Naciones Unidas celebraban sus 70 años de promoción de los derechos humanos, al tiempo que los Gobiernos y la sociedad civil evaluaban los 15 años de implementación de la Plataforma de Acción de Beijing y de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre mujeres, paz y seguridad. Con la información reunida en esas evaluaciones, pusimos la mirada en el mundo que queremos con el Acuerdo de París sobre el cambio climático y vimos cómo el poder transformador de las mujeres y las niñas quedaba instalado en el corazón de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
En 2016, el primer año de la nueva Agenda, hemos fijado la fecha de caducidad para la desigualdad de género y nos enfocamos en las áreas de influencia para acelerar el progreso. Esto significa alcanzar la igualdad sustantiva y el cambio transformador de aquí a 2030.
Sabemos que el objetivo de gran alcance para “las personas, el planeta y la prosperidad” cobrará vida en el ámbito local. El informe anual de este año ilustra la madura estructura de las oficinas capaces y emprendedoras de ONU Mujeres en los países. Pone de relieve la función coordinadora de nuestra entidad en el seno de las Naciones Unidas y la fructífera labor programática del último año en 93 países. A modo de resumen, podríamos enumerar las siguientes acciones: desde la asistencia para potenciar los ingresos de las mujeres a través de una agricultura resiliente al cambio climático en Marruecos, pasando por la interacción con líderes religiosas/os para aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres en los procesos de paz, hasta el trabajo con las contrapartes para crear un marco integral de prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas. Con el férreo y continuo apoyo de la sociedad civil y una red de contrapartes del sector público y el privado en rápido crecimiento, ONU Mujeres está en condiciones óptimas de potenciar esa influencia a escala.
En el 60º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, los Estados Miembros acordaron las acciones necesarias para convertir en realidad la Agenda 2030 para las mujeres y las niñas y reconocieron el papel central que ONU Mujeres desempeña en su aplicación. Una de las formas de abocarnos a este propósito es a través de los amplios Programas Insignia creados con múltiples contrapartes en 2015. Estos programas de alto impacto y ampliables a escala se proponen fortalecer la voz de las mujeres y las niñas para remover las barreras estructurales a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y están orientados a alcanzar resultados que transformen vidas.
Asimismo, estamos abordando los principales obstáculos estructurales a la igualdad de género mediante nuevos instrumentos, como por ejemplo el nuevo Panel de Alto Nivel del Secretario General sobre el empoderamiento de las mujeres. Su misión es determinar aquellas medidas que resulten más efectivas para apoyar una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral y potenciar su productividad.
El compromiso colectivo con el cometido de la Agenda 2030 de “no dejar a nadie atrás” mediante la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible recibió otro espaldarazo con compromisos individuales asumidos por Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno en el “Encuentro de Líderes Mundiales sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres: un compromiso para la acción en 2015”. A la fecha, 93 Gobiernos se han comprometido de manera concreta con acciones que servirán de apoyo para las facetas clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en especial con el quinto Objetivo. Para realizar estas promesas, los Gobiernos se basaron en lo constatado en sus países por las evaluaciones de 2015, utilizando los conocimientos sobre las dificultades y los fracasos en el progreso para comprometerse con el cambio. De suma importancia para el progreso sostenido fueron los compromisos gubernamentales de financiar la meta de la igualdad de género conforme a lo acordado en la Agenda de Acción de Addis Abeba, con medidas e inversiones específicas.
En conjunto y trabajando en estrecha colaboración con los Estados Miembros sobre la implementación nacional, forjaremos las maneras en que mujeres y niñas pueden operar como fuentes de soluciones, constructoras de la paz y agentes de cambio para lograr comunidades más resilientes. Este aporte a las soluciones es cada vez más imperioso en la medida en que enfrentamos las presiones y los desafíos del extremismo violento, el cambio climático y el desplazamiento masivo de las poblaciones.
ONU Mujeres continuará bregando por una implementación ágil y efectiva de la Agenda 2030; por mayores inversiones en presupuestos para la igualdad de género; por la recolección de datos de calidad desagregados por sexo; y por alianzas amplias con la sociedad civil, la comunidad empresarial, los medios de comunicación, el ámbito académico, y con hombres y niños y la juventud. Debemos acelerar el progreso, de modo que en 2020 ya podamos ver resultados entre las personas más vulnerables y marginadas, y de modo que podamos, como promete la Agenda 2030, no dejar a nadie atrás.
Un avance rápido hacia el futuro que queremos
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